Usualmente un colombiano de bien es alguien que acusa al otro, que lo denuncia, que lo calumnia, que lo llama guerrillero y asesino. De paso el Gobierno fomenta esta maravillosa conducta otorgan una jugosa recompensa al sapo que denuncia.
El martes pasado Uribe llevó esta maravillosa costumbre a las universidades. Cada alumno debe ser un vigilante, alguien que esté atento a cualquier infiltración terrorista. El siniestro programa empezará en Medellín (dónde más!) y a cada sapito se le darán cien mil pesos mensuales de bonificación. Supongo yo que, esta loable práctica, se extenderá por todo el país con los resultados a los cuales nos tiene acostumbrado este gobierno, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas y por supuesto más falsos positivos. Lo impresionante es que los demás colombianos de bien verán con buenos ojos este nuevo atentado a la democracia diciendo que todo lo que se haga en aras de la paz está permitido. Nunca en ningún proceso de reconciliación la guerra descarnada ha llegado a buen término. La guerra en todos los frentes que se lleva a cabo en Colombia terminará por germinar más resentimiento y odio. Es como tratar de apaciguar a los tiburones echándoles sangre de vampiro.
Llama la atención que un tipo como el viceministro de educación Germán Burgos en vez de descalificar al presidente avale esta iniciativa pidiendo protección especial para estos jovencitos de bien que estarán al servicio de la democracia.
Cuando yo pasé por la universidad, hace pocos años, la peor ofensa que uno podía recibir es la de ser tildado de sapo, de botón, ahora aprovechando el hambre descomunal en la que viven miles de estudiantes universitarios (ya que en Colombia para devengar un sueldo digno hay que tener al menos un título universitario, lo cual condena al estudiante a ser un desempleado) a venderle el alma al Diablo, que no es otro que el temible señor Uribe.
Imagino la campaña feroz en las universidades avaladas por los horribles y corruptos rectores que se han convertido en simples mandaderos del tirano, acogiendo en masa esta nueva iniciativa. ¡Qué corrupto se ha vuelto mi país! Ya de lo que conocí quedará no más un pedacito insignificante y corroído, qué vergüenza que la gente no reflexione ante lo que está pidiendo este narcotraficante inescrupuloso quien con esta propuesta ha vuelto a escribir un capitulo más en el mamotétrico libro de la infamia colombiana.
Seguramente en unos años toda la juventud se parecerá a Jerónimo y al otro bastardo de cuyo nombre no quiero acordarme. Para entonces espero que los gusanos ya se hayan carcomido mi espesa capa de grasa.
Lo peor de todo, hermano, es que también hizo la campaña en los colegios de su natal Medellín. Así, está involucrando menores de edad al conflicto, al tiempo que gana futuros electores para una próxima candidatura, todo por módicos $100.000. ¿Cuánto dinero se invertirá en esto? ¿No sirve esa plata para sanar la emergencia sanitaria?
ResponderEliminarUn abrazo desde Bucaramanga.
J.
Fresco, chamo, que con esa medida Uribe baja puntos, tío...
ResponderEliminarPero no bajó puntos con lo de los Falsos positivos, ni con lo de Agro Ingreso mucho menos va a bajar puntos con esta medida que servirá para protegernos del terrorismo
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