23 de abril de 2010

COSMO VITELLI TIENE UN CABARET

Debo confesar que la primera vez que vi The killing of the chinese bookie se me hizo larga, con mi jerga seudocinéfila decía “Puedo percibir que adentro hay una película falta es alguien que edite” Y sin saber me puse hablar de los problemas que tenía Cassavettes y que se yo que otra estupidez pude decir. El caso es que esta semana la volví a ver, perdón la vi de verdad, me encontré de lleno con una de las películas mas intensas, pero a la vez tranquila, pausada. La intensidad como no está a cargo de Ben Gazzara uno de mis actores favoritos y más infravalorados de Hollywood. En él vemos los contrastes que presenta la película. La tranquilidad de tener dominada la situación pero a los diez minutos lo vemos completamente descompuesto, perdiendo plata en la mesa de poker y siendo humillado delante de sus muchachas.

Me encanta también la atmósfera en el cavaret, Cassavettes es capaz de pasarnos un número completo e incluso cierra la película con Mister Sofistication presentando otro número. Es necesario que existan esas escenas si uno se quiere comprometer con la historia, si uno quiere entender porque Ben Gazzara acepta pagar sus deudas disparándole al chino que controla todo el negocio de la droga en la costa oeste, porque dura de pie con una bala en el hígado la última media hora y no da ningún signo de dolor, ni siquiera caerá solo reciente un poco al bajar del escenario.

Y esa cámara que te confronta todo el tiempo, la mirada de Cassavettes escurriendose por los rostros de sus personajes, nadie enfocó así, nadie nunca se atrevió a tanto. Era mentiras que improvisara, todo estaba en el guión, nada se le escapaba de control y sin embargo se la jugaba todo el tiempo a veces ganaba como en Gloria y a veces perdía como en esta película que fue un desastre en taquilla hasta tal punto que el resto de su carrera viviría pagando las deudas que contrajo haciéndola.

De más está decir que valió la pena. A veces se confunde uno con Gazzara y cree que es el propio Cassavettes en que está delante de la cámara. Se parecen, tienen la misma sonrisa, la misma mirada callejera del “No-le-temo-a-nada”. Por eso uno se termina enamorando de gente como Peter Falk o Gena Rowlands pero para mi nadie como Ben Gazzara, incluso tuve que verme inmediatamente Anatomía de un asesinato para seguir viendo ese rostro.

El tiempo en las películas de John Cassavettes se hace real, eso le da veracidad, uno no cree que está viendo una película sino un documental y por eso nos da tanto dolor ver a Cosmo Vitelli desangrándose en la puerta de su cabaret, no necesitamos verlo caerse para entender que perdió, que su plan brillante no le alcanzó para salirse con la suya pero adentro el show continúa y Mister Sofistication siempre tendrá algo para entretenernos hasta que la pantalla se pone en negro y se acaba.

Todos tendrían que ver esta impresionante y desconocida película, aprovechen ahora para bajarla que el mundo está en un teclado

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