En Alemania están convencidos de que no existen garantías que permitan creer que sea imposible que en cualquier momento vuelva a irrumpir una dictadura. Parece ser que es humana la necesidad de ser gobernado por un caudillo. En Rusia la revolución sustituyó al zar por un campesino corrupto, soberbio y vengativo. En Venezuela, cansados de que los millonarios ingresos que deja el petróleo quedaran en los bolsillos de los jefes políticos de los dos partidos tradicionales Copei y Acción democrática eligen a un militar megalómano y parlanchín que con la excusa de construir una sociedad mas igualitaria a instaurado un culto a su obesa personalidad. Pero el caso de Alemania sigue siendo el más emblemático. El país mas civilizado, alfabetizado y culto del mundo, cuna del pensamiento moderno occidental se dejó llevar en su momento por la crisis que suscitó el humillante tratado de Versalles con el que se puso fin a la I guerra mundial y con el que Alemania, como país vencido, tuvo que aceptar las condiciones que Francia le impuso, perdiendo los territorios de Alsacia y Lorena, quedando impedido de tener un ejercito y quedar convertido en un títere de las grandes potencias de Europa. El país cierra los ojos ante la humillación y deposita su esperanza en ese cabito de voz chillona y ridículo bigote. En dos años recupera la dignidad de su pueblo y en una década Alemania soñaba con ser un imperio que gobernaba el mundo. Realiza el sueño que escondido tuvieron otros gobernantes de Europa de acabar con ese cáncer que era para las economías nacionales el insaciable lucro que caracterizaba a los judíos. Sin pensarlo el pueblo alemán se dejó llevar de la mano de este hombrecito al abismo, a una nueva humillación a la hecatombe sin precedentes que significó para ese país la derrota en la Segunda Guerra Mundial.
La semana pasada cientos de jóvenes bogotanos amparados por la constitución se reunieron en un exclusivo salón de la capital a celebrar los 122 años de Adolfo Hitler. Chaplin y el dictador no solo compartieron un ridículo bigote, también compartieron el año de nacimiento: 1889.
Enfundados en siniestros trajes oscuros, estos engominados seres celebraron un natalicio más de su llorado líder. No tengo el gusto de conocer a alguno de sus integrantes a pesar de que su líder proclama que ya tienen 8.000 adeptos en todo el país. No los conozco pero me imagino que serán poco menos que unos imbéciles. La extravagante noticia publicada en Semana se expandió como link en facebook y leí los comentarios de muchos amigos que expresaban su preocupación por este fenómeno, otra cabeza mas que le sale a la hidra que carcome este país.
Yo no creo que este grupúsculo de mestizos confundidos tenga mucho futuro como movimiento político en Colombia. El nacionalsocialismo no tiene futuro acá porque en este país ya se instauró un régimen peor que el nazi: el uribismo. Llegaron tarde muchachos!. Hay que abonarle al Doctor Goebels la sabiduría de escoger la cruz gamada como símbolo de su partido. La esvástica hindú sigue atrayendo a jóvenes de todo el mundo que inmersos en el universo infinito de las redes sociales han quedado alejados de su prójimo y viven la amargura de estar solos, de quedar apartados como si fueran leprosos.
Justo hace unos días en la fiesta de una amiga conocí a un joven en un avanzando estado de embriaguez. A pesar de su tez amarillenta no paró un segundo en toda la noche de alabar las virtudes de Hitler y de lo bien que le haría “A este país de mediocres un líder de ese calibre” me pidió unos minutos para explicarme los medios por los cuales él y sus secuaces instaurarían el IV Reich en Colombia. Tuve que pedir un taxi porque poco a poco me entraba en el cuerpo las ganas de hacerle lo que seguro Hitler le haría a él por su condición social y racial. No creo que lo vuelva a ver.
En Estados Unidos jovencitos desesperadamente solitarios en su afán de pertenecer a un grupo se acuestan sin protección alguna con gente que está infectada con VIH el objetivo es contraer el SIDA y así por lo menos tener la sensación de que hacen parte de algo.
Esto más que un síntoma es una prueba de que occidente es un inmenso cadáver insepulto que se pudre y es devorado por cuervos y otras aves de rapiño delante de nuestros ojos sin que podamos hacer nada ¿Y como vamos a hacer algo si nosotros también formamos parte de occidente? Somos parte de ese cuerpo que se pudre sin remedio. Esto no es culpa de los jóvenes, por favor! Hay que revaluar ese cuento de que los viejos son los mas sabios porque si vieran los viejos que hay en Colombia uno puede entender el mierdero en el que estamos sepultados.
En Colombia se puede apreciar perfectamente todas esas pruebas que demuestran el fin de la civilización occidental. En este maldito lugar se glorifican los nombres de Charles Manson, Adolfo Hitler, Pablo Escobar, Laureano Gomez, Alvaro Uribe y una caterva infinita de delincuentes y asesinos a sueldo. El mundo ya terminó, esta es una sociedad post-apocalíptica donde solo sobrevivimos las ratas y estos jóvenes de mierda con los que nos ha tocado convivir.
La ridícula reunión de nazis que tanto revuelo ha causado es una nimiedad al lado del horror que me producen las juventudes uribistas. Esos nacionalistas morenos nunca tomarán el poder, al contrario dentro de un año tendrán como suele pasar embarazadas a sus novias y con la mirada gacha deberán buscar trabajo anhelando pertenecer al sistema que tanto han despreciado. Lo que da miedo son los jóvenes uribistas que en este momento dominan el país. Dan nauseas verlos con sus pintas de buenos hijos, siempre impecables, perfectamente engominados y siempre con su sermón de párroco hambriento lleno de diminutivos que hace las delicias de amas de casa y de mendigos, la parte de la población que aportan los votos decisivos para poner los presidentes que nos gobiernan. Contra estos criminales no hay ninguna orden de captura, al contrario la sociedad los alama y cada vez que puede la masa amorfa y descerebrada los sube a una tarima a contemplarlos, a venerarlos.
Los nazis que se reunieron en Bogotá son inofensivos, patéticos, dan lástima con sus ridículos uniformes S.S chiviados. Vi las fotos y parece que estuvieran en una reunión de sado masoquistas. Me siguen dando pánico los nazis reales, los que tienen el poder y me dan todavía mas miedo los 40 millones de nacionalsocialistas que cada cuatro años y sin dudarlo los eligen.
siempre me ha aparecido que si uno de nuestros simpáticos indios nacionalsocialistas de 1m65 de estatura se llega a aparecer en un congreso de neonazis en Austria o en Holanda lo van es reventando a pata antes de que pueda decir "Jeil Furer"
ResponderEliminarAhí las consecuencias del desmedido nacionalismo de Colombia es Pasión y Alvaro Uribe. Miedo me dan los jóvenes uribistas como los Nule, Tomas y Jerome Uribe que en pocos años amasaron fortunas y sin duda serán influyentes en el futuro próximo.
ResponderEliminarPues lo cierto es que en cualquier momento los uribistas organizan un golpe de Estado, y sin legislativo y judicial (los poderes que tanto odian, sobre todo el segundo) podrán llevar a su salvador Uribe nuevamente al trono, en un hermoso país católico y militarista. ¡Ay Hombe'!
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