30 de junio de 2011

CARTA ABIERTA A LOS VIEJOS MARICONES DE SIEMPRE

Es imposible que en este calor se pueda dar un hombre moldeado por la razón. Todo es demasiado inconstante, efímero, no hay tiempo para procesos largos. Si la depresión aún no me había golpeado era porque todavía no había salido de la casa. Es un peligro salir, corres el riesgo de que te encuentres con el otro. Afuera nadie escucha y todas las caras relucen por culpa de la brillantina. Hago un mea culpa: alguna vez creí en ellos, eso fue lo que me perdió. No todo ha sido en vano, ahora sé que lo que decía mi papá del cucuteño era verdad. Yo creo que el colombiano en general es así, malo, perezoso, grosero e ignorante. Somos un país de pobres, demasiado pequeños, insignificantes y nos gusta ser así, lo disfrutamos.
Fui a un congreso de maricas a presentar un ciclo de temática gay. Los resultados fueron absolutamente desastrosos. Mi eterna presión en el ojo volvió a amenazar con salirse. Abuchearon Muerte en Venecia y Velvet Goldmine, querían algo más explícito, algo que mostrara por igual escenas de cama y moralejas. El pecado que cometo en esta ciudad es estar demasiado lúcido, por eso mi desgracia, mi amargura. Espero demasiado de la gente, siempre es la misma historia. Los maricas recitan poesía, el orgullo de ser perforado por el ano, en esa diferencia está su fuerza. Te miran por encima del hombro solo porque no has sido debidamente sodomizado. Como sucede en casi todas los guettos, los peores son los viejos. Estaban realmente ofuscados porque este año se hicieron actividades académicas y la marcha gay se había aplazado para demostrarle a la machista, asquerosa, traqueta sociedad cucuteña que ellos eran mucho más que un poco de locas saltando. Sin embargo, mientras Visconti restregaba sin ambages la belleza de sus imágenes los maricas, los pocos maricas que no desertaron y se quedaron haciendo que veían la película pensaban en lo mucho que iban a extrañar ser bañados por la orina de sus congéneres mientras alborozados cantaban el último vallenato de moda.
Es realmente penoso que una actividad de estas que con tanta seriedad y trabajo lograron conseguir jóvenes como Irving Moncada o Jordi Gómez haya naufragado, quedado en la nada por culpa de las viejas locas de siempre, los anoides ochenteros tipo Juan Becerra o Nicolás Salazar que lo único que necesitan es saciar su apetito con un culito joven. Anoche se vio el Boicot que esta generación de maricones lagartos quiso propinarles a los muchachos del colectivo León Zuleta. Las ansias de figurar, de obtener como sea un reconocimiento que a la postre le resulte después un contratico, quedar bien con el político de turno hicieron que el evento no tuviera la relevancia intelectual que esperábamos.
Queda una generación de muchachos con ganas de trabajar, comprometidos políticamente, con profundas inquietudes intelectuales y existenciales. Deberán tener paciencia porque seguramente pronto alguna enfermedad se llevará a las viejas locas que tratan de entorpecerlo todo con sus chabacanerías, con esa necesidad tan ochentera de creer que ser gay es echarse un poco de escarcha en la cara. Para mí que como heterosexual traté de ayudar con el encuentro confirmé que en Cúcuta a excepción de los jóvenes, los gays de viejo cuño no son más que el reflejo de una ciudad de animales, frívola y corrupta. La actitud de estos esperpentos hizo despertar en mi la penosa, abominable y cavernícola homofobia. Esperábamos que el cambio que necesita este moridero lo fueran a dar los homosexuales con su alegría, su frescura, su aparente buen gusto. Pero este cambio por unas cuantas generaciones no podrá ser así.
Espero que el domingo la comunidad homosexual vuelva a estar en su salsa, en medio del reggetón, el baile desenfrenado y la infaltable lechona de bazar. Ellos no tienen la culpa de haber nacido en este tierrero donde la única actividad cultural donde masivamente asiste la gente es a los bazares de parque donde el colesterol y el alcohol circulan como un caudaloso rio.
Mientras tanto pondré la tapa del ataúd sobre mi cuerpo y juraré no salir de él en los pocos días que me queden en este pueblo maldito.

28 de junio de 2011

EL CIELO AMARILLO DE FIEBRE. Apuntes sobre Muerte en Venezia de Luchino Visconti

Ya nadie podría hacer una película como Muerte en Venecia los coletazos de ese mundo hace rato se hundieron y no existen testigos, él último era el conde de Lonate Pozzolo, Don Luchino Visconti di Modrone, él si comió con los reyes copiosos manjares hasta que la culpa lo obligó a ir al baño meterse el dedo en la boca y vomitar los restos de faisán que habían quedado aprisionados en la garganta. Escupió sobre la servilleta y se inscribió en el partido comunista.
Mientras Pier Paolo Pasolini llevaba sin complejos su condición sexual, el homosexualismo de Visconti fue traumático, una cruz que aunque no negó llevar si la padeció. Exigencias de su clase, taras que recorren sus venas linajudas y que con suma valentía intentó quitarse. Esa culpa de disfrutar de compañía masculina la supo plasmar muy bien en cada una de sus películas. Esa angustia soterrada que se nota en el rostro de Gustav Von Aschenbach llegando en el Vaporetto a la ciudad flotante transluce el tormento que le suponía amar a los de su mismo sexo. El compositor no está descansando en Venecia de una trabajo exhaustivo que ha debilitado su corazón sino que huye del tormento que le significa haber dejado a su esposa y a su adorada hija por ser consecuente con la pasión de amar a un hombre. Pero no importa donde vayas querido Gustav, siempre habrán seres que harán que tu vida sea algo insoportable. Esta el gondolero ese que por sacarte unas cuantas monedas más te hará el viaje hasta el hotel mas largo y penoso. Están esos trabajadores que quieren exprimirte todo el tiempo y que como cualquier limosnero alargan la mano y exponen el sombrero para que el ruido del cobre aplaque su hambre eterna. Al llegar a la costa sabe que todo es inútil porque los demonios que lo persiguen están dentro de él. Es la misma culpa que sentía Visconti y que nunca pudo superar.
Entre todos los adaptadores de cine Visconti fue el que mejor supo encontrar vasos comunicantes con los autores de los libros. Si él decidía llevar a la pantalla una obra literaria no solo era por la profunda admiración que podía sentir por determinado autor sino por las obsesiones que podía compartir con él. No solo eligió grandes escritores como Proust o Thomas Mann sino que se atrevió a adaptar a un escritorcito pulp, absolutamente despreciado en su país como James Cain y hacer en el cine antes que nadie una versión de El cartero llama dos veces. Aquejado de múltiples enfermedades Visconti se sentía como Aschenbach, solo, preocupado por ver como cada día perdía el amor de Helmut Berger, el divo de sus películas. Lo primero que hizo fue cambiarle la profesión al personaje principal de la obra de Mann, que ya no fuera un escritor por las dificultades que podría tener la acción, el ritmo de la película al mostrarlo creando. La labor del escritor es solitaria, aburrida, demasiado tiempo muerto. En cambio un músico trabaja azotando el viento, es mas emocionante captar como las notas se van agolpando en la cabeza y las va escupiendo por medio de sus dedos. El piano retumba y rezuman de él los jugos de la creatividad.
Una de las grandes obsesiones de Visconti era la ópera. Los finales de sus películas casi siempre son trágicos como los finales de Verdi. Por eso el fantasma que se ve desde el principio no es el de Thomas Mann sino Mahler. Antes de que aparezcan los créditos su presencia ya está allí, marcando los ritmos de la película desde que esta todavía tiene la pantalla en negro hasta el final. Mahler es el Dios de la Peste, el que ordena al Sirocco que traiga la enfermedad a Venezia. Mahler es quien conduce la mirada de Aschenbach a los hermosos ojos de Tadzio, el inquietante niño que simboliza el esplendor de una época perdida. Tadzio es el último lugar donde el compositor encontrará la belleza. Más que los ojos de Dirk Bogarde (Actor que interpreta a Aschenbach) son los ojos de Visconti los que contemplan al niño. Su figura hace empalidecer las ostentosas formas del Lido, de los canales, de una Venecia de la cual se cansaron de componerle canciones los violinistas. Solo Mahler y su música pueden rivalizar con la belleza de Tadzio.
Y en medio de todo el lujo de una producción única. La obsesión de un hombre por recrear una época, un ambiente, una atmósfera. Si la cámara se pasea por las locaciones con lentitud, casi que con pereza es para hacernos entender de donde han salido estos personajes. El carácter de los hombres está forjado por el paisaje. Como en ninguna otra película de sus películas la ciudad es protagonista de la trama. Venecia es la cita en la cual se encuentran el enfermo y la muerte. Desde las carpas donde los bañistas se esconden de los punzantes granos de playa que entran en la piel como pequeños puñales, pasando por los vendedores de fresas hasta llegar a las habitaciones del Lido, el equipaje de los huéspedes, el vestido de los botones. No encontraras una dirección de arte tan metódica, tan exigente, tan precisa como la que hay en las películas de Visconti. Es como si hubiese tenido una máquina del tiempo y viajara en ella hacia épocas precisas y remotas: Alemania durante el III Reich, la Italia de Garibaldi, La Venecia de principios del Siglo XX. El y su equipo de filmación cabalgando por los agujeros negros del universo.
La peste encontrará a Aschenbach en la playa persiguiendo la mirada de Tadzio. Sentado en una silla verá como el cielo amarillo de fiebre se cernirá sobre él, aplastándolo, reduciéndolo a una víctima más que cae por la ira de Dios.

OSCAR WILDE BAJÓ DE UNA NAVE ESPACIAL. Apuntes sobre Velvet Goldmine de Todd Haynes


Pretender que Velvet Goldmine hubiese tenido una distribución comercial era un absurdo. No solo por ser la película donde se muestra como gracias al Glam Rock ser gay no solo dejó de ser un pecado sino que se convirtió en algo cool, sino porque como suele suceder en el país tenemos una alergia absoluta al buen cine.

Una nave espacial dejó en la puerta de la familia Wilde a un niño al que sus atribulados padres le pusieron el hombre de Óscar y que en el colegio, mientras todos querían ser abogados o ingenieros él aspiraba a convertirse en un ídolo pop. Un siglo después, bajo el nombre de Brian Slade rompería las estructuras del viejo rock, del agozinante rock para volver los conciertos una puesta en escena; la música que le gustaría ver a Tholouse Loutrec si hubiese bajado también de una nave espacial.

El brillo de una nueve milímetros pasa desapercibido en un concierto Glam, es el ruido lo que llama la atención. Brian Slade cae de espaldas, tiene un hueco en el pecho, sin embargo ha abierto los ojos. Todo suena a fraude, el haber montado su propia muerte le puso fin a su carrera. Como suele suceder con los grandes genios la gente no puede entenderlo. No sospechan que para matar a un extraterrestre necesitas más que una nueve milímetros.

De entrada sabemos que asistiremos a la película de un cinéfilo, esos muchachos pálidos corriendo nos recuerdan el principio de Blow Up, la manera como está contado el filme, el periodista recogiendo datos para saber quién fue Brian Slade nos hace evocar la búsqueda del reportero por saber que significa Rosebaud en El ciudadano Kane y además está la atmósfera, la recreación, la máquina del tiempo que hizo Visconti y Kubrick todavía sirve y viajamos por ella a finales de los sesenta a ver como el rock moría y también la falsa masculinidad. Los primeros golpes que había dado Wilde contra la moral victoriana conseguían resquebrajar los viejos valores ingleses y ya nadie te podía decir nada porque salías mostrando el ombligo o porque comprabas el disco de un puto posando como San Sebastián.


Pero esa oleada desenfrenada, el último coletazo de la revolución sexual se ha extinguido con el falso atentado a Slade. Ahora es 1984 y todo es gris. Los rockeros apoyan la dictadura de Margaret Tatcher, se hacen teletones para combatir el hambre en África y engendros como Bob Geldorff son considerados artistas. Tu ya no compras los discos de los putos, te has conseguido un buen trabajo, te has cortado el pelo, no te pintas. Como toda especie te supiste asimilar muy bien a la manada. El miedo a desaparecer pesa más que la libertad. Ahora se cumplen diez años de la falsa muerte del ídolo, debes buscar las pistas no solo para saber que pasó con él sino para saber que ha sido de tu vida en estos diez años donde ya no ves a los chicos, donde el rubor no ha vuelto a tocar tu rostro.

Los salvajes ya no gritan, se han sosegado. Hubo entre el 70 y el 83 una emisión constante de rayos gama que destruyeron lo que la lisergia no pudo, lo que los lisérgicos ayudaron a exacerbar, los gamma acabaron con la imaginación, destruyeron todo indicio de sentimientos. Por eso caminas entre ese mundo de gente tan limpia, tan seria y no puedes ver que ellos vieron lo mismo que tú, escucharon el sonido de la libertad para después apagarse porque no pueden entender que los extraterrestres solo pueden morir con una pistola desintegradora marca ACME.

A pesar de haber ganado el premio de la crítica en Cannes, Velvet Goldmine fue en su momento un estruendoso fracaso de taquilla por culpa expresa de los terribles hermanos Weinstein, jefes de Miramax compañía que se encargó de monopolizar la distribución de las películas independientes en la década del 90 y que cometió muchas arbitrariedades, abusos con jóvenes directores que como Todd Haynes buscaban desesperadamente salirse de los cánones de Hollywood y aspirar a poder tener la libertad de decir lo que les diera la gana. Sin embargo ese primer fracaso hizo que se volviera una especie de ceremonia ver una y otra vez este filme trasngresor, en cierta medida polémico, surrealista pero a la vez documental, todo un antecedente de lo que años después haría Winterbotton con su particular y maravillosa historia del punk en 24 Horas de fiesta.

La ópera prima de Haynes como muchas obras maestras es incalificable. En parte es ciencia ficción, en parte Brian Slade es lo que siempre quisimos ver en David Bowie, un marcial el The man who sold the world que inmortalizaría Nicolas Roeg.

Nada falla en esta obra ambiciosa, extraña. La música, dirigida por Michael Stipe, líder de R.E.M cuenta con la colaboración de integrantes de Radio Head, The Stooges, Placebo y Sonic Youth lo cual garantiza de que si entras a la sala con un porro en la cabeza vas a tener sensaciones extrañas y te convencerás de que eso que pasa por tus ojos no es otra cosa que una joya desconocida. Se hará ante ti visible lo invisible. Pero lejos de ser solo un ejercicio estético, Velvet Goldmine fue el disparador de la carrera de varios grandes actores como es el caso de Ewan Macgregor, Cristian Bale y el inquietante Jonathan Rhys-Mayer quien en su alter ego de David Bowie se robó la atención de otros grandes directores como Woody Allen quien lo terminaría de consagrar dándole el papel protagónico en Match Point.

Hoy en día la única posibilidad para verla es la que todos usan; descargándola por internet. Como American Pop, como 24 horas de fiesta, Velvet Goldmine ayuda a contextualizar mejor uno de los periodos mas fecundos para la historia de la música, cuando componer canciones era mucho más que ganar millones de dólares, cuando “Intentamos cambiar el mundo pero el mundo terminó cambiándonos” Como diría Curt Wild al joven Cristian Bale mientras le entrega el prendedor espacial con el que bajó de la nave Oscar Wilde. Una pieza más para visualizar lo que pudo ser la música si los putos de MTV no lo hubieran jodido todo.

100 PELICULAS. 3. HUSBANDS Dir: John Cassavetes. (1970)

Muchos años antes de que los hermanos Weinstein promovieran a los cuatro vientos el advenimiento del cine independiente un talentoso actor newyorkino intentó arrancarse la camisa de fuerza que le imponía Hollywood y en un acto de valentía e irresponsabilidad sacó lo poco que tenía en el banco e hipotecó la casa donde vivía su familia todo para hacer una peliculita sobre una pareja interreacial, un filme mal fotografiado, granulado, con actores inexpertos pero que extrañamente palpitaba como un ser vivo.
El gran mérito de Shadows era la honestidad con la que estaba contada. Ya el patrón de películas de la industria, donde el americano promedio era siempre un respetable padre de familia y donde en cada calle se respiraba el orden y la tranquilidad que dejaba el sueño americano, se estaba desvencijando. La obra de Cassavetes ayudó no solo a que outsiders como John Waters, Jarmush o David Lynch plasmaran sus atmósferas en el hermoso formato del celuloide sino que terminó por aniquilar el estereotipo del ciudadano respetable norteamericano, renunciando a mostrar no un estereotipo sino un carácter, un espíritu.
Como en la obra de Sherwood Anderson el antropólogo del futuro encontrará en la obra de Cassavetes las claves para entender al hombre norteamericano de finales del siglo XX. Sus angustias, sus dudas, sus temores, todo está allí. Pareciera que a la hora de darle vida a sus personajes desplegara sobre ellos un mapa sicológico por donde transitan en las dos horas que usualmente duraban sus filmes. Esta complejidad impide que Cassavetes no plantee sobre ellos juicios de valor sino que la construcción de los personajes es tan perfecta que sobre la película lo que caminan son hombres de carne y hueso, como tú o como yo.
Es difícil rastrear cuales pueden ser las influencias en las que se inspiró Cassavetes para lograr tener una voz propia. Por su temperamento hiperkinético podríamos colegir que nunca escuchó a nadie. No lo imaginamos sentado en una sala de cine viendo un ciclo completo de Mizogushi. Quiso dirigir por la necesidad de estar cada vez más cerca de su pasión: la actuación. Su mundo es el teatro, los actores. Uno es sus obsesiones y es por eso que él decide hacerle un homenaje al teatro con su incalificable, difícil y tormentosa Openning Night. Dicen los que lo conocieron que en privado solo hablaba de beisbol y de nuevas técnicas actorales, actor hasta la médula decidía impostar en público y decir que era un tipo muy culto, que su papá había estudiado literatura en Harvard, que su escritor preferido era Dostoyevsky, en síntesis que era un espíritu moldeado por el contacto permanente con el arte. Adquirió el conocimiento y sus inquietudes artísticas a partir de ese don que tenía de la observación. Tenía la virtud más importante que puede tener un cineasta: La mirada. Lejos de ser un lector procaz era un neurótico constante un egomoniaco dotado con una sensibilidad única.
La fuerza que lo impulsó a hacer cine era el amor que sentía por la gente, la curiosidad que esta despertaba en él. Por eso amaba la actuación, porque el actor tenía la capacidad de llevar los problemas de la gente a la pantalla. Existía para Cassavetes la responsabilidad al contar una historia de retratar de la mejor manera posible a su prójimo. Por eso el actor es el centro de sus películas, la cámara impacta sobre el rostro de los actores, está encima. Es ella la que está al servicio del actor y no al revés como sucedía en el cine tradicional.
Sin importarle que en cada película se gastase el bienestar de sus hijos, Cassavetes se arriesgó a ser coherente con las historias que él quería contar. No habló de grandes intelectuales, ni de grandes hombres, al contrario habló de gente como uno, de, como diría Hunter Thompson, tontos asalariados. Cada dólar que ganó en los papeles que interpretó, algunos muy exitosos como el Gus de El bebé de Rosemary o el Víctor Franko de Los doce del patíbulo que le valió su única nominación al Óscar, fue destinado a producir cada una de sus películas.
Recuerdo exactamente el dìa que me hablaron por primera vez de Husbands me contaron la historia y no pude creer que en medio de la sencillez de su argumento se podía construir un fresco sobre el hombre contemporáneo. Al verla comprobé la grandeza de las películas de John Cassavetes; la identificación con los personajes es inmediata, la soledad en la que han quedado los tres amigos te carcome el alma. Al final de la ceremonia solo quedan la viuda y los tres compinches, después vendrá para ellos la ansiedad, la miseria de sus vidas. Ninguno de ellos quiere volver a casa, es muy fuerte el golpe, muy duro no volver a ver a alguien que se ama. Lo mejor es beber, beber hasta reventarse, después nada un poco, constatar que las corrientes sanguíneas todavía recorren tu cuerpo y ya cuando hayas agotado las posibilidades de esta ciudad de mierda buscar los pasaportes y viajar hasta Londres para quedarse un par de días, meterle como si fuera paja a una muñeca, material a los recuerdos para olvidar que tu amigo no está. Entonces en un par de días si puedes volver a tu vida de mierda, ya te salió una úlcera en su nombre, ya el dolor de estar vivo hace que envidies la tranquilidad que debe sentir tu amigo en el valle de la muerte.
Como era usual en sus películas la post-producción fue todo un parto. Del copión original de tres horas y media se pasó a noventa minutos para distribución comercial por exigencia de Columbia Pictures. Cassavetes veía con desesperación como la gente se salía en ramilletes de la sala porque no entendía nada de la trama, los cortes habían convertido la trama en una incoherencia total. Pauline Kael volvió a asistir al pase previo y el resultado fue el mismo, le aconsejaba a Cassavetes abandonar los intentos de convertirse en un autor y que se limitara a seguir con su sólida carrera como actor. Kael en los setenta podía tener el poder de convertir en oro unas cuantas goticas de mierda pero también podía convertir una película maravillosa como Husbands en un absoluto fracaso. Para John Cassavetes, Pauline Kael fue la bruja mala de su cuento. Afortunadamente él no tenía una productora sino una familia. Esa relación que palpita entre los tres amigos se mantenía en la vida real. Para Gazzara y Falk trabajar al lado de John era forjarse un capítulo en la historia del cine, por eso a pesar de que ya eran dos actores absolutamente conocidos no cobraban hasta después de estrenarse la película y por supuesto cobraban una ínfima parte de lo que usualmente cobraban en los grandes estudios.
A Cassavetes le molestaba que encasillaran su cine como de arte y ensayo. Él creía que porque sus personajes no tenían mayores complejidades intelecturales podría aspirar a la distribución que podía tener cualquier película del mainstream. Esa fue una de sus grandes equivocaciones desde el punto de vista comercial, haber confiado tanto en el gusto de la gente. Su terquedad le impidió ver razones, nunca cambió su táctica, nunca cedió un milímetro.
Husbands es el testimonio visual de un hombre entregado a una idea con la absoluta convicción de que esa era la única forma de hacer cine. Lejos de ser una película compleja, intelectualoide, Husbands es un filme hecho para pensar en los amigos, para amarlos un poco más sobre tres hombres que como cualquiera están tan tristes con sus vida pero a la vez tan felices de estar juntos que pretenden que la fiesta no termine nunca. ¿Quién no ha tenido esa necesidad?

24 de junio de 2011

BARDAMU

El joven médico se cansó de la bata blanca, del maldito estetoscopio, entonces se enrola en el glorioso ejército francés y entre los obuses rabiosos se abrió camino. Fue el rey de las trincheras, el que mayor número de ratas supo cazar. La gloria a veces no es más que un palo repleto de ratas ensartadas. La gloria cansa, agota sobre todo si para lograrla debes despanzurrar con una bayoneta a tu enemigo, si para alcanzar a tocar una medalla debes dispararle a una larga fila de cabezas de bebé. Por eso sin dudarlo Celine se embarca en un buque viejo, poblado de gente rara, de muy baja estofa. En medio del mar escucha el rumor de que lo quieren degollar y tirar su cuerpo por la borda. La tensión llega a ser extrema pero Bardamú sabe cómo debe tratar a la gente. Él ha tenido la responsabilidad de aplicar inyecciones poderosas, dolorosísimas y ha sabido convencer a tipos muy duros de que se bajen los pantalones y pongan el culo. Así que poco a poco, con su francés pulido los va convenciendo hasta tranquilizarlos. Después de varias semanas lo dejan a orillas del Congo donde la naturaleza es obscena, donde como si fuera una eterna película porno los alacranes y las culebras se retuercen y follan el suelo. Mira muy bien donde pones tu pie cuando te levantes de la cama, una pisada mal dada puede ser mortal.
Louis Ferdinand Celine, como Rabelais era un médico, Un decadente como Lorraine que por ansia de ciencia y ganas de ver tripas se puso en la tarea de estudiar medicina pero en vez de recetar drogas cuestionables el mismo se las bebió. Supo disfrutar de la quinina, la morfina y el éter y como Thomas de Quincey no le dio miedo hablar de sus pasatiempos.
Hoy tenemos el mundo en el click de un computador, antes con lo que nos decían los libros no bastaba así que había que viajar si era posible hasta el final de la noche para saber de que color eran los ojos del diablo. Bardamú recorrió el mundo y al final volvió a Francia, a un horrible suburbio rodeado de perros garrapaturientos. Como el viejo conde transilvano escribía con la música que le daban los hijos de la noche. Se volvió cínico pero nunca amargado. Celine conoció el mundo, se enfrentó desde ratas a leopardos, nunca tembló cuando debió disparar. Fue tildado en los años sesenta como fascista solo porque decía lo que pensaba. Nadie nunca lo supo clasificar.
Hoy cuando también trato de escapar a los confines de la noche me he encontrado de lleno, como un puño en la oscuridad, con su novela. La anarquía represada en ese texto hace que por un momento lo quiera quemar todo y después comenzar de nuevo, acostado en una balsa con el sol arriba achicharrando mi pecho. La lectura de Celine es esencial para comprender que no por estar en constante movimiento se es sabio, al contrario la gran enseñanza del viejo Bardamú es que estamos de paso, que todo es mierda hasta las palabras que escupe este viejo opiómano.

22 de junio de 2011

SOBRE VICKY DAVILA Y LA NECESIDAD DE UNA NUEVA LEY DE MEDIOS

Si bien nunca se le abrió un juicio por haber apoyado de una manera descarada la Dictadura Militar, el influyente periodista Bernardo Neustadt murió bajo el repudio generalizado de miles de jóvenes que rechazaron abiertamente este funesto periodo que vivió Argentina.
Durante los ocho años de terror que acabamos de pasar la prostituta del régimen Vicky Dávila se empeñó desde su madriguera tejida por Ardila Lule y sus huestes fascistas en crear una telaraña de opinión al final de los inmundos noticieros de RCN a la que llamó la Cosa Política. Desde este nefasto rincón, la señora Dávila, mandada por supuesto por sus patrones de turno, enfilaba dardos peligrosamente dirigidos a Hugo Chávez, dándole más leña a un fuego que amenazaba con extenderse hasta las casas de los pobres habitantes de la frontera colombo-venezolana. El rating en esa época de tensión causaba satisfacción al asqueroso paralítico de las gaseosas, ya contaba con sus deditos torcidos por la artritis cuánta plata le podía entrar si empezaba un conflicto bélico entre los dos países.
Desde las páginas del Ateneista nos hemos fijado en como las dictaduras trabajan admirablemente bien El derecho y la Propaganda. En una satrapía desaparecen los discursos para darle paso al panfleto, a la cuña política que despierta fanatismos. Desde los noticieros y los programas de opinión de RCN se le hizo un culto desmesurado a la enclenque figura de Uribe y sus secuaces. Vicky Dávila en esa época no solo era una señora muy sexy sino una mujer muy interesante, inteligente, irónica y burletera. Era la Amparo Grisales de la política colombiana, una Viena Ruiz más punzante y con una cara definitivamente más bonita. Desde su asquerosa tribuna se alentó a la reelección, a confiar en las mafiosas propuestas que acataba juiciosamente desde el ministerio de Agricultura Andrés Felipe Arias. RCN se convirtió entonces en la voz oficial del régimen y la Señora Dávila en su portavoz, la cara angelical donde se escondía un demonio vestido con una chaqueta antibalas y armado con la más poderosa de las endoloras.
Hace unos días la excelsa reportera interpeló duramente al ex senador Juan Carlos Martínez sobre la parapolítica. Martínez preso por tener nexos con el narcotráfico, acosado por las incesantes preguntas de Dávila le preguntó por su suegro, quien según el ex senador estaba preso desde hace años por narcotráfico. La periodista tartamudeó y nada tuvo para decir, incluso la entrevista terminó de una manera abrupta.
Hoy el país se pregunta ¿Quién es el suegro de esta meretriz? ¿En que oscura cárcel del mundo se está pudriendo? Lo preocupante es que sigue conservando su espacio radial y su reducto infecto en televisión desde donde sigue abogando para que los tenebrosos días de su patrón vuelvan a esta Colombia que según ella “Está sumido en el caos, en la anarquía de la guerra. Sin él los terroristas ganarán la guerra”. No existe un lugar más corrupto en este momento en Colombia que RCN. La Gurisatti, Jota Mario, Pacho Santos y por supuesto ella, la reina de la opinión política, la que con sus palabras procaces intentó sembrar el odio, la xenofobia contra los venezolanos. Ahora a su cuestionable trayectoria como comunicadora se siembra otra duda, la de su familia y las conexiones que según Martínez pueda tener con la mafia. Igual al defender públicamente a Uribe como lo ha hecho se constituye en una cómplice del cartel. Todos los que defienden al ex dictador debe ser investigado.
Sus días como periodistas tienen que estar contados, esperemos que en este raro ataque de honestidad el gobierno trate de encontrar las irregularidades en que pueden estar sumidos los que trabajan en RCN. La libertad de expresión en países como el nuestro, donde los grupos económicos poseen los medios de comunicación debe ser revisada. Como hizo hace dos años Cristina Fernandez de Kitchner, Colombia necesita una nueva ley de medios, una ley que asegure que cada quien pueda decir su verdad, un periodismo que investigue que no opine, que solo muestre los resultados de su investigación. Con Vicky Dávila el periodismo colombiano demuestra que debe ser refundando.

100 PELICULAS. 4. EL BUENO, EL MALO Y EL FEO. Dir: Sergio Leone (1967)

El western crepuscular surge cuando las grandes compañías de Hollywood empiezan a notar que el público le da la espalda a los caballos, el desierto y los indios. Después de El hombre que mató a Liberty Valance termina no solo la época dorada del cine norteamericano sino el género que ellos inventaron y por donde desembocaron todos los mitos y leyendas que traían los temerarios colonizadores. Tuvo que venir un italiano, adaptando una película de samurais, Yojimbo, para que el western resurgiera de las cenizas. Eso si ya nunca más veríamos a indios disputando el territorio contra los blancos. A partir de Por un puñado de dólares Sergio Leone ensombrecería las historias de vaqueros, rompiendo la dicotomía entre el bien y el mal. En la exploración de tierras inhóspitas y desconocidas donde el rumor del oro y el dinero fácil es algo constante, donde la justicia es endeble y no alcanza a llegar a la vasta extensión del desierto es cuando el hombre desata su ira y su justicia desde su propio puño.
En el Spaguetti Western no existen más los comisarios heroicos tipo Whyte Earp, acá son los cazafortunas los protagonistas de la historia. Mientras que en las películas de Ford los hombres abren las ventanas para contemplar el paisaje y admirarlo en los filmes de Leone todo es claustrofóbico, sombrío, sanguinario. Acá no se puede abrir ninguna ventana porque cualquier resquicio es suficiente para que una bala perfore tus ojos. Los italianos como Damiano Damiani o Franco Nero supieron percibir de una manera menos idealizada y más real la terrible colonización del oeste de los Estados Unidos de América. Los forjadores del género como Ford, Hawks o Sturgues asistieron impávidos al advenimiento de Sergio Leone y su cine lleno de rostros cuarteados por el polvo y en cuya mirada se pueden percibir las cicatrices que han dejado cada una de las muertes que han perpetrado.
De todas las películas de Leone ninguna tuvo tanto éxito como El bueno, el malo y el feo, ninguna, se convirtió incluso en todo un ícono de los años sesenta. Fue un éxito inmediato de crítica y taquilla revitalizando un muerto, un género que ya venía dando tumbos y que ya no cautivaba a un público que esperaba máquinas espaciales y rayos láser. Este no es un western es una película de aventuras donde el espectador se siente plenamente identificado con ese tándem que logran construir Clint Eastwood y Eli Walach, los dos errantes que no tienen ningún asidero en el mundo y cuya única ambición es conseguir de golpe, la ansiada fortuna.
De entrada nos encontramos con esos rostros golpeados, quemados, feos. Acá en este furioso desierto no existe el glamour ni la lealtad. Cada uno de nuestros tres protagonistas viaja solo. En el Oeste andar mal acompañado puede significar un disparo por la espalda. Es mejor andar solo. Como telón de fondo está la guerra civil. Siempre nos habían mostrado en el cine a los hombres del sur como apacibles caballeros de modales conservadores y aristocráticos que habían perdido en franca lid la guerra contra los Yankees. Acá Leone muestra que en ese ejército también entraron temibles mercenarios que no dudaban un segundo en torturar para sacar información o para hacer mejor la digestión. Ojos de angel, aquel maravilloso personaje interpretado por Lee Van Clift invita a comer a su conocido Tuco, lo llena y luego, de sobre mesa llama al gigante de su guardaespaldas para que le de una severa tunda a su invitado. Todo por el oro man que es el gran imán que mueve el destino de los hombres.
Narrar la película sería tan extenso como inoficioso. Además el guión perfectamente construido es una sucesión de historias visuales que se pegan como un colage contando eso si la misma historia. Por eso es que uno no siente las casi tres horas que dura esta película. Pobre Leone, la cantidad de problemas que tuvo por la duración de sus películas. Quería tomarse el tiempo, narrar, construir personajes y para eso muchas veces no vale tener capacidad de síntesis. Cuando la rueda de la fortuna le viró la espalda con el éxito de sus películas los productores empezaron a acosarlo, a exigirle que cortara más y más material. Con El bueno, el malo y el feo no tuvo ese problema, le entregaron todo lo que necesitaba y es por eso que es una película perfecta cuyos hilos se unen maravillosamente bien.
Desde los créditos, hasta la música de Ennio Morricone, este filme ha influenciado a directores tan dispares como Peckinpah, Tarantino o el mismo Eastwood quien aprendió de su maestro viéndolo trabajar, que mejor escuela. Para todos aquellos que están convencidos que el western es un género de Papá no pueden dejar de pasar un segundo más y tratar de ver este filme, intenso, dinámico, una película para ver de pie y con las uñas entre los dedos. Pasaran muchas décadas antes de volver a ver una película como esta.

21 de junio de 2011

UN GRAN POETA

Cada mañana, lo primero que hacía Ontiveros era calentar una rabadilla de gallina rebosante de huevos en el microondas y pasarla con un vasito de masato mientras terminaba de leer un libro sobre el III Reich. Todavía era de noche cuando salía con su maletín de cuero y el pelo perfectamente alisado para atrás. El trabajo no quedaba lejos así que caminaba rápido. Estaba convencido que ese ejercicio diario aminoraría las miles de calorías que consumía al día y no entendía porque a pesar de caminar cuatro cuadras a paso raudo él seguía exhibiendo esa mantecosa y nerviosa barriga. Se sentaba y antes de ocuparse de las decenas de carpetas que justo ese día se acumulaban alrededor, sacó la libreta y continuó con el poema. Era sobre el recuerdo de una amiga rubia que había tenido en la niñez. Su padre había sido abaleado por unos delincuentes comunes en la década del ochenta. Ontiveros buscaba con desesperación enaltecer esa muerte, darle connotaciones heroicas. En la universidad siempre quiso pertenecer a la JUCO pero le daba muchísima pereza asistir a las reuniones de los sábados o los domingos meterse bien adentro en Atalaya a alfabetizar. Además en esa época el creía ser un hombre de armas, no de ideas. “Y si no lo mató un ladrón sino el nefasto gobierno de Virgilio Barco? Y podía ver como ese odioso comerciante se convertía en su cabeza en un aguerrido líder sindical, lo vio arrastrarse hasta la bandera roja y relajar su cuerpo solo cuando pudo abrazar ese pedazo de tela escarlata. Alborozado por la imagen que acababa de plasmar sobre el papel, mordió su mongol y para compensar tamaña dedicación llamó a la cafetería pero nadie le contestó al mirar la hora en su computador comprobó que todavía era muy temprano.
Anoche necesitaba dejar lista la exposición que tenía para esta tarde. Desde Bogotá venía la controlaría para verificar que no hubiese ningún acto de corrupción en el archivo. Desde ahí el poeta en ciernes tenía el manejo de todas las hojas de vida de los maestros del departamento. Casos se habían visto donde sus antecesores decidieron dejarse ayudar por los maestros que cansados de tener unos sueldos de mierda necesitaban ganar un poco más. Ontiveros los ayudaba pensando en que lo más importante que le daría a la humanidad serían sus poemas y para poder hacerlos, para poder concentrarse mejor lo ideal sería que no tuviera ningún problema económico. Para dormir con tranquilidad se decía que al otro día haría los versos que lo catapultarían a lo que el llamaba “El olimpo literario” donde solo estarían él y Sábato y Saramago y Benedetti y Paulo Coelho, sus escritores preferidos, los que mas influencia habían tenido sobre su obra. Entonces había preparado unas carteleras para explicar el flujo de carpetas mensuales, su organigrama de trabajo, en fin demostraría sobre esas carteleras su abnegado e impoluto desempeño. Lamentablemente el verde había sido utilizado constantemente ya que las columnas de ese color prevalecían sobre las rojas producto de su impecable rendimiento. Intentó llamar a la papelería para que le trajeran el pedido pero nadie le contestó. Se puso una bata y salió corriendo para allá. Últimamente él consumo excesivo de cocaína lo aceleraba constantemente. A pesar de que tres llantas de grasa se le asentaban en él pecho y la región abdominal todo, absolutamente todo lo hacía corriendo. En la esquina sintió como una nausea le partía en dos la enorme barriga. Tomó aire como quien saca la cabeza del agua e inhala. El jadeo era tan fuerte que llamó la atención de una muchacha rubia que pasaba por allí, se acercó y le preguntó que pasaba. Era ella. La alegría de verla después de tanto tiempo hizo que la vergüenza de verse así, ahogado y en bata pasara a un segundo plano. Desde el colegio que no se veían y sin embargo el seguía recordando el momento en que ella llegó desgarrada porque su padre, un importante exportador de la ciudad acababa de ser acribillado cuando abría el negocio. Ella llegó llorando mientras los otros niños se burlaban de su desgracia. Ontiveros fue el único que se acercó para darle consuelo por eso, como ocurriera treinta años atrás él intentó abrazarla pero ella apartó ese océano de grasa con sus dos manos.
-Te entiendo, discúlpame-Decía Ontiveros mientras con su lengua se relamía el bigote- No me acordaba de lo de tu padre.
-¿Qué es lo de mi padre? ¿De que está hablando?- decía la rubia mientras le hacía señas al hombre que la esperaba en la esquina- óyeme Ontiveros, de verdad vine corriendo porque escuché el jadeo y creí que te iba a dar un infarto pero la verdad tengo que irme.
-¿Cómo que te tienes que ir chiquita? ¿Después de tanto tiempo me dejas ir así, como si nada?
Ella sin mediar diálogo se volteó, cruzó la calle y abrazó al chico que la acompañaba. El gordo la siguió por callejuelas hasta que llegaron a la gran avenida donde se metieron a la casa 5 B. Ya sabía dónde vivía la que él consideraba “El amor de su vida”.
A pesar de que sus intentos por ser guitarrista, actor, arquitecto, pintor y ahora poeta habían fracasado estruendosamente, a pesar de su escaso por no decir nulo éxito con las mujeres, Ontiveros se tenía una fe casi tan enorme como su panza. El hecho de que días atrás una maestra desesperada, madre de cinco hijos, cuyo esposo había sido confundido con un guerrillero y dado de baja por el glorioso ejército la obligaba a ganar un poco más. Por eso necesitaba encarecidamente ascender en su escalafón. A Ontiveros le resultó hacer con la joven madre algo que el llamaba “Cruce de cuentas” o “Ayuda mancomunada” Osea que entre los dos resolverían sus problemas. Sobre la mesa de su trabajo le puso fin a cinco meses de castidad obligada. En su blog escribió un artículo sobre lo putas que pueden ser las maestras del Departamento. Este soborno lo había interpretado en su mente como un acto de seducción, de poder sexual que sin duda creía tener. Por eso el hecho de que la hermosa rubia viviera con un man pinta al frente del exclusivo sector de la Gran Avenida le preocupaba lo más mínimo.
-Ontiveros hombre, yo creí que a esta hora ya había cruzado la frontera, a que vino, a que lo metieran preso.- Era Conrado Becerra, su jefe de sección, un hombre que siempre había odiado a su subalterno porque creía con justa razón que estaba en ese puesto por sus conexiones políticas- Usted no tiene ninguna forma de explicar lo que ha sucedido en este archivo, ninguno. Ontiveros, quiere un consejo hermano, vayase loco, váyase mientras tenga tiempo, esos manes se demoran todavía, ah, y veo que volvió a ser carteleras, y como así? Todo es verde querido Ontiveros? Mire sabe que, en el fondo me va a alegrar que se quede.
Salió dando un portazo. Que se cree el Becerra este, ¿Acaso no sabe quienes son los Ontiveros en esta ciudad? Él no tenía opción de estar en este maldito hueco por sus convicciones artísticas, ya lo habían hecho otros peotas, sostenerse en un puesto infame, chuparle la teta al estado para poder hacer su obra. Pero cuando esta explotara vendrían sus familiares y todos los Becerras que lo habían humillado, que lo habían tratado de inútil a arrodillarse ante sus pies. No sería la primera vez que pasaba en la historia, no señor.
Además se le acusaba de una injusticia, de algo que todos habían hecho. Un mandatario de este país dijo alguna vez que lo correcto era robar en sus justas proporciones, bueno, que lo investigaran, que vieran el chiquero donde dormía, lo poco que ganaba que si bien el no sufría porque la parte de la gallina que mas disfrutaba comer era la rabadilla el no tenía auto, ni compraba los libros de sus autores favoritos ni se daba ningún lujo. Que por ahí tres veces al año recibía favores de las maestras desesperadas por ascender pero que no necesitaba nada de eso porque para eso él era poeta y había nacido con el don de palabra.
Su objetivo no era congraciarse con los fiscales capitalinos que vinieron por las constantes quejas que llegaron de diferentes maestras denunciando las vejaciones a las que eran sometidas por parte del funcionario clase C Eleazar Ontiveros. Llamando a tres tías conseguiría la absolución final porque por mas que lo odiara su familia el llevaba su apellido y para ellos sería una deshonra, un escupitajo al pedigrí que se filtrara este escándalo en los periódicos. No, su objetivo era hacer el poema mas hermoso para la mujer mas bella del planeta. Por eso mientras se encargaba de hacerle correcciones a su cartelera porque en la oficina había encontrado por fin el marcador rojo, tuvo el impulso que solo pueden tener los poetas, los iluminados y rompió esa oda al padre muerto y como si Dios se hubiera sentado a su lado a dictarle escribió estas palabras.
Fémina de turgentes formas
Tu sonrisa tiene la frescura
De las algas marinas en primavera.
Blonda carismática y feliz
Crees con razón
Jajajajajjajaja
Jajajajajajja
Que puedes atrapar todo con una sonrisa
Anda
Si?
Sonríe un poco para mi
Sobre tu nombre puedo encontrar
Explicaciones sobre
El hambre en África
O las continuas guerras en Israel
Pero anda
Ven
Que eso que en tu cara me fascina
Que es eso que en tu cara me domina
Será tu sonrisa?
O tu
Carita de Angel
La próxima vez que me veas por favor
No
T
E
Va-
Y
A
S

Tomando los riesgos estilísticos de sus autores favoritos como Meyra del Mar, Angela Botero, Ricardo Arjona, Andrés Cepeda o Benedetti, Eleazar no solo hizo la esperada a oda a la blonda de sus sueños sino que de paso había logrado crear el poema con el que aspiraría a la inmortalidad. Podía ver entonces como rubias jovencísimas de pechos pronunciados se le acercaban a ponerle sobre su cabeza la tan ansiada corona de laurel. Releyó lo escrito y no pudo reprimir el llanto. Temblando firmó el poema convencido de que había sido el actor protagónico de una de las páginas mas gloriosas de la historia de la literatura.
Afuera un alboroto se había formado en torno a su puerta. Y es que desde hacía una hora los jueces habían llegado al ministerio y exigían su presencia. Estaba tan sumergido en la concepción del poema que no escuchaba lo que sucedía. El mundo se había detenido y su pluma era lo único que se movía. Salió con una sonrisa de oreja a oreja, batiendo como un loco la hoja donde había escrito el poema. No atendió lo que decían, gritaba que sus sueños por fin se habían hecho realidad. Conrado sonrojado le agarraba del brazo obligándolo a entrar en la sala pero Ontiveros, poseído por el espíritu de Mario Benedetti salió corriendo por el pasillo, las oleadas de grasa surcaban la tela de su camisa, Conrado gritó una y otra vez pero al gordo poco o nada le iba a importar lo que decidieran los jueces en esa audiencia, igual él ya era un poeta y como tal ya no pertenecía a este mundo.

LA COPA AMÉRICA. QUE LA TACTICA NO PREVALEZCA SOBRE LA TECNICA

Fue un gran acierto de la Conmebol hacer la Copa América cada cuatro y no cada dos años como sucedía desde el 2001. La renuncia de Argentina a la Copa que Colombia organizó fue el disparador que puso sobre el tapete una realidad tan grande como el Monumental de Núñez y es que las selecciones nacionales no se tomaban en serio el certamen continental, era un torneíto ahí donde los técnicos probaban formaciones para lo que ellos consideraban lo único importante: Las eliminatorias a los mundiales.
Ahora se realizan cada cuatro años y todas las selecciones ponen lo mejor. La cantidad de estrellas pone al torneo en un nivel parecido a la de la Eurocopa aunque todavía hay cosas que no son serias, por ejemplo eso de que califiquen a la segunda fase 8 de 12 equipos, pero bueno, no podemos hacer nada, somos un continente de países muy grandes y tan solo hubo cupo en este extenso territorio para diez cochinos países.
Igual equipos como el colombiano no tienen asegurada la calificación a cuartos de final así estén en un grupo tan fácil como el que nos tocó. Hace cuatro años el ridículo fue mayúsculo. La expectativa era inmensa pocos minutos antes de que Paraguay nos hiciera cinco, de que la autodenominada mejor pareja de centrales de América volviera a desconcentrarse, porque es una lástima que Yepez y sobre todo Córdoba bajaran tanto su nivel cuando se ponían la camiseta amarilla. Eso los noticieros decían que este par de defensas si se conocen bien porque empezaron su carrera en el Rionegro, hecho que es cierto pero lo que olvidan es que Yepez en ese equipo era delantero y no defensa. El profesor Luis Fernando Montoya los llevó al suramericano Sub-20 de 1995 donde se volvió a fracasar en el intento a calificar a un mundial. Allí Iván Ramiro era suplente así que es mentira eso de que se conocían mucho.
El que ahora extrañe a Leonel, Valderrama, Rincón o Asprilla está jodido, es un terco, un obtuso. Ninguno de ellos, escúcheme bien, ninguno de ellos tuvo la jerarquía de triunfar en Europa. Rincón tuvo una temporada gloriosa en el Napoli, temporada que le valió el ser pedido por Jorge Valdano para engrosar las filas de su maravilloso Real Madrid, los resultados deportivos bueno, dejaron mucho que desear. Los periodistas deportivos colombianos que en ese momento tenían que hacerse camisas especiales para que cupiera en el pecho su ego le achacaron a la intolerancia racial que siempre ha dispensado a los negros este club fascista, racista, el club del generalísimo Franco. Siempre existirá una excusa para explicar un fracaso.
Leonel, Valderrama e Higuita, fueron pedidos por Francisco Maturana para que formaran parte del Valladolid. El loco y el Pibe duraron solo una temporada. Lo único por lo que se le recuerda en España al que es considerado el mejor futbolista de nuestra precaria historia fue por el famoso agarrón de guevas que le propinó Michel.
Asprilla del cual tanto se habla, de sus éxitos con el Parma y que tales era un delantero escurridizo, rapidísimo, que tuvo la fortuna de marcarle un golazo de tiro libre al Milán en 1993 que le permitió quitarle a los rossoneros un histórico invicto. Ahora en las seis temporadas que jugó su mejor registro fue de 11 goles. Su pase millonario al Newcastle United que en ese momento era líder indiscutido de la Premier League significó para el club perder la liga por el pésimo ambiente que generó la llegada del tulueño al camerino del Newcastle. Los tres goles convertidos al Barcelona en primera fase de Champions no alcanzan a borrar la amargura que generó su millonaria contratación.
Ahora estos tipos se juntaban y se entendían y desplegaban un juego bonito y golearon en un partido rarísimo a Argentina en su casa y calificaron a tres mundiales seguidos y tal pero hay qye decirlo no ganaron nada. Ahora, lo otro es que el nivel en los noventa del fútbol suramericano era horrible, paupérrimo. Brasil vivía épocas doradas con sus Ronaldo, Romario, Edmundo o Rivaldo, Argentina tenía un equipazo con Batistuta, Caniggia, Leo Rodriguez y Simeone, pero el resto de seleccionados carecían de grandes estrellas. Nosotros por eliminatorias, cuando calificamos por ejemplo nunca enfrentamos a Brasil. En el 90 nos tocó un grupo con Paraguay y Ecuador equipos que no eran ni la sombra de lo que son ahora. Eramos buenos y los rivales eran peores.
Yo creo que en esta Copa América como sucedió desde que esa “Generación dorada” que no ganó nada desapareció, se tienen los jugadores para hacer un papel importante. El problema es que esa misma bonanza la viven selecciones como Uruguay y Chile. El jugador del momento es Alexis Sánchez y tipos como Cavani o Luis Suarez son considerados cracks en sus rutilantes equipos. En Paraguay el nacionalizado Lucas Barrios se cansó de hacer goles en la Bundesliga y tienen la misma estructura del equipo que hizo historia en el pasado mundial. Ecuador que ni siquiera calificó a Surafrica cuenta en sus filas con Cristian Benítez flamante incorporación del América de México y con un Antonio Valencia jugador de confianza de Alex Ferguson en el Manchester. A esto hay que sumarle las super estrellas argentinas que ya pertenecen a otro nivel. Los que si tienen un equipo en teoría más flojo son los brasileros, parece que las épocas donde se tenían delanteros en los mejores clubes del mundo han pasado. Brasil en este momento no tiene cracks y a mi todavía no me meten el cuento de Neymar porque el Santos es especialista en sacar estos “fenómenos” o sino miren la irregular carrera de Robinho y Elano y la paupérrima carrera de Diego y Olivera.
Colombia tiene buenos jugadores, algunos como Guarín y Falcao campeones de Europa y figuras de sus equipos. Por primera vez tenemos tal vez los mejores laterales del torneo. Armero y Zuñiga fueron vitales para las espectaculares campañas del Udinese y Napoli respectivamente, pero eso no es ninguna garantía ya que en la Copa América de Venezuela nos hicieron diez goles Paraguay y Argentina teniendo la mejor pareja de centrales del continente.
Siempre hemos tenido buenos jugadores, lo que es nuevo es el poder ofensivo. Colombia posee cinco delanteros de primer nivel. Teófilo Gutierrez fue goleador del torneo argentino, Falcao hizo una temporada de 38 goles en el Porto y rompió el record de goleo en la UEFA, Rodallega goleador y figura de su equipo hasta el punto de que un gol suyo le permitió al Wigan salvar la categoría. Jackson Martínez es el delantero mas codiciado del mercado mexicano y siempre ha rendido con la selección, lo mismo se puede aplicar para Dayro Moreno. Con un gol de Adrián Ramos el Hertha Berlín subió a la Bundesliga. Lo importante es que los sepa usar el técnico. Argentina poseía su mejor delantera de la historia pero lo despilfarro Maradona y su ineptitud, que no le pase esto al técnico Gómez.
El éxito este proceso puede radicar en que Bolillo entienda que ya no pueda dirigir y le dé el mando al admirado Leonel. Parece ser que eso es lo que está sucediendo. Álvarez será el estratega y Gómez el motivador, el viejito aguardientoso y alcahuete que le da confianza a sus muchachos.
La Copa América de Argentina será el termómetro en el que se medirá la que posiblemente sea la mejor generación de jugadores que hemos tenido en mucho tiempo. Ha llegado para ellos su etapa de maduración y por lo que han mostrado en sus equipos da para esperanzarse. Lo que no deben olvidar los técnicos de la selección Colombia es que estos jugadores están acostumbrados a jugar al ataque y que ojalá sea el técnico el que se acople a la idea de los futbolistas y no que la maldita táctica quiera ser más importante que la técnica.

20 de junio de 2011

100 PELICULAS. 5. UNA EVA Y DOS ADANES. Dir: Billy Wilder (1959)

El 28 de marzo del 2002 murió Billy Wilder. La noticia en Colombia no tuvo mayor difusión. Por ahí apareció en las revistas especializadas un breve artículo sobre su desaparición, algo como para cumplir, pero en realidad nada serio. Sólo rseñaban que un hombre que hacía películas había muerto a los 96 años.

Lo que muchos ignoran es que a este viejito chistoso se le deben dos de los iconos mas representativos de Hollywood, que son, la figura de Gloria Swanson bajando la caracoleada escalera en Sunsent Boulevard y la falda de Marilyn levantándose cuando pasa por un ventilador del metro en La comezón del séptimo año.

Wilder tuvo la suerte de ver como su sueño americano se convertía en realidad. Fue de los pocos directores que pudieron triunfar a nivel de crítica y de taquilla y además fue un maestro para eludir la censura que en la época dorada de Hollywood acechaba despiadamente.

Desde su primera película, la alemana Curvas peligrosas hecha en 1934, hasta su última, rodada en 1981 y que lleva por nombre Aquí un amigo Wilder se reveló como un genial director de actores. Su humor propio lo supo llevar a la pantalla llenándola de esplendor y corrosividad, ya que si Hitchcock inventa en el cine el suspenso, Wilder hará lo propio con el humor negro. Sin embargo su versatilidad lo llevó a hacer películas de trama tensa como lo fue Testigo de cargo, una de sus películas mas atacadas e incomprendidas.

Pero el film que veremos hoy está lejos de ser uno de corte hitchconiano, y si muy cerca de ser su mejor película (igualada tal vez por la ya citada Sunsent Boulevard) hablo de Some like it hot, traducida de dos formas al español, ya sea Con faldas y a lo loco como se le conoce en España o Una Eva y dos adanes nombre con el que se conoció en Latinoamérica. Este fue un trabajo hecho con Marilyn Monroe, ya cuando la rubia gloriosa no pertenecía a Joe Di Maggio el famoso jugador de los Yanquis de Nueva York, sino al dramaturgo Arthur Miller. El trabajo de Marilyn se hizo más complicado mientras estuvo casada con Miller, ya que el despreciaba al cine y lo veía como un género menor al teatro. Eran famosas las cartas de reclamo que tuvo el dramatugo contra Wilder, ya que según él su esposa había abortado por culpa del trato que recibió en la filmación. El cineasta no se hizo esperar y esto contestó:

“ naturalmente lamento profundamente que ella perdiera al bebé, pero me siento obligado a rechazar firmemente la acusación de que, de alguna manera, fuera responsable de ello el exceso de trabajo o un trato desconsiderado por mi parte. La verdad es que la compañía la envolvió en algodones, la protegió y soportó para cada uno de sus estados de ánimo. La única persona que mostró una falta de consideración absoluta fue Marilyn con sus compañeros de reparto y colaboradores, desde el primer día antes de que hubiera el menor signo de embarazo. Sus retrasos crónicos y su falta de preparación nos costó dieciocho días de rodaje, cientos de miles de dólares e innumerables infartos. Ésta fue mi segunda película con Marilyn y yo comprendo sus problemas, pero su mayor problema es que ella no entiende los problemas de los demás”

Dos años después de Una Eva y dos adanes Miller adaptó al cine su obra Vidas rebeldes. Allí el dramaturgo omnipotente experimentó en su propia carne, al dirigir a su esposa en la película. Al final del rodaje ya se habían separado.

Wilder decía a manera de chiste que el conocía una buena chica en Viena que hubiese llegado temprano a todos los ensayos, hubiese aportado plata para la producción, y hasta hubiese actuado bien.. pero todo eso sería infructuoso si no hubiese sido Marilyn la que actuara allí. a los jóvenes de hoy no nos gusta tanto Marilyn ya que con la postmodernidad los gustos se trastocaron y ahora nos gustan anoréxicas y desgarbadas, y Marilyn era ampulosa, ostentosa y regordeta. Y bruta, si que lo era, para la escena de “donde está el vermouth” Wilder tuvo que repetir sesenta y cicno veces porque Marilyn era incapaz de repetir “Donde está el borbón?” además cada vez que se equivocaba la Monroe rompía en un llanto histérico.

Trabajar con Marilyn no era fácil, por algo todos los del set terminaron odiándola, incluyendo a su compañero y galán de la película, Tony Curtis quien cuando terminó de rodar declaró que besar a Marilyn era como besar a Hitler. Y es que los íconos íconos son. Truman Capote el genial escritor norteamericano y amigo personal de la diva decía que Marilyn era digna de pesar, que ella era la prisionera de su cuerpo y que siempre había deseado un papel serio. Pero ella no era para tomarse en serio.

Por eso es que en Una Eva y dos adanes logra su mejor papel, no porque sea una película Marilyn sino porque está dirigida por Wilder. Para muchos este film es la mejor comedia de todos los tiempos y en realidad es una lástima que halla permanecido tantos años oculta en nuestro país, que cada nada se ocupa de pasar comedias escatológicas y vulgares como las de Edie Murphy o las de Jim Carrey.

Una Eva y dos adanes no se queda en la risa fácil, ya que la situación del principio es real, todo un hecho histórico que es la matanza de San Valentín. Además la película aborda sin rubor el tema de la homosexualidad, y no por el hecho de que Tony Curtis y Jack Lemmon se disfracen de mujeres sino por el genial dialogo que sostienen Joe E. Brown (osgood) y Jack Lemmon ( Terry). Están sentados en la parte delantera de un bote. Brown lo conduce, y por eso mantiene la mirada fija hacia delante. En la parte de atrás del bote, Marilyn Monroe y Tony Curtis están besándose. Osgood: “he hablado con mamá por teléfono, ha llorado de felicidad. Desea que lleve su traje de novia con encajes blancos”. Jerry (llevándose las manos al corazón): “Osgood, no puedo carme con el traje de tu madre, ella y yo no tenemos el mismo cuerpo”. Osgood: “harémos que lo arreglen”. Jerry (con firmeza): “no lo harás! Mira, Osgood, debo decirte la verdad. No podemos casarnos”. Osgood: “porqué no?”. Jerry: “bueno en realidad no soy rubia”. Osgood (generoso): “no importa” Jerry “y además fumo, fumo como un carretero”. Osgood: “ A mí no me molesta”. Jerry: “ y tengo un pasado muy agitado. Desde hace tres años vivo con un saxofonista”. Osgood: “te perdono”. Jerry (cada vez más desesperado) “y nunca podré tenr hijos”. Osgood “los adóptaremos”. Jerry “pero es que no me comprendes” (se arranca la peluca y dice con voz de hombre) “soy un hombre” Osgood (con indiferencia): “nadie es perfecto”.

Este talvez sea el final que vislumbra las famosas sexy comedias dignas de revolución sexual. La censura no fue benévola con el final y en varios estados de la unión americana. Fue un éxito arrasador de taquilla y de crítica.

Marilyn fue aplaudida hasta la saciedad por su papel de Sugar Kane en esta película. Incluso dejó otra imagen iconográfica: la de ella caminando al lado de un tren y este le bota un vapor en sus nalgas como recordando la subida de faldas en La comezón del séptimo año. Los periodistas casi siempre malintencionados quisieron enrarecer la relación que director y diva tenían. Wilder tenía un buen recuerdo de Marilyn y es mentira lo que se diga al respecto. En su Autobiografía Nadie es perfecto Billy le dice a su compatriota Hellmuth Karasek le dijo “existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la segunda guerra mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos. Era el infierno, pero valía la pena.”

16 de junio de 2011

LA MAÑANA

En plenas facultades mentales me dispongo pues a comenzar de nuevo. El día se vuelve a toldar y seguramente las gotas de agua volverán a caer sobre las calles de esta ciudad. No necesito muchas horas para dormir, a lo sumo cinco y pare de contar. Con la pesadez del sueño aún en los ojos garrapateo las primeras letras de este día. En la noche anterior descubrí una joya que no había visto: La ruleta china de Fassbinder. Una pobre tullida es el objeto del odio de toda su familia. La extraña enfermedad que la azota ha sido el detonante de este repudio. Su enfermedad es vista como una maldición por la gente que le rodea. En una extraña fiesta de swingers los papás de la chica se divierten en la vieja mansión. La tullida irrumpe en la edificación y la madre vuelve a sentir la repugnancia que le produce su presencia. La madre tiene un arma y quiere usarla. Tiene muchas ganas de vaciarle el proveedor al pecho de su hija. Lo que me impacta más del cine de este realizador alemán es la maldad que recubre a cada uno de sus personajes. Son películas duras, casi diabólicas. Los amantes se besan al cuello, mordiéndose como vampiros sedientos. Los ojos son fríos y cuando alguna alegría los embarga irrumpen en una carcajada histérica. La risa es expulsada de la boca como quien escupe o vomita.
Queriendo seguir con las cosas que no he visto me subí a ese toro mecánico que es Pink Flamingo. Desde los años universitarios cuando vi Gummo no sentía tanta repugnancia. No me importa que los freaks que protagonizan esta bizarrada coman mierda de perro al final de la película, lo que me desespera es el ensalce que se le hace a la estética de lo feo en cada uno de sus planos. Pink Flamingo me volvió a mostrar los límites que tengo. Lo siento no me puede gustar todo. Según un amigo muy querido, admirador de John Waters y de todo lo extraño, yo no entendí el contexto de la película. Es un filme guerrillero, anti narrativo y anti cultural. Si tienen ganas de pelear pues que abandonen la sala de edición para internarse en la selva empuñando un arma pero que no sigan haciendo sus mierdas de películas. Duré quince minutos no más montado en este toro mecánico que me espetó como si fuera un muñeco de trapo. Mi amigo decía que esta película gustaba mucho a los franceses siempre amantes de lo que va en contravía. Los franceses le dije, son unos sucios snobs y nosotros somos las ratas mas miserables de este chiquero porque no hacemos sino copiar todo lo que estos sucios malolientes hacen o dicen.
Lo bueno de Pink Flamingo es que te dan ganas de ver buen cine. Lavé mis heridas volviendo a ver por enésima vez Barry Lyndon, el exitoso intento de Kubrick por viajar en su máquina del tiempo. Sobre la pared las imágenes se iban componiendo formando un cuadro. Lyndon es una clase de pintura y de mesura narrativa. Todo fluye despacio, cada minuto del filme está revestido de vida. Como Visconti Kubrick fue un gran adaptador. No solo se conformaba con trasladar la atmósfera que rodeaba un libro sino que al trasladarlo al cine convierte la obra literaria en algo propio.
Época muy fecunda no solo en lo que he escrito sino en lo que he leído o releído. Sin embargo quiero centrarme en mis fracasos. Influenciado por la pasión que le profesan muchos amigos compré hace unos meses Vida Secreta de Pascal Quignard. Creí que era la época perfecta para leer el que es considerado el último gran libro sobre el amor. Pero me declaro inmune a la poesía. No he podido pasar de la segunda página. No es culpa de la traducción, el lenguaje es muy bello y todo eso pero yo necesito que me cuenten una historia así sea de una manera desordenada, extraña como lo puede hacer Celine, pero la belleza por la belleza no va conmigo querido. El amor me gusta vivirlo en físico, con otro cuerpo al lado. Leer sobre el amor de los demás me resulta tan impúdico como observar la cagada de un extraño.
Berlín Alexanderplatz fue otro de mis descalabros. Desde que vi la versión televisiva que hizo Fassbinder me dio curiosidad leer la obra cumbre de Doblin. Pero este experimento me ha dejado absolutamente perplejo. No entiendo como hizo el realizador alemán para darle coherencia narrativa a un masacote extraño, pedante, incoherente. Hace unos años trataba de ser condescendiente con una obra tratando de decir que es que me quedaba grande. No, hay cosas que no solo te quedan grande sino que los años han caído sobre todas esas experimentaciones literarias. La inmortalidad de una obra radica en la sencillez con la que está hecha. Si una novela no es un puente entre el autor y el lector, entre Dios y los hombres no es más que basura. El Quijote, Crimen y castigo incluso el mismo Cien años de soledad son clásicos porque tratan de narrar algo. Desde que los primeros habitantes poblaron este planeta hubo la necesidad de entornarse alrededor del fuego antes de que existiera en lenguaje. En el movimiento incandescente de las llamas los cavernícolas encontraron la primera historia. Ese poder que tiene el fuego es el que heredan las grandes obras de la literatura.
Ya no soporto hablar de otra cosa que no se el fracaso. El fracaso es lo único real. Toda alegría al final terminará en amargura, ¿Por qué no saltamos esa fase tan cruel que nos ilusiona y nos armamos para enfrentar el terrible destino que nos espera? El terrible destino es que en cualquier momento una bomba te ciegue la vida. No importa donde estés si eres colombiano llevarás el estigma y hasta allí te seguirán y te destruirán. Como los hijos de Aureliano llevamos en la frente la señal de la derrota. ¿Por que entonces afuera la gente está tan contenta? No hay nada que celebrar. Cada hora que pasa es un paso más a la destrucción final.
El último libro sincero que se ha escrito es Maestros Antiguos de Thomas Bernhard. Por lo general a los maricones que se masturban con las flores que escupe Quignard les repugna ese pesimismo “Exhibicionista” que destila el autor vienés. Se equivocan feo señoritas. Bernhard es el realista puro, el hombre que habla de la incapacidad que puede tener un hombre al tratar de emular al malparido de Dios. Toda obra maestra no es más que un fracaso. Ni siquiera Judá León, el rabino de Praga que construyó al Golem pudo triunfar. El viejo crítico de arte que se sienta cada mañana religiosamente en la silla que le reserva el guardián en el Cronicles Museum de Viena, al frente de un Tiziano es testigo del fracaso perpetuo; todo fue en vano y ese es el gran legado de Bernhard. Nadie se acercó siquiera a la perfección.
Resulta paradójico que un ser tan abominable como yo trate de hablar de perfección pero así me levanté hoy. Cierro viaje al final de la noche y me doy cuenta que no he dormido, que quiero hablar y el único medio que tengo para que me escuchen es este, infame, autoritario pero es el único medio que tengo.
La mañana empieza a aparecer en la ciudad. Día de grandes cambios. Para mi salir a la esquina se ha convertido en una aventura herzogiana. Antes de hacer cualquier actividad decido encender el computador y desahogarme. Justifico mi vida si la escribo. Ahora si puedo comenzar a sufrir.

15 de junio de 2011

EL DERECHO EN EL TERCER REICH

Una de las máximas del Tercer Reich era aplastar, oprimir y a la postre suprimir las individualidades. La base del concepto era sin duda la de una supremacía racial en donde no tenía cabida otra raza que la de los arios que estaban arriba en el poder. Con el tiempo, cuando la aniquilación de los judíos se completara, los nazis irían suprimiendo el resto de territorios conquistados. En la deliciosa ucronía Fatherland su autor, el periodista británico Robert Harris imagina que el Moscú dominado por las tropas de Hitler en 1964 sería un lago artificial donde el fondo, descansarían los cuerpos de 70 millones de rusos.
Una vez asumen el control total del parlamento en 1933, cuando por medio del chantaje impuesto al octogenario y moribundo Mariscal Hindenburg los nacionalsocialistas se ocuparon de anular la constitución del régimen, osea que la defensa de los derechos humanos, sufragio universal y la división de poderes quedaba completamente suprimido. Hitler entonces le pondría una cadena en el cuello al masoquista pueblo alemán.
El miserable cabo cambiaría la constitución por su libraco histérico y pésimamente escrito. Visto en perspectiva histórica parece incomprensible que la constitución de Weimar hubiera sido cambiada por las disquisiciones de un sicópata, pero sucedió. El profesor Ernest Rudolph Huber, uno de los jurisconsultos que se prestaron a traducir el conglomerado de ideas sin sistema de Mi lucha al conciso lenguaje de los juristas, afirma, en su manual Derecho constitucional del Imperio de la Gran Alemania que “La conquista del poder por el movimiento nacionalsocialista suponía la negación de los fundamentos del sistema de Weimar. Tenía que eliminar los colores negro-rojo-oro; tenía que superar la división de poderes; tenía que excluir el derecho de libertad individual…la pregunta sobre la validez de la constitución de Weimar ya no es eficaz; ahora vale la constitución del Tercer Reich” .
En dicha constitución por cierto quedaban completamente prohibido el resto de partidos políticos. Incluso algunos fueron inmediatamente perseguidos y aniquilados como fue el caso del partido comunista. Otros con el tiempo fueron atacados hasta ser completamente suprimidos así simpatizaran con el régimen nazi. Hitler era enfático al decir que “Ha de haber una sola voluntad en Alemania y todas las demás han de someterse a ella” . En su libro El extraño caso alemán Rosa Sala Rose afirma que “Los alemanes han demostrado a través de su historia una incomodidad absoluta con el concepto de democracia” . Por eso viendo como la caída de la bolsa de Nueva York había devastado la felicidad y tranquilidad que daban los sufragios, el pueblo alemán estuvo de acuerdo con la mano dura que quería implementar los nazis, mano duro que repercutiría incluso en el ahogamiento de la mismísima constitución y en un abierto antisemitismo que siempre había estado oculto en el sentir del pueblo alemán.
Los juristas alemanes estaban encantados con el Fuhrer. Ellos sentían que les devolvería la dignidad que habían perdido en el humillante pacto de Versalles . El Fuhrer centralizó en su persona todo el poder de soberanía del Reich; todo el poder público, tanto dentro del estado como del movimiento. El poder de Hitler entonces era absoluto y total: controla todos los medios de formación política; su competencia abarca todos los sectores de la vida nacional; todos los compatriotas están obligados a serle fieles y a obedecerle. El pueblo alemán como recientemente sucedió con el miserable pueblo colombiano tenía el capataz que necesitaba. El tirano que podía escupirles en la cara cada vez que le diera la gana. Entonces todos tienen que obedecerle al maldito e insignificante cabito.
Goeebles, su ideólogo oficial expresaba la alegría de las nuevas leyes en uno de sus impactantes discursos “Su voluntad expresa la voluntad del pueblo. El convierte el difuso sentimiento del pueblo en una voluntad consciente; él transforma las dispares ambiciones individuales en una adhesión uniforme y decidida; él encarna en su persona la verdadera voluntad popular” .
Hitler era en una postura hegeliana el pueblo hecho carne. Se creía no solo con una voluntad divina sino que su advenimiento había sido postulado por los grandes literatos alemanes de todos los tiempos como Goethe, Schiller, Kliest o desde la filosofía por Hegel o Nietzshe.
Otro de los destacados intelectuales que abogaron por el nuevo régimen imperante era el destacado maestro y pensador Carl Schmitt quien no dudó en decir entre otras estupideces esta “En la igualdad de la raza se basa tanto el sincero entendimiento entre el Fuhrer y sus partidarios, como su mutua fidelidad. Sólo la identidad de la raza puede evitar que el poder del Fuhrer degenere en tiranía y arbitrariedad.. la pertenencia a una misma raza y la mutua comprensión constituyen las condiciones básicas necesarias para la adecuada dirección política del pueblo alemán” . Es decir para el catedrático la culpa del despotismo que caracterizó al Jefe Máximo del Reich la tenía el crisol de razas que ahora poblaban Alemania. Hitler seguramente tenía la solución en la mano.
Las numerosas, aparentemente complicadas, instituciones de una democracia bien entendida, cuyo fin es siempre coordinar los derechos individuales de cada ciudadano con los intereses de la colectividad; la labor de los partidos políticos, que a veces puede parecer infructuosa; la garantía de que todo ciudadano pueda exigir el respeto de los derechos fundamentales que le han sido concedidos, aún frente al propio estado; la discusión libre y pública de cada proyecto de ley, para subsanar sus posibles defectos; la dependencia del poder estatal de un organismo elegido libremente; su control por tribunales independientes, para reducir al máximo la posibilidad de abusos de poder; todo esos componentes esenciales de una democracia amante de su libertad fueron de un momento a otro suprimidos. En su lugar ahora quedan solo los mandatos del terror que pretendían reflejar la voluntad del pueblo. Espanta ver la pasibilidad no solo de los ciudadanos de a pie que veían con tranquilidad como el Tercer Reich a pesar de sus excesos conseguía reducir dramáticamente las tazas de desempleo, como a diferencia de los otros países europeos el estado se encargaba de conseguir los víveres que podían sostener una familia y sobre todo como el país se armaba para vengar la humillación infringida en el tratado de Versalles. Esa pasividad escandalizaba pero lo que mas indignó fue la actitud alcahuete de los juristas alemanes, ellos admitieron frívolamente la voluntad del Fuhrer como única medida para todo el derecho.
Amante en un principio de los formalismos, la intriga política y la hipocresía que esta despertaba Hitler no quería pasar por el pueblo como un dictador, asi como lo dice en uno de sus discursos pocas semanas antes de la espectacular cortina de humo levantada con motivo a las Olimpiadas de Berlín “Todo esto lo puedo hacer porque jamás me sentí dictador de mi pueblo sino su Fuhrer y con ello su encargado. Luché durante 14 años para ganar la aceptación de mis ideales por el pueblo alemán, y, gracias a su confianza, fui llamado al poder por el venerable mariscal general. Y desde entonces he sacado mi fuerza únicamente de la sincera convicción de estar inseparablemente unido a mi pueblo como hombre y como Fuhrer” .
1936, ¡que gran año para la patria alemana! En Berlín todo brilla como un tazón de plata. La gente está feliz. Si tu no te metes con el estado el estado no se meterá contigo.

Si, las SS tienen fama de brutales pero si tu no eres enemigo del estado y no eres judío puedes disfrutar de las ventajas que te da vivir bajo la égida de un sicópata como Hitler. Nueve años después muchos de estos entusiastas morirán aplastados por la fuerza de las bombas que dejan caer los aliados sobre ese conjunto de ruinas en los que se ha convertido la capital del Reich o si sobrevivieron a la absurda y genocida resistencia a la que sometió Hitler a “Su Pueblo” seguramente sucumbirá ante el hambre atróz.
Mientras millones de judíos vivían el desprecio implacable al que eran sometidos por las fuerzas oscuras del Tercer Reich, cientos de juristas ayudaban a instaurar en Alemania una forma de gobierno sin la cual los delitos y los crímenes nacionalsocialistas no se hubieran producido ¿Quién empezaba en ellos? ¿Quién entendía el profano de discusiones sobre la teoría del derecho? Y los jurisconsultos creían poder excusar con un positivismo jurídico del cual un fiscal general, a la caída del Tercer Reich, afirmó que había ocultado a los juristas el manantial del conocimiento del Derecho: “Solo lo escrito por el legislador-Se llame Hammurabi, Justiniano o Hitler- es Derecho; y lo es porque está escrito. El positivista renuncia conscientemente a examinar el contenido material de una ley con el fin de descubrir si éticamente es o no admisible; derecho y moralidad no son para él dos grados diferentes de la misma pauta para medir el valor ético, sino dos sectores de conocimiento independientes. De este modo el positivista llega a la conclusión de que la matanza de los niños en Belén que narra el Evangelio, fue justa, pues había sido ordenada formal e indiscutiblemente por el legítimo soberano, dentro de sus atribuciones constitucionales” . Teniendo en cuenta lo anterior podemos entender la enconada defensa que sostuvieron los abogados en torno a los siniestros clientes que representaron durante el juicio de Nuremberg. La matanza sistemática de judíos no solo no era un delito dentro de las leyes del Tercer Reich sino un deber constitucional. Nada fue puesto al azar por estos jerarcas demoniacos. El holocausto nazi hizo repensar el derecho internacional, lo frágil que era, lo fácil que era burlarse de él. “La voluntad de los jefes, sea cual sea la forma en que se exprese- Ley, orden, decreto, mandato individual o colectivo, regulación de organización y competencia- crea Derecho y cambia el derecho hasta entonces válido” .
Los alemanes asistían a la muerte de sus leyes. Una multitud enfebrecida estrujaba los periódicos donde el carismático líder nacionalsocialista y posteriormente payaso con espuelas que dirigió la Fuerza Aerea Alemana Hermann Goering escribió en uno de esos horribles pasquines que “El Derecho y la Voluntad del Fuhrer son lo mismo” , o soportar a personajes nefastos como el tristemente recordado Doctor Frank quien en el Volkischer Beobachter se atrevió a escribir frases tan horribles como esta “Nuestra constitución es la voluntad del Fuhrer”.
Alemania se abría a los nuevos tiempos donde la ley tal y como se conocía desaparecería en los próximos 12 años. La voluntad de un cabo mugroso se había convertido en la constitución del pueblo alemán.
Tal y como lo dice en su libro El tercer Reich El doctor Kurt Zentner “Era preciso que esta voluntad del Fuhrer fuera complicada, y se necesitaba una organización burocrática que la impusiera coercitivamente al pueblo. Para fortalecer su posición de poder, que en un principio no estaba demasiado segura, con la autoridad de lo estatal, Hitler empleó en los primeros tiempos, el aparato ejecutivo ya existente. Basándose en la ley de plenos poderes y en “La orden para la protección del pueblo y del estado” de 28 de febrero de 1933 utilizó para sus fines en el cuerpo estatal de funcionarios. Precisamente mediante este decreto de emergencia, el ilimitado poder del Fuhrer penetró también en el ámbito del ciudadano libre” Con este decreto Hitler logra suspender la constitución de Weimar y empieza a hacer realidad el reinado del terror que tenía en su cabeza. Entonces la ley máxima del estado será preservar el orden establecido y guardar el máximo respeto a la imagen y opiniones del Fuhrer. Será considerado terrorista todo el que opine diferente, en la persona que crea que puede haber algo mas importante que las opiniones del cabito sarnoso.
Con esa ley quedan legitimados La Gestapo , Las SS y los campos de concentración que en un acto de doble moral, tanto escandalizaría a los pobrecitos habitantes de Alemania. Fueron ellos y sus juristas los que aprobaron cada una de las demoniacas leyes. El camino estaba expedito para que todos sus macabros planes se esparcieran por Europa.
Sus doverman de presa devoraba al enemigo que se le atravesaba. Incluso decidió darle gusto a la comunidad internacional que clamaba porque fueran suprimidas las S.A dirigidas por su mentor Hess y en una sola noche con la ayuda de sus S.S aprovechó para aniquilarlas completamente y de paso eliminar a los jefes de los otros partidos opositores. Hitler nunca dudo de la fuerza y fidelidad de este ejercito que le servía prácticamente como guardia personal. La importancia que tenía para su régimen estas unidades de asalto queda resumido en el siguiente resumen de sus ideas “El Imperio de la Gran Alemania, en su forma definitiva, abarcará en sus fronteras pueblos que en un principio no simpatizan con el Reich. Fuera del núcleo del Reich, por lo tanto, es necesario mantener las tropas de la policía estatal, que en cualquier situación sean capaces de representar e imponer la autoridad del Reich en el interior… sin embargo en nuestro futuro Imperio de la Gran Alemania, las tropas de policía solo poseerán la autoridad necesaria ante los otros patriotas si están militarmente organizadas. Nuestro pueblo, a causa de gloriosos acontecimientos de tipo guerrero y de la educación por el partido nacionalsocialista tiene un criterio tan militar que una policía no especializada o una policía burocrática serían incapaces de mantener el órden” .
Las S.S cumplirían un papel protagónica a medida que la guerra se enfilaba a los horrores que ya todos conocemos. La gran mayoría de sus integrantes eran vagos, ladrones o desempleados que cobijados con las nueves leyes del Reich pasaron a ser figuras de primer orden dentro del régimen. Muertos los derechos de los ciudadanos los S.S poseían un poder ilimitado. Para adentrarnos en lo que podía pensar uno de sus integrantes daremos a conocer el testimonio de un jefe de escuadrón, uno de esos fanáticos que le fueron incondicionales a Hitler hasta su patético final en ese búnker en Berlín “Lo que pretendemos nosotros, los instructores de futuros dirigentes, es instaurar un nuevo Estado según el modelo de las ciudades republicanas helénicas. A estas democracias dirigidas por una Aristocracia de amplia base económica , se deben las grandes obras culturales de la antigüedad. Del 5% al 10% de la población debe gobernar, el resto ha de trabajar y de obedecer. Sólo así se pueden alcanzar los valores máximos que debemos exigir de nosotros mismos y del pueblo alemán. Las S.S realizan la selección positiva de la nueva clase dirigente a través de los institutos para la Educación Nacional-política (NAPOLA) (….) De este modo en el plazo máximo de diez años nos será posible dictar a Europa la ley de Adolf Hitler, para frenar la decadencia del continente, que parece inevitable si no cambia de rumbo, y para construir la verdadera comunidad de los pueblos, con Alemania al frente” .
Parece increíble pero este viejo sueño germano fue apoyado por el pueblo mas culto del mundo. Todo lo que se decía en el siglo XIX sobre civilización se vino al garete con la aparición de estos siniestros individuos.
Con el camino expedito y todo el poder en sus manos Adolfo Hitler quiso ver cumplido uno de sus sueños más extravagantes: La de suprimir de la faz de la tierra a los judíos. Para eso sacó una ley de raza, una absurda ley donde se dejaba constancia que la única raza que valía la pena era la aria. Hitler sostenía que con el genocidio perpetrado por los turcos a los armenios se podía desaparecer un pueblo sin que la gente se acuerde del mismo. Hitler no contó con que los judíos manejaban todos los medios de comunicación e hicieron expansivo la horrenda catástrofe .
Entonces las leyes de raza pasaron a ser una prioridad para el Fuhrer o sea para el estado. En uno de sus sicóticos discursos dijo: “Debemos tener muy presente…que el estado no es un fin, sino un medio. Si bien resulta indispensable para formar una superior cultura humana no es la causa de ésta. Esta causa hay que buscarla exclusivamente en una raza capacitada para la cultura… podemos considerar el Estado como un recipiente y la raza como el contenido. Este recipiente solo tiene sentido si es capaz de conservar y proteger el contenido; de otro modo no tiene valor” .
Los juriconsultos alemanes se desvivían para complacer a su amo. Hans Frank, ministro del Reich y jefe del Frente del Derecho alemán, escribió en el comentario para la legislación racial El derecho de la raza del Doctor Robert Deisz: “ El nacionalsocialismo emana del conocimiento de que la fuerza vital de una nación depende de la pureza de sangre de su pueblo…la familia es el tesoro de la fuerza alemana, el origen de toda vida. Conservarla pura y sana y capacitarla con ello para que haga posible la existencia y grandeza de nuestro pueblo en el presente y en el futuro, ésta es la máxima preocupación del estado nacionalsocialista. El imperio alemán, bajo la dirección de Adolf Hitler, no necesita personas débiles, sino hombres y mujeres sanos y fuertes de la raza aria. Sólo así quedará asegurado la grandeza y el futuro de Alemania. La teoría racista y la legislación racial del nacionalsocialismo es la aplicación de la antiquísima, eternamente verdadera y tácita ley de la naturaleza, según la cual el más fuerte siempre vence y su especie vive eternamente, pero el débil tiene que perderse y morir en el camino de la selección. Por lo tanto era deber del legislador nacionalsocialista proteger la sangre alemana contra las mezclas de razas extrañas, a través de una legislación fiel a estas eternas verdades dadas por la naturaleza y ratificadas por la historia. Todos debemos esforzarnos en saber quien es alemán, mestizo o judío y en asegurar la fortaleza y superioridad de la raza alemana, evitando el matrimonio entre personas que padezcan una enfermedad hereditaria, para con ello, a través de la fuerza legal, impedir que continúe el debilitamiento del cuerpo nacional” .
Como vemos no es que un día haya cometido Hitler sus crímenes a espaldas del pueblo alemán. Muchos juristas por el miedo que movió a un pueblo o incluso por convencimiento como hizo el Doctor Frank encontró la forma para legitimar la aniquilación de una raza.
Las leyes contra los judíos comenzaron a aparecer en el mismo año de la ascensión al poder de los Nazis. La primera ley que redujo la libertad del individuo por motivos raciales, la ley para el restablecimiento del cuerpo profesional de funcionarios del 7 de abril de 1933, establecía que “Los funcionarios de origen ario han de ser jubilados”. Luego promulgaron , el 15 de septiembre de 1935 las llamadas leyes de Nuremberg: la ley del ciudadano del Reich y la Ley para la protección de la sangre alemán y el honor alemán.
El derecho teutón tiene una mancha indeleble en su espalda que difícilmente alguien podrá quitar. Las leyes terminaron aprobando la eliminación de descendientes con tara hereditaria, la prohibición de matrimonios indeseables y la Unión de los mas aptos para la transmisión hereditaria. El holocausto no debe estar limitado a lo que sucedió en las mugrosas barracas de Treblinka o Auswitz. La manera como los científicos experimentaron con seres humanos fue un crimen terrible totalmente aprobado por los juristas alemanes. Nunca antes los hombres estuvieron tan solos, nunca antes el pueblo fue tan frágil. Las leyes eran las principales armas con las cuales un puñado de asesinos pretendió devastar a la civilización tal y como la conocíamos.
El estado Nacionalsocialista se preocupó por formar a sus propios juristas y si no alcanzaban a formarse pues no importaba igual lo ponían en el Tribunal del pueblo. Tal y como lo recuerda Eric Hosbawn en su Historia del siglo XX “El hecho de que entre los cinco jueces que dominaban el Tribunal del pueblo, solo dos pertenecían a la carrera judicial, mientras que los otros tres eran nombrados directamente por el Fuhrer, garantizaba que las sentencias fueran pronunciadas realmente según las ideas del Fuhrer” .
Según un discurso de Goebbels ante los miembros del tribunal del pueblo, el juez “En su decisión no debería contemplar la ley, sino la conveniencia de que el reo sea apartado de la comunidad del pueblo. En la guerra nunca se discute si una sentencia es justo o injusta, sino que únicamente se atiende a la conveniencia de la decisión. El estado debería eliminar definitivamente a sus enemigos interiores…ninguna sentencia en que se condene a un enemigo del pueblo puede ser considerada injusta, aunque no encuentre su apoyo en una ley” .
La Historia es un tiovivo que da vueltas sobre su propio eje durante toda la eternidad. Hace poco en este país un hombre quiso ser mas importante que la misma ley. Como una joven indefensa tomó la constitución y la violó y maquilló a su gusto. Su intento de reelegirse una y otra vez fue el menor de sus pecados. Consideraba que la Corte Constitucional al tratar de frenarlo cometía un acto de terrorismo. Los hornos encontrados en Juan Frío y la Gabarra confirmaron el plan macabro de Uribe para exterminar el campesinado que ocupaba las tierras que él y sus compinches pretendieron poseer. El pueblo como el alemán no solo permanecía impávido sino que apoyaba masivamente las gestas heroicas de sus mandamases. Si bien Uribe en cada intervención se enorgullecía de comportarse “como un gamín”, Hitler en Alemania trató de maquillar un poco la situación al menos al principio.
Para los juicios ordinarios tanto en materia civil como penal, siguió en vigor el ordenamiento jurídico tradicional, y los jueces fiscales y abogados se esforzaban para lograr una sentencia tan justa como fuera posible. “Mientras el ciudadano pudiera demostrar ser un patriota fiel al Fuhrer, mientras en cuestiones políticas defendiera las ideas de la dirección o callase, lo ilegal y arbitrario de la organización del estado nacionalsocialista no le afectaba, ni siquiera lo conocía. Que para él en el fondo no existía una esfera asegurada de libertad; que bajo el ambiguo concepto de político podría ser privado de las garantías legales en cualquier momento para ser trasladado al sector de la Gestapo, de los campos de concentración y de la aplicación de la pena sin control, todo esto no le inquietaba al hombre de la calle.”
Esta terrible inseguridad política no la llegó a ver el ciudadano común y corriente en parte porque no le importaba la política y también por la propaganda descomunal que desplegaba el estado de la mano del hábil Doctor Goebbles. Sumergido en una nube del opio el pueblo alemán caminó convencido, dando vítores el sendero que le demarcaba su líder. La democracia es un sistema político apenas en formación, algunos países como Alemania se sienten incómodos en ella, en otros países como Colombia nos conformamos con una ilusión, con este espejismo que algunos sostienen en llamar libertad pero que no es más que otro holograma hecho por los publicistas al servicio de este estado feroz.
En parte también el alemán aceptó estas leyes infames porque la historia ha demostrado que el ser humano es la más despreciable de las criaturas que pueblan este planeta.