29 de agosto de 2011

CULTIVOS DE PALMA SOBRE UN PAISAJE DE CARTÓN

No existe un pasto más verde que el del Catatumbo. Si te agachas y lo tocas por más de que el sol achicharre cualquier cabeza podrás notar su humedad, las gotas del rocío de la mañana son indestructibles, ni siquiera el mediodía las puede borrar. El verde es un color constante después de que pases el puente del Río Zulia. Eso ha sido así desde que los dueños de esas tierras decidieron distribuir el agua en esa zona y volver áridos los cerros que rodean la ciudadela de Juan Atalaya.
Llegando a Tibú el pasto comienza a ceder para darle paso a los cultivos de Palma de cera. Desde que la dictadura de Uribe se impuso por la fuerza de la ignorancia y el miedo en Colombia el campesino se ha condenado a la peor de las desgracias: El monocultivo. Después de que se siembra la palma de cera ningún verdor renacerá de esa tierra fértil que caracteriza la región del Catatumbo. Cada una de esas palmas es un monumento no solo a la desforestación (Hay que ver como las máquinas acaban con cualquier tipo de vegetación para plantar las palmas) sino al genocidio que por décadas ha ocurrido en Colombia.
Es común ver en la carretera desperdigados como cucarrones gigantes los tanques del ejército nacional protegiendo el cargamento de los empresarios que se han adueñado de las tierras o han obligado al campesino a cultivar dicha planta. Acá como en ninguna otra parte del país se ve que la fuerza pública solo sirve para proteger los intereses de los poderosos. El fin de semana pasado vimos al lado de un camión varado lleno de palma cuatro tanques del ejército, el resto del recorrido no volvimos a ver una sola de esas temibles armas.
Si un campesino quiere hacer un préstamo para cultivar por ejemplo arroz u otro tipo de alimento el banco le negará la solicitud. Existe una premisa de parte de las entidades dadoras de crédito: Solo prestar para el cultivo de la palma africana. La crisis alimentaria que vivirá la región en 15 años será temible. Toda la producción agrícola está centrada en crear combustibles, para eso cultivan la palma, para sacar combustible de ella. Andaremos en tres lustros en jet pero hambrientos. Este fue otro legado de la seguridad democrática, no conforme con el genocidio de cientos de miles de campesinos, del desplazamiento de dos millones de personas ahora pretenden acabar con la tierra verde del Catatumbo para sembrar allí la maldita planta.
El agua tan abundante en esta región tendrá que ser traída de otra parte si estos cultivos continúan avanzando. Si el promedio de temperatura acá es de 38 grados seguramente la falta de vegetación hará que el que camine en la tarde literalmente se calcine. Las políticas para contrarrestar este fenómeno no existen sencillamente porque nadie conoce los efectos devastadores que trae el cultivo de la palma. Muy cerca de Cúcuta Uribe ha venido construyendo fábricas de procesamiento de alcohol donde sus políticos-empresarios podrán llevar la palma para ser procesada. La corrupta clase política cucuteña abrazó con fervor la revolución uribista. Su sueño mafioso lo hizo realidad el gamonal antioqueño. Hoy ese sueño empieza a resquebrajarse pero si en realidad existe la necesidad de redención que ha venido pregonando Juan Manuel Santos deberán desmontar el nefasto plan de convertir toda la región del Catatumbo en un campo palmero.
Viendo las candidaturas de Bernardo Betancourt o Gustavo León Becerra a la alcaldía de Tibú podemos vislumbrar la nube negra que se cernirá sobre estos campos. El clima vuelve a enrarecerse y los muertos vuelven a flotar en el río a aparecer en ramilletes en las trochas tibuyanas. Entre la noche del viernes y la madrugada del sábado asesinaron a dos personas aparentemente sin ninguna conexión política. Las elecciones no sólo se disputan en las urnas sino en las esquinas disparando pólvora.
El pueblo solo es una ilusión, un escenario de cartón, una fachada para proteger los intereses de los poderosos empresarios que han decidido devastar el medio ambiente con tal de engrosar sus descomunales cuentas bancarias y prontuarios. El balancín que está afuera del municipio puede ser el monumento que sintetice lo que ha sido Tibú para el departamento, una fuente de riquezas que no cesa de ser drenada, una fruta carnosa que pronto será bagazo. Desde mediados de los cincuenta se empezó a explotar el petróleo ahora empezará la última de sus plagas, la que acabará definitivamente con su suelo, su agua su maravilloso paisaje. Después de la Palma Africana acá no quedará piedra sobre piedra.

26 de agosto de 2011

EL RING. Púgiles en el cine

El ring es un lugar amado por la cámara. En ese pequeño escenario dos pugilistas buscan la gloria delante de una multitud que los anima. El ring es el sucedáneo del coliseo romano. Desde que el hombre es hombre siempre existirá la pasión por la sangre por ver la destrucción del otro y pensar “Menos mal no fui yo”. La multitud vitorea y apuesta, los asientos de adelante están reservados para los promotores eso vampiros de gabán negro y puro en la boca, traficantes de esclavos que suelen dejar en la miseria en la que llegaron al campeón que busca salir con la fuerza de sus puños de ella pero no pueden; Al frente tienen a un contendor al que no pueden vencer, la sagacidad del contador es más rápido que el jab del rival. Para otros, los que cuentan con la suerte de tener a un formador y no a un vil explotador a veces deben enfrentarse con el rival más duro, un corazón que se va secando.
La miseria en la que llegó Rosaria Parondi fue el alimento y el incentivo de Simone para derrotar al destino con un recto al hígado. Su carrera va en ascenso pero está la noche, viste, está la noche y Nadie la de pechos turgentes, la prostituta que le escupe en la cara su desprecio. Si por lo que luchas no te amas el corazón del gladiador se va secando. Simone no tiene pasión y por eso prefiere pasar las tardes apostando o tomando Whisky con sus compinches que matarse en el gimnasio. Su promotor a diferencia de los otros lo quiere ayudar pero él decide contemplar su propio hundimiento. ¿Quién iba a pensar que Rocco sería más fuerte que Vicenzo, Simone o el resto de sus hermanos? El joven y noble santo convertido en campeón de Italia, buscando una medalla olímpica para gloria de su familia y de su propio país. Mientras quiebra la resistencia de su oponente, en algún potrero de Milán, Simone le entierra el cuchillo una y otra vez a la mujer que lo detesta. Con Rocco y sus hermanos Luchino Visconti demuestra que el boxeo puede ser la trama de la más hermosa de las óperas. Vidas trágicas, vidas sangrientas.
Son vidas para el cine, esto lo supo De Niro cuando leyó la torpe y caótica autobiografía de Jake La Mota, un libro feo, casi incomprensible pero que por debajo de las letras se dejaba escuchar el gruñido de la bestia quejándose. Scorsese con habilidad y sapiencia como si fuera un boxeador viejo abre su película con el pugilista saltando sobre el ring en sepia mientras al fondo se escucha la Cavaleria Rusticana. Claro que el autor de Malas Calles conocía la obra maestra de Visconti y supo componer de su Toro Salvaje la más sentida de sus óperas.
El ring es el lugar donde todos los focos están puestos, es el único de los deportes donde los protagonistas están ubicados arriba de los espectadores. Son los reyes absolutos de la noche, de ahí su ego descomunal, la necesidad de creer en ellos mismos, de derrotar a su oponente no es mera actuación, el corazón se infla y se sale de su pecho. Quien no tiene el coraje para decir que es mejor que su rival no tendrá los cojones para demostrarlo. Nadie como Charlot ha tenido tanto valor, se sabía pequeño y delgado. Su cabeza eran tan grande como una pera y todos los puños caerían sobre ella sin embargo hizo del ring un escenario para ridiculizar a su contendiente mucho más poderoso y con una vasta experiencia en esas lides. Antecediendo a Alí convierte el ring en una pista de baila. La lluvia de golpes que tira el rival no es más que pólvora mojada, ninguna da en el blanco, utiliza hasta al árbitro para confundirlo, lo cansa pero al final pierde; nadie le quitará la gloria de haber llegado al último asalto.
Pareciera que para ser campeón lo primero que tiene que hacer un pugilista es romper con su familia o conocer a una chica que te abra los ojos hinchados de tanto golpe. Terry Malloy lo tenía todo para serlo, le faltaba solo una pelea para aspirar al título pero su hermano lo obliga a perder para que su jefe, el mafioso Johnny Friendly pueda ganar una apuesta. Desde ese momento Terry se ha convertido en un vago y hasta acepta hacer uno que otro robo para el grupo de maleantes al que pertenece su adorado hermano. En On the waterfront Marlon Brando le muestra al mundo que un tonto puede tener ambición y corazón. El coraje que no tuvo para desobedecer lo que le imponían lo va a tener para demostrarle a la mujer que ama que él es mucho más que el mandadero de unos hampones. Su cara reventada entrando a la fábrica le devuelve la dignidad perdida por haberse dejado ganar de alguien más débil que él.
Mickey Ward también tiene problemas con su familia. Tiene primero que cargar con el lastre de su hermano, el hombre que tumbó a Sugar Ray Leonard, soportar la explotación de su madre y sus hermanas. Solo conociendo a una mujer se podrá dar cuenta que tiene que romper con los grilletes que lo condenan a hundirse en el fondo del mar. Si bien logra el campeonato del mundo (La historia de The Fighter es real, que le vamos a hacer) lo hace tarde, casi a los 34 años, ¿Cuánta gloria hubiera obtenido Mickey Ward si hubiera mandado a la mierda a toda su maldita familia?
A golpes se abren paso y a golpes son tratados. El boxeador no puede entender el mundo en que viven y no todos se llaman Alí, por eso fue tan decepcionante la película sobre su vida que protagonizó Will Smith. No, si quieren ver algo bueno de Alí vean el documental sobre su pelea contra Larry Holmes hecha por los hermanos Mayles, tiene la tensión de una ficción, el campeón derrotado tratando de volver a sus cuarenta años pero ya es muy tarde, su amigo y contendiente Holmes tratando de disuadirlo del combate porque no quería hacerle daño. Vemos a Larry llorando años después condenándose por haber caído ante la tentación de ganar unos dólares más por derrotar al más grande de todos los tiempos. El hombre más hermoso del mundo hoy cada vez recuerda menos sobre él mismo.
El boxeo en el cine es mucho más que las seis entregas de Rocky. Lo interesante no es tanto el deporte mismo sino las vidas de esas personas que viniendo de abajo tienen que abrirse paso por la vida partiéndose la cara y sacudiéndose salvajemente el cerebro. No hay vidas más atractivas para hacer una buena película que la de los boxeadores.

23 de agosto de 2011

LAS DIEZ PEORES PELICULAS DE LA HISTORIA.7. APOCALYSE NOW DE FRANCIS FORD COPPOLA

Nunca antes en la historia del cine existió un director tan obsesionado por hacer una obra maestra como Francis Ford Copolla. Lo que me llama la atención es que no se haya dado cuenta en su momento que El padrino, a pesar de ser un encargo de ese hombre que quería parecerse tanto a Irving Thalberg llamado Robert Evans, era su película y todavía hoy sin duda alguna es una de las mejores películas de todos los tiempos.
Eran los setentas, los años donde el director de cine era considerado el autor de las películas. Por fin la cruzada que desde 1952 habían empezado Truffaut, Godard Rivette, los niños rebeldes de Cahiers Du Cinemá bajo la égida de André Bazin había dado sus frutos. Adiós al cine de las estrellas, abramos pues las puertas, los brazos y las manos al cine de autor. Easy Rider enseñó que el arte también daba buenos dividendos. Eran épocas de cambio, de drogas, de sexo y sobre todo era el reino del snobismo.
Una tras otras las obras maestras iban apareciendo y se convertían de inmediato en éxitos de taquilla. De la última película a Taxi Driver, de Shampoo al Francotirador, de Bonnie and Clyde a Nashville, el productor por fin vivía para servirle al director. Los tiempo de los mecenas habían vuelto.
Pero los Medici no consumían cocaína, Bob Evans si y no solo el nuevo Thalberg lo hacía, casi todo Hollywood flotaba sobre una inmensa nube de polvo blanco. Sobre todo los directores. No existe mayor megalómano en el mundo que un director de cine sobre todo si este tiene éxito, sobre todo si este tiene la costumbre de pegarse un par de pases después del baño. Insuflado por el éxito de taquilla sin precedentes de la segunda parte del Padrino, Coppola era el chico más rico del barrio. Decidió montar una compañía que pudo ser en su momento la tabla de salvación para todos aquellos autores que no solo usaban el cine para entretener sino para contar sus historias íntimas. Zoetrope se llamaba el sueño. Allí iban directores de todo el mundo como Werner Herzog a que el gordo de barba les diera unos cuantos millones para sus proyectos geniales y baratos. Pero el gordo no era Papá Noel y quería los regalos y el reconocimiento para él. Sobre un tablero comenzó a escribir proyectos y los fue tachando uno a uno. quería algo descomunal, lo que hubiera hecho D.W. Griffith si hubiera tenido la independencia absoluta que pretendía en la elefantíasica y fallida Intolerancia. Se quedó con la idea más loca, aprovechar la fiebre que todavía se vivía por la guerra del Vietnam y adaptar por fin El corazón de las tinieblas.
La novela de Conrad había sido un acertijo que ni el mismo Orson Welles había podido descifrar. Si bien su trama puede denominarse como “Cinematográfica” ya que es una especie de road movie en el río la forma en que está escrita, siempre en primera persona dificultaba la adaptación del guión. Welles construyó una historia donde esta se desarrollaría a partir de una cámara subjetiva. Coppola al creerse el dueño del barrio lo primero que hizo fue despedir colaboradores y consejeros y tratar de hacer no una película sobre el Vietnam sino “El Vietnam mismo”.
Entonces la historia del cine conocería la peor racha de malas ideas que se haya conocido jamás. El primer error fue renunciar al placer de hacer una película en estudio e irse para Filipinas a buscar locaciones reales, a exponer a un elenco de estrellas acostumbradas al confort a la experiencia inclemente de la selva. Además en Filipinas estaba un dictador de carácter megalómano bastante parecido al autor de la Conversación. Ferdinando Marcos y su esposa Imelda recibieron en palacio al flamante equipo de filmación, la prensa del mundo se encargó de hacer publicidad y los dos dictadores estaban felices con los flashes que nunca paraban de titilar. Montaron a orillas de un río un escenario y como no sabían nada del lugar donde estaban pues pasó un tifón y se llevó todo. Volvieron a construir mientras los actores deambulaban como locos de Los Angeles a Manila, con fiebre o sin ella, con un guión que se escribía o se destruía según los caprichos del gran Francis. Tenían un actor principal, un protagonista que era Harvey Keitel, pero por desavenencias con el director fue despedido, ya llevaban dos terceras partes de la película y tuvo que entrar el flojo e inexpresivo Martin Sheen quien a las dos semanas de estar disfrutando de la fiebre y los zancudos filipinos sufrió un infarto.
Casi todo se va al traste y esperaron dos meses hasta que el señor Estevez volviera a ponerse fuerte. Esa es la razón por la cual Willard se ve tan cansado en su recorrido por el río en busca de Kurtz.
Y para colmo de males está Kurtz. Si Coppola había tenido uno de los mejores aciertos de casting al imponerle a la Paramount a Marlon Brando para que hiciera de Vito Corleone ya que los viejos jerarcas de la compañía no querían saber nada del excéntrico actor y querían a Anthony Quinn para ese papel, en Apocalypse Now se equivocó completamente al elegir al complicadísimo intérprete. Brando no mostró ninguna consideración ni agradecimiento ante el hombre que le dio la oportunidad de hacer el papel que lo catapultaría a la eternidad. Se mostró más insoportable que nunca además de que no leyó el libro como se lo había pedido su director y se presentó en el plató con más de cuarenta kilos de sobrepeso, una talla que no suelen tener los soldados que viven durante años en una infecta selva. Cobró la friolera de un millón de dólares por aparecer diez minutos más 10 por ciento del beneficio total que diera la película. Y eso si por cada día de más que se demorara en el rodaje según lo estipulado en el contrato cobraría otro millón de dólares. A pesar de lo que digan sus admiradores Marlon Brando fue el veneno que acabó de destrozar lo que hubiese podido ser la mejor película hecha jamás por un norteamericano. Coppola era un fan de Brando y por eso es que la película no trata de la búsqueda de un renegado general que se ha enloquecido y ha decidido declararle la guerra a su propio país sino que se gastan tediosos 130 minutos buscando a un actor gordo y sudoroso rascándose la cabeza en un cambuche en medio de la selva filipina.
El rodaje duró más de dos años y Coppola nunca estuvo seguro del montaje final. Vivía casi todo el tiempo empericado y en fiesta creyéndose uno de esos directores legendarios que tanto admiró. La edición fue otro suplicio la cocaína y la megalomanía le habían nublado el juicio. Fue tanta la indecisión que en 21 años después volvió a estrenarla con un nuevo montaje, el que él hubiera querido. El resultado fue una película con momentos de una brillantez absoluta pero que en el resultado final es absolutamente incoherente y tan tediosa como viajar en una balsa por un río sin que nada te pase.
A pesar de haber sido en su momento un éxito absoluto de taquilla, la película no dio ganancia alguna, al contrario significó el fin de otro sueño americano: el del director de cine teniendo libertad absoluta sobre lo que él quiere filmar. Zoetrope fue puesta en venta y nadie se apiadó del viejo Francis, ni siquiera amigos como George Lucas que cimentaron sus carreras gracias al tesón de este Papá Noel megalómano y que ahora vivía la bonanza con su imbécil pero rentabilísima saga de la Guerra de las Galaxias.
Puedo pecar de injusto al poner a Apocalypse Now en una lista de las peores películas de la historia pero considero que por culpa de este capricho se dio al traste con la intención de convertir a Hollywood no en la fábrica de merengadas que es hoy sino en un verdadero reducto de hermosas películas. Por culpa de Coppola y de esta película monumental y inútil es que hoy tenemos la cartelera mundial invadida de duendes, máquinas que hablan y putas que quieren hacer la revolución sexual yéndose de compras.
El capricho de un imbécil vino a ser el tiro de gracia que acabó de matar el cine de autor.

21 de agosto de 2011

LAS HISTORIAS NUNCA MUEREN. Apuntes sobre Más extraño que la ficción de Marc Foster

Harold Crick se levanta todos los días a la misma hora. Se cepilla los dientes 76 veces (38 verticalmente, 38 horizontalmente) gracias a su reloj su rutina diaria es exacta. Como una máquina peligrosamente perfecta sus cálculos suelen ser exactos, en la oficina sus compañeros han dejado de usar calculadoras, para eso está Harold para que le saque la raíz cuadrada a cualquier cifra.

Todos los días se acuesta a las once y media de la noche en su cama impecablemente tendida, dormirá profundamente y no soñará con nada. Harold Crick, el recaudador de impuestos es un hijo de nuestra época, la educación encontró en él su objetivo: la excelencia. No queda espacio en su cuadriculada vida para la improvisación ni mucho menos para la imaginación por eso resulta tan extraño que justo él empiece a escuchar una voz que le indica todo lo que el hizo, como si en una de sus ensaladas se hubiera tragado un diminuto Cide Hamete Benengeli que narrara su vida pero se la narrara justo en su oído. Para colmo de males su herramienta más útil, el reloj de pulso ha comenzado a fallar. De un día para otro Harold Crick ha empezado a desconcentrarse y ya no es tan exacto, además esa voz no se calla. A veces se encuentra en la calle gritándole a la voz que deje de hablar, la voz no le hace caso, al contrario la voz que siempre acierta ha dicho su última sentencia: Harold Crick tiene los días contados.

Tiene miedo no solo de morir sino de que la locura se haya asentado en él. Va a donde una siquiatra que le diagnóstica de entrada esquizofrenia, él tiene sus objeciones, “Y si yo le dijera que es verdad, que la voz existe y casi siempre acierta” ella le responde que vaya a donde un crítico literario, no hay que descartar ninguna opción en estos casos antes de recetar calmantes y camisas de fuerza es mejor estar seguro de lo que se hace. Jules Hilbert al escuchar la rocambolesca historia de este gris recaudador de impuestos casi llama a un instituto para enfermos mentales para que se lleve al loco ese que escupe estupideces hasta que Crick le repite lo que la voz le dice “Él no sabía que…” ¡Dios mío! la historia de la literatura está hecha con esa frase, se dictan cursos, seminarios, carreras enteras con esa frase. Es indudable, el cuadriculado funcionario se ha convertido en el personaje de una novela y este personaje va a morir en cualquier momento.

Aconsejado por varios de mis amigos decidí en la noche del sábado ver esta película extraña, solo comparable a las historias narradas por Charlie Kauffman. Me llama la atención que el filme se haya realizado en el 2006 y que solo hasta este año haya sabido de él. La historia es tan deliciosa que decidí empezar mi crítica contraviniendo al postulado al que me he aferrado: Nunca una crítica debe tener un resumen del argumento de la película. Pero es que lo que escribió el guionista Zack Helm, es tan brillante, tan original, tan loco que uno solo puede encontrar antecedentes en Niebla, la novela de Miguel de Unamuno, pero dudo que a este amante de los súper héroes de Marvel haya tenido tiempo para adentrarse en la obra del pensador español. Las influencias que encontramos en la película son casi todas literarias, en la búsqueda de su creador podemos pensar que Harold Crick es un antecedente directo del Golem que construyó Judá León en su sinagoga praguense según el poema de Borges, el narrador omnisciente que todo lo cuenta y todo lo vive nos remite directamente al ya citado narrador musulmán del Quijote, pero Helm ha llegado a esto solo por intuición. El guión está tan bien escrito que hasta una nulidad como Marc Foster, destacado por la insufrible “En el país del nunca jamás” ha hecho una de las películas más extrañas y sobre todo más hermosas de la década pasada.

El elenco es realmente extraordinario con un Will Ferrel que viene a confirmar que una de las mejores escuelas de actuación de los Estados Unidos sigue siendo el Saturday Night Live, Emma Thompson en su papel de Karen Eiffel una escritora insomne que se caracteriza por matar al final a todos sus personajes, llega a bordear los rasgos de neurosis que puede tener cualquier novelista sin exagerarlos ni caricaturizarlos, sus manías como apagar los innumerables cigarrillos que se fuma de un salivazo y después envolverlos en una servilleta es un rasgo que la misma actriz encontró eficaz para darle vida al personaje. La que si me sorprendió fue hasta la anoche odiada Maggie Gyllenhaal, la misma actriz que consideré el único punto bajo de la impresionante Batman el caballero de la noche, la insufrible hermana de Donnie Darko en esa sobrevalorada peliculita independiente, acá en su papel de Ana Pascal, una ex estudiante de Harvard que se dio cuenta que haciendo galleticas y pastelitos ayudaría más al mundo que estudiando en la institución educativa más prestigiosa de América.

Pero lo que más me impactó de Más extraño que la ficción fue la humildad con la que el creador fabrica su final. Matar a Harold significará para la escritora Karen Eiffel haber escrito la mejor novela en lengua inglesa después de El cielo protector pero puede más el amor a la vida que la decadencia estética de la muerte. Dice Dustin Hoffman en su papel de Jules Hibert “Debes morir Harold, todas las obras maestras deben acabar con una muerte” Bueno, Zack Helm renuncia a hacer una obra maestra y ha optado por el final esperanzador, porque siempre será más importante la esperanza que el arte, la vida a la muerte así ésta signifique fabricar una galardonada obra. En una época sin amor, sin esperanzas, Más extraño que la ficción es una de esas películas que te sirven para seguir vivo, para continuar amando y para creer de que todavía el cine sigue vivo, que las historias nunca morirán.

17 de agosto de 2011

CANTINFLAS ¡QUE TE INFLAS!

Era un muchacho cuando mi mamá me levantó con la noticia de que Mario Moreno había muerto. Pusimos el Canal de las estrellas y ahí estaba todo un país saliendo a la calle expresándole el tributo al ídolo. Nadie como él supo expresar el sentir popular. Desde las carpas improvisadas alrededor de la plaza Garibaldi Moreno demostró sus dotes de clown. Decía Fellini que lo mejor que le podría pasar a un artista era convertirse en un payaso y vaya que él lo supo hacer. Su vida fue el circo y allí mismo el público siempre fiel al escucharle sus laberínticos monólogos le gritaban “Que te inflas flaco” en alusión a todo el trago que podía beber para expulsar de su boca ese diálogo que no conducía a ninguna parte. Pero el clown que todo lo podía hacer en el escenario era abstemio, paradójicamente juntó las dos palabras para formar el sobrenombre con el que se haría inmortal: Cantinflas.
Obvio que también de niño vi todas sus películas. Hay que ver si los niños de ahora siguen con ese ritual. El chavo siempre estará presente pero las imágenes en blanco y negro del comediante ya ahuyenta a las nuevas generaciones de cinéfilos. Fue la figura más representativa de un periodo de oro que cubrió los años de 1935 a 1955 donde México disputó de tú a tú el monopolio que Estados Unidos establecía en Latinoamérica. Figuras como Pedro Infante o Jorge Negrete se convirtieron poco menos que en dioses para los espectadores de esta parte del mundo mientras María Félix, Dolores del Río y Pedro Armendáriz conquistaban el mismo Hollywood. Pero ninguno fue como él. En su primer periodo pudo desplegar su espectacular encanto. Aguila o sol era de las películas preferidas de Chaplin y filmes como Ahí está el detalle todavía no solo se dejan ver sino que siguen siendo comedias sólidas, alimento maravilloso para esta vida triste y miserable.
En los sesenta cuando renunció a ser dirigido por Juan Bustillo Oro o Miguel Delgado, insuflado por las críticas que lo investían como el ídolo máximo de la comedia mundial empezó a hacer peliculitas ingenuas que buscaban alexionar al incauto. El Globo de oro obtenido por su papel al lado de David Niven en La vuelta al mundo en 80 días terminó de insuflar su megalomanía desbordada. No sería el único caso en la historia de la comedia donde el talento definitivamente no tenía nada que ver con la inteligencia. Cuando Chaplin quiso dárselas de filósofo logro hacer esperpentos como Una mujer de París o La dama de Hong Kong. Cantinflas además cometió el peor pecado que puede cometer un cómico: Cambiarse el rostro. Cuando a mediados de los sesenta vio que el tiempo demolía su encanto decidió romperse los surcos que se formaban en sus mejillas, desinflar las bolsas que se alojaban debajo de sus ojos y estirarse el rostro de una manera degradante. Fue el fin de su carrera así haya hecho una docena de películas más. No podía mover un solo músculo, el mimo estaba muerto.
Cuentan los que lo entrevistaron que en privado era una persona extremadamente difícil. No le gustaba que le preguntaran sobre sus películas sino por sus obras benéficas que si bien fueron muchas hasta el punto de ser considerado un filántropo las empañó por estar constantemente divulgando todas sus beneficencias. Dice Guillermo Cabrera Infante que acostumbraba ofrecer banquetes espectacularmente lujosos en su casa. Servía lo último en comida francesa pero debajo de su mesa se hacía servir tacos y enchiladas que disimuladamente comía. Muy a su pesar no dejó de ser nunca un personaje del pueblo.
Pero sus virtudes fueron muchísimas. Su forma de hablar se convirtió en un adjetivo, cantinflesco, aprobado desde 1992 por la real academia de la lengua española y que se refiere a “Hablar de forma disparatada e incongruente sin decir nada” la velocidad de sus palabras solo se podía comparar a los diálogos entre Chico y Groucho Marx. Como Chaplin fue un extraordinario bailarín y un hombre de circo. Cuando quería que la adrenalina fluyera libremente por sus venas se vestía de luces y salía al ruedo. Nunca necesitó de dobles. Su genio tuvo que ver también con su particular portento físico.
Nunca más la comedia volverá a tener un personaje de esa estatura, menos en México tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios. De consuelo nos quedan sus primeras películas, las mejores comedias que hombre alguno nacido abajo del Río Bravo haya hecho jamás.

12 de agosto de 2011

LAS 10 PEORES PELICULAS. 8. LA MALA EDUCACION DE Pedro Almodóvar

Mucha expectativa había generado desde el momento en que empezó a filmar la que sería “La más personal de las obras de Almodóvar” se decía que esta sería su declaración de principios a un arte que lo había cautivado desde muy joven y lo había convertido en uno de los realizadores más originales de los últimos treinta años.
Lamentablemente nada de eso se pudo cumplir en La mala educación pareciera que en el momento en que quiso por fin contar su vida la lámpara de la inspiración se le hubiera apagado. Porque si de algo adolece este fallido filme autobiográfico es de chispa, de luz creadora. Poco quedaba ya del realizador manchego que era capaz de escandalizar a la enardecida sociedad española post-franquista poniendo a tres monjas a snifar severas rallas de cocaína o el hombre que se atrevió a hacer del melodrama telenovelesco una obra de arte. Ese humor tan picante lleno de personajes enternecedores en cada uno de sus anteriores filmes desaparece misteriosamente en la que debería ser su obra más personal.
Las muchachas eso sí adoraron ver a Fele Martínez y a Gael García Bernal en las escenas de piscina donde el director se centra más en la parte de adelante del bóxer del mexicano que en desarrollar cualquier tipo de telaraña argumentativa. Las historias llenas de recovecos , de laberintos emocionales desaparecen acá por puro y físico cansancio. En un acto de canibalismo Almodóvar se copia a si mismo, ensambla personajes y situaciones de sus otras películas, repitiéndose una y otra vez. La mala educación es un monumento al deja vú.
Aprovechando la fama que empezaba a tener en el mundo cinematográfico el actor mexicano Almodóvar quiso arroparlo y terminar de completar la educación que lo llevaría a conquistar el mundo. Siete años después ya tenemos la certeza de que Gael García Bernal es un pésimo actor. Ninguno como él se ha embarcado en experimentos tan fallidos como la insoportable La ciencia del sueño de Michel Gondry o El pasado pero fue más la expectativa generada que la realidad. Su carrera internacional se basa en la de la vulgar imitación de acentos. En La mala educación deslumbró a los incautos gracias a su capacidad de lora borracha de repetir la dicción de los españoles, seguramente en la madre patria habrá diez mil actores mejores y más guapos que Bernal y que hablan seguramente mejor con acento español. Pero era el actor del momento, el más sexy y Almodóvar enamorado se rindió a los pies del joven galán. Su interpretación no es tal, tan sólo es una repetición incesante de acentos como sucedió cuando se convirtió en el Che en la abominable y próximamente integrante de esta lista Los diarios de motocicleta de Walter Salles.
Almodóvar dijo que había hecho la película porque le estaba atormentando tenerla en la cabeza. Tenía la necesidad imperante de hacerla realidad, verla montada. Todo salió al revés. El estar tocado con la barita del genio no garantiza que las cosas vayan a salir como en los anteriores proyectos. Para hacer cine no solo se necesita tener buenas ideas sino también una salud inmejorable. Almodóvar debió esperar un mejor momento físico. Cuentan que llegó al plató prácticamente sin guión, confiaba demasiado en sus recuerdos y cuando vio que el hada de la inspiración no llegaba empezó a copiarse a si mismo. No existe nada más triste que esto, cuando el creador se come a sí mismo. Quería ser una película de casi tres horas sobre su inicio en el oficio de hacer películas y terminó haciendo con agonía una peliculita espantosa, llena de escenas efectistas y homo eróticas, como si lo más importante para Almodóvar no hubiera sido hacer películas sino dar por el culo. Por la admiración que me despiertan películas como Pepi, Lucy y Bom y otras chicas del montón, Carne Trémula, Hable con ella o Mujeres al borde de un ataque de nervios esperaba encontrar una gran película en la autobiografía de un muy buen director de cine. En vez de eso encontré una película cansada, repetitiva, con dos actores absolutamente inflamados por la crítica como son Fele Martínez y García Bernal (quien seguramente habrá tenido su mejor actuación en la odiosa telenovela Mi abuelo y yo que hizo a los once años) que restan más que suman en el intento desesperado de un autor por declararle su amor al cine.
Después de La mala educación se notó que la fuerza había abandonado al director manchego. Ni Volver ni mucho menos Los abrazos rotos lograron suscitar la mínima de las emociones de sus anteriores trabajos. Esperamos que la maldición que esta pésima película inyectó a su obra se difumine pronto y volvamos a tener al iconoclasta de siempre.

11 de agosto de 2011

FUERA DE ACÁ BORRACHO.

Liliana Rendón era una senadora desconocida, sostenía su curul ahí con las uñas, en el canal del congreso casi ni salía porque ¿Cómo? Si ni siquiera iba a las sesiones. Todo eso cambió la noche del 6 de agosto cuando un aguardientado seleccionador nacional decidió terminar una discusión con su amante a punta de puño limpio.
Es llamativo que el partido conservador y la U sean infalibles, ¿De donde sacan a estos personajes? Si alguna vez se pensó cerrar Amagá para que nunca volviera salir de allí a un bobo del tamaño de Belisario Betancurt ¿Qué decir de tipos como Arias o marchantas como Rendón? Después de que los dueños alemanes de Bavaria hayan pedido a la federación que no podían sostener en el cargo a un hombre que públicamente golpea a una mujer que la opinión generalizada de un país se hubiese puesto en contra de un hombre que siempre ha dividido no solo por su siempre lamentable comportamiento sino por su cuestionable carrera que incluye estrepitosos fracasos en Guatemala, en Ecuador y Santafé, aparece esta vendedora de yuca a decir que no pueden juzgar a Hernan Darío porque “Nosotras jodemos mucho” posiciones como la de esta política conservadora confirman no solo que este es un país de mujeres machistas sino que el sistema democrática sencillamente no funciona.
En la entrevista dada a Yamid Amat, Rendón se muestra con el lenguaje que solo tienen las paisas vendedoras de San Andresito, no duda en pronunciar una y otra vez el vocablo “Dentrar” el pleonasmo de “Pero sin embargo” y todo esto matizado con un acento que evoca irremediablemente a la cantina y el aguardiente. Un acento bastante parecido a la del entrenador paisa, hasta amigos de rumba deben ser.
Grabri Jaime Gómez, hermano del técnico dijo que se habían gastado mas papel y tinta los periódicos “Hablando de Hernán que del caso Garavito” Por supuesto que esto es una exageración. Quieren poner ahora al Bolillo como un perseguido político, una víctima de la provocación constante que hacen millones de mujeres para que sus barrigudas parejas les presten un poco de atención. El ex técnico de la gloriosa selección guatemalteca lleva una relación de diez años con esta mujer y al parecer hasta tiene un hijo fuera del matrimonio, cuando le pedimos a uno de nuestros jugadores comportamiento y orden fuera de la cancha ¿Qué podríamos exigirle si la cabeza del proyecto tiene cuatro mujeres, se relaja bebiendo en bares de salsa hasta el amanecer y resuelve sus problemas con las mujeres a mano limpia?
Si Bolillo Gómez fuera una estrella del rock nos parecería cool sus escándalos pero Hernán Darío tiene bajo su responsabilidad ensamblar un equipo de atletas con las exigencias físicas que eso conlleva. Es vergonzoso que directivos de la Federación Colombiana de Fútbol como el incompetente Luis Bedoya, el corrupto Hernando Ángel o el declaradamente enemigo de las mujeres Alzate Avendaño hayan salido a defenderlo públicamente. Este último dijo al noticiero Caracol que “Si Hernán le hubiera pegado a un directivo de la federación lo sacábamos inmediatamente pero le pegó a una mujer de muy dudosa reputación,no existe demanda de parte de ella y sin demanda no existe el crimen” además apuntó que “ Impediré que por las declaraciones de una mujer resentida se eche al traste un proyecto que puede costar cinco mil millones de pesos” Señores si Bavaria no perteneciera a los alemanes seguramente hubiéramos tenido Bolillo para rato.
La gente que atestó como cada sábado el bar Bembé ubicado en el centro de Bogotá dejaron de bailar con Richie Ray al oír las voces que alertaban que en la esquina, un hombre golpeaba repetidamente con fuerza y rabia a una mujer. Al acercarse pudieron ver la panza que solo tienen los borrachos que al abusar inmisericordemente del aguardiente van formando poco a poco la cirrosis hepática que termina matándolos. La barriga descomunal y los insultos de coronel de la policía retirado hizo que la gente de una reconociera al personaje. Por supuesto más de un hincha al buen fútbol se deleitó con encontrarse de frente con la situación, por fin podrían resolver los problemas que tanto los quejaba desde la década pasada ¿Por qué alinear al Chaca Palacios y sentar a Iván Córdoba horas antes del debut mundialistas en Francia? ¿Por qué preferir a Santa y no al gran Diego León Osorio? ¿Por qué esa obsesión con Aristizabal? ¿Porque no haber llevado a Italia 90 al Niche Guerrero y al Palomo Usuriaga quien con sus goles ayudó al Nacional a ganar una copa libertadores y a Colombia a clasificar por segunda vez a un mundial de fútbol? ¿Por qué ningunear en la Copa América a un jugador del peso de Teófilo Gutierrez? Todas esas preguntas hicieron que una turba enfurecida tratara de linchar a Gómez mientras destrozaba el rostro de su acompañante.
El domingo, en medio del guayabo atroz bolillo seguramente no habrá recordado nada. La nata espesa de la inconciencia volvía a alojarse en su memoria. La noticia comenzó a crecer como una bola de nieve a pesar de que sus amiguetes de la radio, de la prensa trataban de ocultar la verdad. Pero esta llegó hasta el punto de que el martes al mediodía la presión fue tan grande que el tozudo entrenador fue obligado a renunciar.
La renuncia parecía irrevocable hasta que las voces amigas volvieron a aparecer. La rosca paisa en pleno furor como en la década del 90 a apoyar al sinvergüenza que les acolitaba todo a sus dirigidos en las concentraciones, Higuita, Aristizábal, todos los lugartenientes de Pablo Escobar a decir que este es un hecho aislado, que no pueden echar a un técnico así como así y bueno aparecen los amigos de aguardientada en ese circo que es el Senado y la ultra conservadora Rendón a decir que es normal que es deber de un hombre reaccionar ante la cantaleta de su esposa u amante. Ahora las voces en apoyo del Bolillo no se dejan de oír y los colombianos podríamos perder la oportunidad además de librarnos para siempre de este nefasto personaje que no solo se distrae desocupando medias de guaro y golpeando a sus innumerables amantes sino que es el culpable directo de que los empresarios hayan invadido el fútbol profesional colombiano y a la postre lo hayan demolido.

7 de agosto de 2011

DOCTOR MUERTE DE BARRY LEVINSON

Barry Levinson ha tenido la genial idea de tomar partido por un personaje que divide como ninguno. Para él como para muchos de nosotros no cabe duda que no existe nada más cruel que una muerte lenta, ¿Qué saben los fiscales de dolor de un cáncer? “Es como si tu fueras una gran boca podrida y cada tendón fuera una muela que se carcome y esa punzada en la encía extendida en todo tu cuerpo, ese dolor incesante que te apuñala lo sientes todos los días de tu miserable vida” El enfermo mira a los ojos del doctor y le suplica sin abrir la boca que venga la paz. Kevorkian supo ver esa mirada en sus pacientes, que lucharon por tener una muerte digna por no terminar sus días siendo un estorbo para su familia.
Es curioso que Jack Kevorkian se le compare con Menguele cuando uno de las argumentos para promover la eutanasia asistida fue decir que en Estados Unidos la constitución había aprobado el infame método de exterminio empleado por los nazis “El matar lentamente a una persona, por hambre, por dolor, un dolor diario, constante” Vaya si sabía de muerte este culto doctor. Había huido con su hermana a Estados Unidos poco después de que los turcos aniquilaran a más de 1.500.000 de personas en su natal Armenia, a la muerte la conoce de frente, uno de sus primeros recuerdos fue un montón de cadáveres pudriéndose al sol. El horror formó su genio, nunca se cansó de experimentar, creaba para desahogarse de todo lo que había visto. Sus pinturas lo atestiguan, hombres rompiéndose las uñas para no caer en un abismo, decapitados que sostienen sus cabezas, una mujer que en vez de ojos tiene cuencas por donde regurgitan los gusanos, la obsesión de un artista reflejada en su obra. Todo matizado con un humor negro, siniestre, escandaloso. Para promocionar su máquina de la misericordia, aparato que el mismo fabricó dijo que una de las ventajas de morir asistido por su invento era que “El monóxido de carbono te proporciona un maravilloso color en la piel”.
En un país de fanáticos religiosos el médico armenio fue perseguido. Para muchos su nombre se asociaba a los peores asesinos en serie que habían pisado Estados Unidos. Constantemente tuvo que soportar marchas de activistas retrógrados que le reclamaban el hecho de no creer en Dios “Mi único Dios es Juan Sebastián Bach y a diferencia del de ustedes el mío no es inventado”. Fue llevado cuatro veces a juicio y las cuatro tuvo que ser absuelto hasta que como cualquier mártir se dejó tentar por los beneficios del sacrificio y como una oveja yendo al matadero decidió despedir a su abogado en el quinto juicio y defenderse él solo. Sobra decir que perdió el juicio y fue condenado a pasar entre 10 y 25 años de prisión. En el 2007, luego de pagar ocho años de cárcel fue indultado por motivos de salud.
Una de las debilidades que tenía Kevorkian además de ser un avaro consumado era la de ser reconocido como fuera. En cualquier entrevista que le hacían le gustaba provocar al público diciendo frases realmente escandalosas o incluso como lo hizo en 60 minutos, mostrar como moría una persona por sus métodos. Los noticieros lo amaban porque gracias a él y a su invento se había hecho realidad el sueño de todos los telediarios: La muerte en vivo.
Está claro que para Levinson el Doctor Muerte buscaba no tanto promocionarse el mismo (Está comprobado que no cobraba un peso por sus servicios) sino el método de misericordia que había fabricado. Gracias a la extraordinaria actuación de Al Pacino, el veterano director de What the dog vuelve a poner el dedo en la llaga de una sociedad puritana e hipócrita que preserva como si fuera un cofre lleno de joyas los viejos valores morales. Si bien llega un momento en que alcanzas a saturarte de ver tanta desgracia junta, tantos casos realmente crueles de enfermedades terminales y a la siempre predecible, siempre aburrida, siempre con la frase-in-te-li-gen-te, Susan Sarandon, Barry Levinson logra conseguir una película potente, honesta, donde no le da miedo decir sin tapujos lo que se piensa.
Esta valentía, tan rara en el desabrido cine de estos días, la posee gracias a pertenecer a la vieja guardia, a la generación de cineastas de los setentas, influenciados por el cine y la literatura, intelectuales que hacían películas. Nómbrenme en el cine de hoy quien podía hacer una película así. Afortunadamente para nosotros Barry Levinson todavía no ha necesitado los servicios de Kevorkian a pesar de su avanzada edad. Acá nos deja un retrato duro y contundente de un personaje tan complejo como fue el recientemente fallecido Doctor Muerte.

LAS SILLAS DE ADELANTE ESTAN OCUPADAS. El Ateneista en la presentación de la Ley de Víctimas.

Un señor muy viejo se paró al lado de la entrada del teatro. Con suma dificultad cargaba ocho banderas de Colombia, con escudo y todo. La gente se paraba al frente suyo y después de un corto regateo se llevaban el máximo símbolo patrio. Había algunos que no determinaron para nada al viejo vendedor, ellos estaban preocupados en otra cosa, incluso a muchos de ellos se le veía el dolor de haberlo perdido todo. Estaban allí porque el país por fin los había tenido en cuenta y decidieron reparar en algo sus infinitas penurias.
Entraban en ramillete al Zulima y se iban desperdigando por el teatro. Contrario a lo que debería ser, una ceremonia de restitución de la dignidad perdida, las víctimas fueron de nuevo discriminados en su día ya que tuvieron que ocupar las sillas que están al costado del escenario y la parte de atrás de la sala. Los asientos de adelante estaban reservados para las autoridades locales, concejales, senadores, lo más selecto del gobierno departamental. Llegaban entre los flashes de los fotógrafos y los aplausos de unos pocos. Entraban imponentes con sus guayaberas blanquitas recién compradas. Por un momento dejé de pensar que no se venía al Teatro a presentar la Ley de víctimas sino a la ceremonia de elección y coronación de la Señorita Norte. Las mujeres de los políticos cargaban sobre sus cabezas los pesados peinados que permanecen inmutables desde la década del ochenta.
Olinto Sánchez, líder comunal y perjudicados por el conflicto murmuró al ver como entregaban besos a diestra y siniestra “Como siempre, los victimarios adelante, las víctimas atrás” Los medios de comunicación agolpados en ese sitio esperaban con ansias conseguir la exclusiva con Cristo o con Vargas Lleras, nadie miraba a Virginia, eso no importaba, ella no llevaba esos raros peinados viejos sino que iba vestida con mucha sencillez, con mejor gusto que la madre del director del partido liberal u otras señoras bien. En 1999 las Autodefensas Unidas de Colombia le mataron a su esposo y a su hermano. En una tarde la fiebre de las balas acabó con todo lo que ella había construido. Se tuvo que ir de su amada La Gabarra “Para vivir arrimada en la casa de un hermano en Villavicencio” dice con todo el dolor reflejado en su mirada vidriosa, se pasa la mano por la cara y ese gesto pareciera que le ayudara a mitigar el sufrimiento. “En el 2005 perdí el miedo y volví al Catatumbo, solo allí en el lugar donde se perpetró la masacre puedo encontrar la paz”.
La Gabarra quiere olvidar para siempre esos años fatídicos donde las Autodefensas decidieron matar el siglo pasado de un disparo en la nuca. Hoy los que quedaron, los testigos que se fueron que convirtieron ese corregimiento en un pueblo fantasma pero que al cabo de unos años, por el apego y el amor que pueden sentir por su tierra y volvieron, buscan reivindicaciones. Esperan que la ley no solo les dé plata sino que les devuelva un poco de dignidad. Igual la han logrado recuperar a punta de su tesón. En el mes de septiembre el resucitado corregimiento de La Gabarra celebrará el sexto Festival de la Vida organizado por líderes como Virginia y el Padre Jaimes quien también se hizo presente en el evento. A pesar de su juventud ha decidido cargar al hombro con los recuerdos de una población vulnerada y masacrada como ninguna otra “Hace dos años llegué al corregimiento y estoy feliz de estar allí y ayudarlos a ellos, ayudarlos no solo fortaleciéndoles espiritualmente sino organizando junto con los líderes locales actividades como el Festival de la vida que no solo sirven para celebrar la existencia sino que servirá para perpetuar la memoria de los que cayeron en esa guerra sin sentido”.
Afuera varias víctimas decidieron no entrar a lo que ellos consideraban una farsa. Desplegaron sobre el suelo carteles donde criticaban duramente la forma como iba a ser entregada estas reparaciones. Pusieron al lado de la pasarela por donde entraban los políticos fotos en tamaño natural, de cuerpo entero de los caídos. En el pecho de cada uno venía una leyenda donde explicaban donde habían caído y que hacían. Todos era gente que con sus trabajos intentaba cambiar el curso de un país irremediablemente destinado al desbarrancadero. Intentar ayudar a que las cosas mejoren es una labor extremadamente riesgosa en el país del sagrado corazón.
Ojalá el gobierno no haya subestimado a las víctimas, me sorprendió ver lo perspicaces que son, para sobrevivir en este país de genocidas hay que ser extraordinariamente desconfiado y a Virginia el hecho de que ellos por ubicación en la sala fueran relegados a un segundo plano no es otra cosa que “Un mal inicio”. Afuera mientras una fila de particulares esperaba que llegara el Gobernador del Departamento para pedirle un puestico algo que ayude mientras pasa esta temporada tan dura que son los meses antes de las elecciones, una docena de vendedores ambulantes ofrecían a quince mil pesos la nueva ley de víctimas.
Hora y media después de lo pactado, ya con la casi totalidad de los invitados de honor que eran por supuesto los políticos de siempre y sin la presencia estelar del ministro del interior, una presentadora elegante que estuvo en los minutos previos sacándose fotos con los concejales de turno dio inicio al evento. Se pusieron en pésimas grabaciones los himnos de Colombia y Norte de Santander. En la tribuna brillaban como cuatro perlas preciosas las guayaberas de Juan Camilo Restrepo, Juan Cristo y William Villamizar. Adelante las viejas chismosas se tapaban la boca para hablar de lo mal vestida que vino Cuca Garcia-Herreros mientras atrás, una mancha marrón que se extendía por las butacas del teatro se preguntaba interiormente Que diablos hacemos acá. Ellos, las víctimas no cantaban el himno y los que lo hacían escupían con rabia sus estrofas. El hermano del dirigente popular asesinado, Tirso Vélez fue muy duro al decir que “Siempre los mismos con las mismas aprovechando escenarios como este para sacar un resultado político. No son más que lagartos”.
Algunas víctimas como Olinto decidieron ocupar las sillas de adelante en vista de que muchos doctores del gabinete departamental no se hicieron presente. Tal vez decidieron darse un día más de asueto en su calendario lleno de números rojos. Se sentaron en las butacas reservadas para la crema y nata de la sociedad, era su pequeña protesta, una forma de enseñarle a esa sociedad de los discrimina que ellos no solo quieren plata sino una vida digna, con los ojos enlagunados por la rabia, la ley de víctimas se le presenta a ellos como un favor del estado, no como un deber que tiene el gobierno de reparar el daño que se le ha hecho a esta gente. A los cinco minutos del discurso de Cristo las víctimas comenzaban a cabecear, cansados de un largo viaje que les tocó hacer por recibir eso que ellos consideraron perdido para siempre: La dignidad.
Bostezando, sin entender nada la gente comenzó a escuchar a Juan Camilo Restrepo y muchos preguntaban a que horas se iba a acabar esto porque ellos no estaban para esperar todo el día “Nosotros si llegamos temprano y ellos como siempre tarde, ¿Qué muy ocupados?...mamola!” Comentó una lideresa comunal. Hostigado por las fuerzas de seguridad del ministro del interior que seguía sin aparecer decidí marcharme. Le tomé unas cuantas fotos al cartel donde se anunciaba la Ley, un horrible mural donde se mezclaban fotos de desaparecidos, de dolientes y los sonrientes rostros de Vargas Lleras, Juan Cristo y Juan Manuel Santos. Quise buscar al viejo que vendía las banderas de Colombia para grabar su imagen pero que ya no estaba, seguramente el sol del mediodía ya lo había corrido.

4 de agosto de 2011

EICHMANN DE ROBERT YOUNG. Este mes por MAX

Durante el juicio de Nuremberg hubo un gran vacío en el asiento de los acusados. Por más de que la labor de los agentes aliados en Berlín y sus salidas fue excepcional se les lograron escapar más de un alto dirigente Nazi cuando derrotaron sin contemplaciones al Reich en abril de 1945. El más importante de todos fue Adolf Eichmann. El muy competente oficial SS se destacó por su minuciosa labor que le encomendó Himmler, su jefe directo, de detener, encarcelar y organizar a los grandes enemigos del Reich: los judíos y gitanos. Acabar con estas razas inferiores le garantizaba al Reich convertir a Europa entera en un gran campo donde pastorearían con tranquilidad los arios, la raza superior.
Con éxito Eichmann burló el cerco aliado y gracias a sus influencias pudo desembarcar en Suramerica. Después de una breve estadía en Asunción decidió asentarse en un humilde barrio de Buenos Aires donde pudo vivir con sus amados hijos una vida de jubilado bueno hasta que los caza-nazis israelitas lo encuentran y antes de llegar a su hogar lo secuestran extraditándolo de inmediato a Israel donde lo ejecutan ocho meses después.
El problema era que aunque tenían las pruebas para condenarlo a muerte el estado hebreo necesitaba una confesión de parte del acusado. Para eso le asignan el trabajo a un capitán del ejército que a su vez conoce la ley para lograr sacarle la confesión. Sobre este hecho se asienta el veterano cineasta Robert Young para lograr el efecto al que nos tiene acostumbrados; atraparnos en la trama como si fuera una araña desplegando su tela. Young no ha tenido el debido reconocimiento por ser un director consecuente, sin concesiones. Llevar los últimos días de Eichmann al cine hubiera sido un gran golpe taquillero pero la mirada de Young se centra en aspectos que por lo general no le interesan al público. Uno de ellos es tratar de mostrar al hombre que vive debajo del monstruo. El criminal nazi era un hombre que amaba a sus hijos y a los niños en general, sin embargo en cuatro años asesinó a más de medio millón de niños en los territorios que ocupaba Alemania durante la II Guerra Mundial. Al recriminarle el joven capitán esraelí este hecho Eichmann se defiende diciendo “Pero eran niños judíos” con la sutileza de un pincel Young va delineando el carácter de sus personajes volviéndolos seres de carne y hueso.
La presión que ejerce la comunidad judía sobre el oficial al que se le encargó la misión, las cartas enternecedoras en las cuales el SS les dice a sus hijos que a pesar de que él y sus ideales han muerto todavía quedará la esperanza de una nueva Alemania y sobre todo los flash-back que supo poner en la edición con maestría armando un muy efectivo rompecabezas hacen de Eichmann una gran película.
La crítica acusó al filme de caricaturizar la figura del nazi volviéndolo solo un vampiro sediento de sangre. No les gustaron a la totalidad de críticos que leí los flash-backs donde mostraban al oficial cumpliendo con lo que el Fuhrer le pedía. Robert Young no tiene la culpa de que esto haya sido así. Himmler, Heydrich y Eichmann tenían la responsabilidad matemática de pensar en la ecuación por la cual podrían matar a 50 millones de personas en el menor tiempo posible. Si bien el segundo de las SS en algún momento pensó en otras soluciones mas “benignas” para deshacerse de los judíos como mandarlos a Madagascar o poniéndolos a trabajar hasta morir en las fábricas de armamento. Pero ya cuando la solución final se ordenó y cautivado por la magnética personalidad de Hitler, ordenó la muerte sistemática de más de cinco millones de personas.
La película fue uno de los tantos fracasos comerciales que ha tenido Young en su consecuente carrera. Para los que quieran verla este mes la están haciendo circular en ese maravilloso canal que es Max.

URIBE Y EL DESTINO DE LOS SATRAPAS

Para los rastafaris Haile Selassie, emperador de Etiopía, la otrora Abisinia es lo más parecido a un Dios. Cada plon de bareta que se pegan es una invocación al corazón de león con el que se asocia al mandatario. Sin embargo Selassie es el precursor del hambre asesina en ese país. Él como nadie supo que la hambruna es un poderoso aliado a la hora de someter a un pueblo. Este enclenque hombrecillo duró más de sesenta años en el poder hasta que los Etíopes cansados de sus abusos y megalomanías lo derribaron en 1975. Dicen que en algunas casas de ese devastado país todavía le encienden una vela al retrato del Emperador.
Hoy en día habrán todavía veladoras encendidas en honor a Álvaro Uribe Vélez. Si bien su popularidad ha descendido al sesenta y ocho por ciento sigue siendo muy alta, sobre todo si se tiene en cuenta que el gobierno de Santos ha destapado ya una docena de ollas podridas que había dejado el creador de la “Seguridad Democrática”. Él hecho de que Bernardo Moreno, el ex ministro de agricultura Arias, los hermanos Nule, la directora del DAS y ahora lo que se viene en la DIAN comprueban que la necesidad que tenía Uribe de hacerse elegir por tercera vez era para seguir ocultando estos hechos nefastos para el país. Poco a poco se ha instaurado dentro de esta sociedad obtusa la imagen de que el pasado pudo haber sido el gobierno más corrupto de la historia. Ahora falta comprobar que fue el más asesino.
Cada vez que el gobierno de Santos manda investigar a alguno de sus lugartenientes el gamonal salta y en su lenguaje soez ataca. Hay que tener miedo con esta serpiente acorralada por que viene dando dentelladas a diestra y siniestra. En una de esas es capaz de hacer un golpe de estado. La historia se repite, los que creíamos que una víbora como Laureano Gómez nunca más iría a aparecer pues ahí está compañeros, este Laureanito ha vuelto en versión desmejorada por supuesto, porque así sus fans digan que Uribe es una persona brillante basta escucharlo hablar para extrañar al hombre que instauró en sus cardenales la necesidad de proclamar desde el púlpito que “Matar liberales no era pecado”.
Ha Uribe solo le basta hablar como un obispo para que este país de católicos le crea. Uribe heredó el lenguaje de los inquisidores. Por eso no dudaba en señalar como terroristas a todos sus críticos, en bandidos a una fuerza insurgente que existe hace sesenta años. Su desprecio hacia la democracia solo se podía comparar al desprecio que sentía por la legalidad.
En su afán de tapar, de ocultar, de crear cortinas de humo se trenzó en una absurda batalla verbal con el loco de al lado donde ambos mandatarios usaron el fervor nacionalista para ocultar los graves defectos que tenían sus administraciones. Incluso instauró en este pueblo sediento de sangre la necesidad de un conflicto bélico contra Venezuela. La historia a comprobado que lo mas fácil que puede haber es encausar a un pueblo ignorante en el autodestructivo ejercicio de la guerra. Cuando fue elegido Santos creímos que la guerra sería inevitable porque veíamos en ese candidato otro peón de Uribe, pero apenas se sentó en el sillón presidencial lo primero que hizo fue arreglar los problemas con su vecino y de paso recomponer la maltrecha política internacional.
El dictador no se habrá sentido cómodo cuando su aliado comenzó a coquetear con Chávez, él sabía que ese sería el primer paso para que llegaran a justo término las investigaciones contra su corrupto gobierno.
Se ha comprobado hasta la saciedad que Uribe no piensa con el cerebro sino con el odio. Odio es lo que destila su cuenta de Twiter, odio es lo que irradian sus fieles. El pie de fuerza aumentó de 30 mil efectivos a 150 mil en ocho años. Las recientes incursiones guerrilleras demostraron que todo ese sacrificio por parte del pueblo no sirvió de nada simple y llanamente porque la guerra es el negocio que más réditos va al corrupto de turno. Desde que los muertos sean campesinos o de los estratos más bajos de la sociedad, la guerra es un negocio éticamente aceptable.
En ocho años no hubo por parte del gobierno la necesidad de pensar el conflicto. Tan solo había que atacar sin detenerse a reflexionar sobre las razones por las cuales la brecha entre ricos y pobre aumentan día a día, porque sin justicia social no podía haber paz. Pueden aniquilar esta guerrilla pero si se mantienen los problemas de corrupción estructurales que carcomen el estado colombiano se generaría otro clima de inconformidad que llevaría a que se armara otro grupo de personas buscando afanosamente la justicia que el estado es incapaz de darle.
Así ya no esté en el sillón en que tan bien se sentía, Uribe sigue con su viejo sueño de desestabilizar las relaciones con Venezuela y tratar de formar a como de lugar un conflicto armado que ayude a tapar todas estas investigaciones que va a dar como resultado final que su insignificante humanidad termine sus días enrejado. Ayer uno de sus generales fieles, los generales que siguen amenazando la democracia, dijo que en Venezuela se escondía células de las FARC y ELN, fenómeno que se viene dando desde finales de la década del setenta y que ningún mandatario había pensado en denunciar, tan solo se atrevió Uribe porque ya tiene destinado los recursos que van a ganar con la guerra. Santos salió a decir la verdad, que tanto allá como acá existen fuerzas muy poderosas a las cuales no les conviene que entre los dos países exista el normal flujo de relaciones que deben tener dos países vecinos, dos países hermanos.
Necesitamos urgentemente que Uribe cierre la boca y el twiter y empiece a aceptar que nunca más volverá a ser presidente. No le pedimos que acepte sus culpas pero si le aconsejamos que vaya empacando y pida asilo en la casa de Tony Blair, de Asnar o de Bush, únicos lugares en la tierra donde podía ser bien recibido, porque todas las investigaciones apuntan hacia su insignificante humanidad. Al parecer su megalomanía no le permitirá aceptar que ha perdido la contienda con la justicia y que para placer de los que odiamos todo lo que su figura representa, terminará sus miserables días pudriéndose en cualquier cárcel. Entonces tendrá el destino que todos los sátrapas se merecen.

2 de agosto de 2011

CARLOS PEROZZO, ¿PORQUE FUIMOS TAN POCOS?

Lo recogimos en el aeropuerto una mañana lluviosa del 92. Se sentó adelante, al lado de su hermano, sacó del maletín media de aguardiente y sin mediar palabra se echó un trago largo. El trayecto del Salado hasta la casa lo vivió en silencio. “Está borracho” me dijo Wanda como disculpándose. Éramos muy jóvenes pero igual sabíamos aunque no lo hubiéramos leído que el hombre que iba adelante era tal vez el escritor más importante que había dado Cúcuta. Tambaleándose se bajó del auto ya llevaba más de la mitad de la botella, sacó del bolsillo dos billetes arrugados me los entregó y entre dientes me dijo que fuera a conseguirle más guaro. Cuando volví tenía la esperanza de que me dejaran sentarme al lado del escritor, quería saber como respiraba, que frases inmortales podían salir de su boca, me parecía fascinante hasta su peluquín, pero que va, ni siquiera la lluvia hizo conmover a Wanda quien me recibió la botella y luego me cerró la puerta en la cara.
Nunca más lo volví a ver, eso si a partir de esa fecha sus libros siempre estuvieron acompañándome. Incluso hace poco volví a releer algunas páginas de Hasta el sol de los venados y así ya no comparta alguno de los postulados ideológicos de sus personajes me siguió impresionando la manera como construyó su San José de Guasimales. Gracias al genio de Carlos Perozzo la ciudad donde el viento se devuelve se dio el lujo de tener una novela. La Ínsula, tal vez la zona de tolerancia más próspera de Colombia, está plasmada en estas páginas como nadie lo supo hacer. Ahora cuando pasando por el aeropuerto uno ve las casas de lenocinio cayéndose a pedazos, cuando nadie recuerda que acá venía gente de Caracas los jueves para encerrarse con sus putas preferidas hasta el lunes, La novela cumbre de Carlos Perozzo da testimonio de lo que la memoria ya no puede atenazar.
No sé si a alguien le importa que hace un par de días hubiese perdido la batalla que sostenía contra el cáncer. Su nombre fue mucho más importante por fuera que en su natal Cúcuta donde nació en 1939. En Argentina, en España su nombre todavía tiene peso, inclusive su primera novela fue publicada por la editorial Planeta en Barcelona en 1974, sin embargo nadie en la Diagonal Santander, la avenida que tan maravillosamente supo pintar, sabe quién fue este hombre.
En 1996, en el último año del colegio íbamos a la Universidad a empezar a habituarnos a la vida que nos esperaría . En la parte de atrás disfrutábamos juiciosamente del placer de la cannabis sativa. Un hombre alto y rubio de pelo largo y pantalones rotos sacaba siempre de su mochila con un gesto que me parecía conocido un ejemplar de Hasta el sol de los venados y lo leía en voz alta. Todos soñábamos con ser Satuplé, el poeta anarquista, comprometido con una sociedad moribunda. Gracias al legado del Caraqueño se organizó la revuelta más famosa que recuerde la Universidad Francisco de Paula Santander. Dudo que en su eterna borrachera Carlos Perozzo se hubiese enterado de este extraño homenaje, pero la lectura de Juego de mentes influyó en cada pedrada, en cada Coctel Molotov. El hombre alto y rubio resultó siendo un sobrino olvidado del novelista.
A finales de la década del noventa solía ir a la casa de Nestor Heli , su hermano, a que me hablara de James Joyce y otros escritores que nunca había leído. Alguna vez me leyó en voz alta la parte de El resto es silencio donde el indigente es atacado por un cólico feroz y necesita despojarse de su basura interna a como dé lugar “Nadie en la historia de la literatura ha descrito una cagada tan bien como lo hace Carlos, solo recuerdo un antecedente, el de Leopoldo Bloom desaguando en su baño mientras se limpia el culo con el cuento de uno de sus amigos recién publicado en el periódico” leí la novela en dos días y si bien no despertó el entusiasmo que pudo generar Hasta el sol en parte porque el escenario no era la Diagonal, Los patios o la ínsula si tenía el peso de estilo, el manejo del monólogo interior que solo tienen los grandes novelistas.
Hace un año en un teatro de la Candelaria, cuando ya todos sus amigos sabían que iba a morir montaron por primera vez en el país su obra La cueva del infiernillo, que fuera premio nacional de dramaturgia en 1982. El autor estuvo allí, con un teatro abarrotado, teniendo esa alucinante sensación de ver como los personajes que siempre tuviste en tu cabeza han salido de ella y ahora cobran vida sobre un escenario. Dicen los que estuvieron cerca que movía sus labios lentamente, repitiendo el parlamento de cada uno de los actores. Al final se tomó una foto con todo el elenco y recibió de lleno el cariño de un público agradecido.
Porque si algo nos preguntamos sus lectores es ¿Por qué fuimos tan pocos? Difícilmente nos encontraremos con una obra tan sólida, tan coherente, tan sucesiva. En eso Carlos Perozzo ha sido un autor, en mostrar todo el tiempo sus obsesiones, un autor se repite todo el tiempo, es monotemático porque lo obsesiona una sola cosa. Las cuatro novelas de este autor cucuteño son cuatro capítulos de una sola totalidad. Esperemos que si algo bueno puede traer su muerte sea el hecho de que su obra sea revaluada, sea por fin bien leída en un país donde los escritores importan una mierda.
Ser reconocido o no igual le importaba un comino al autor de Juego de Mentes. En el fondo lo único quería es lo que pretende cualquier otro escritor: Que lo dejen en paz. Ahora que ha muerto creo que le importará todavía menos si su obra es revalorizada o no. Los que sobrevivimos si tenemos el compromiso de revisitar una y mil veces ese palacio que es su obra, una de las más desconocidas y las más vitales de la historia de la literatura latinoamericana.