Acaba de caer Boateng al suelo, el reloj se ha detenido en los 120. Van a penales. El marcador dicen que van 2 por 1. Van a penales. Increíble, ¿hace cuanto no se definía una semifinal desde los doce pasos? No busques en internet, ya pronto Mariano Clos te va a decir cuando fue y quien ganó. Los muchachos toman agua, exhaustos, Mou susurra los pateadores.
Fueron dos días donde los aficionados jóvenes al fútbol nos regocijamos ante los viejos que siempre marcaron las épocas de Di Stéfano, Pedernera, Helenio Herrera, Pelé o Gianni Riva eran las mejores y nunca volverían. Dos semifinales llenas de jugadas maravillosas, de momentos ásperos, de grandes jugadores. Presenciamos la historia en vivo y en directo y en alta definición. Que se mueran los viejos. Va a ejecutar el acalambrado Alaba el penal. Lo convierte. Voy a verlos.
Acaba de hacer el gol Swesteiger. Bayern- Chelsea la final, favorecidos por la suerte. El clásico justo se jugó en medio de las semis. Ninguno de los dos equipos españoles pudo recuperarse físicamente, menos el Madrid que ni siquiera poniéndose arriba del marcador por dos goles productos de fallos arbitrales, pudo disimular el agotamiento que produjo el alargue.
Dos batallas épicas, inolvidables. Barcelona mantuvo la pelota en un 76 por ciento en promedio tanto en Stanford Bridge como en el Nou Camp. Disparó al arco en 57 ocasiones. Solo pudo marcar tres veces. Los de Londres tuvieron cinco tiros, la embocaron tres veces. El fútbol es el juego de la ilógica. A pesar de que se tenía el partido en el bolsillo con el gol de Busquets, con la expulsión de Terry, algo le molestaba a Lio Messi. En rostro se reflejaba la debacle. No estaba bien menos cuando justo antes de que se acabara la primera parte Ramírez bañara a Víctor Valdés.
Penalti a favor del Barcelona, cobra Messi lo erra. 24 horas después patea Ronaldo al palo derecho de Neuer, lo tapa el arquero. Los dos mejores jugadores del planeta fallando en su especialidad. Dicen que en estas finales las ganan los equipos con jerarquía. Barcelona tiene cuatro orejonas, Chelsea ninguna. Los de Guardiola son considerados el mejor conjunto de la historia, el Chelsea va cuarto en su liga y hace unas semanas echó a Vilas- Boas por la pésima campaña. Entró Di Mateo, sin proceso, sin conocer a sus jugadores, sin experiencia como técnico, su única garantía las excelentes campañas que jugó con la escuadra que en ese entonces dirigía Ranieri. La rueda de la fortuna es implacable y a veces torpe, el niño que nunca hace un gol justo sentencia la serie después de driblar a Valdés.
Muchos hablan del fin de una era. Barcelona de los últimos 15 títulos disputados había ganado 13. Los dos únicos que no pudo obtener ¿adivinen que técnico se los quitó? Ningún equipo le ha podido quitar la pelota al barsa, ninguno le ha impuesto su forma de jugar. Barcelona sigue siendo el mejor de todos. Es un privilegio pertenecer a esta época, ser testigos de Messi, de Xavi, del gran Iniesta.
Hoy todos esperaban ver clasificar al odiado Real. Los dos goles de Cristiano parecían ser suficientes para borrar el dominio que desde una primera instancia mantuvo el Bayern en el terreno de juego. Los de Munich tenían la pelota y las opciones. Gran partido de Robben…como la aguanta Gómez, que grande Alaba. Un partido emocionante, de ida y vuelta. La estrategia primó sobre la táctica. Los jugadores no podían sostenerse sobre sus piernas. El público tampoco podía más. Los penales fue una prolongación de esta semifinal inolvidable. Rogábamos los hinchas del fútbol porque no se acabara nunca y por si se tuviera que acabar al menos que lo hiciera con un final maravilloso: El odiado Mourinho yéndose cabizbajo por el túnel.
Son días locos, estupendos para el fútbol mundial. Todos viven pendientes de la Liga de Europa. Unos por el Real otros por el Barcelona. Privilegios de la globalización. En una chichería de Tunja un hincha boyaco del Real se trenzó a navajazos con un man de Boyacá que le hacía fuerza al Barcelona. Esperemos que algún día en un pub catalán un aragonés hincha del Cúcuta le aseste una trompada a un madrileño fanático del Huila.
Lo malo de todo esto es que la final ya pasó. Igual esperamos con ansia el soporífero partido de Munich. Ojalá me equivoque.
Mi querido nuevo comentarista deportivo, qué me dice de Ribéry! el hombre se corre todos los partidos asustando contrarios, no por su cara cortada, si no porque encara constantemente a los defensas y luego lo vemos quitando balones cerca a su portería.
ResponderEliminarNo es por excusarlos, pero me da la impresión que el Barça y el Real se liquidaron mutuamente el fin de semana... ¿con cuáles energías se iban a enfrentar a sus rivales del norte, si la derrocharon en el clásico?
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