Lo confieso, fui a la sala de cine esperando lo peor. Ya
había leído las primeras críticas y me disponía a asistir al entierro del
director. Compré una ración extra de palomitas para no aburrirme. Últimamente voy a los
estrenos es a comer, actitud que ya se empieza a notar en mi cuerpo. Empiezan a
transcurrir los minutos y el tan anunciado bodrio no aparecía por ninguna
parte. Los mismos que se deslumbraron con los efectos especiales de la
insoportable Oblivion fueron los que
le echaron tomates a la “Pobreza” visual de Después
de la tierra. Uno de ellos se
atrevió a escribir que como con 130 millones de dólares los decorados de este
filme parecían tan miserables. A mí la propuesta estética me gustó. Eso de que
en vez de paredes los edificios estén revestido de tela me hizo evocar las
construcciones samuráis del Japón del Siglo XIX. El traje que usan en la misión
tiene la importancia y hasta el diseño de los que tenían en las viejas e ingenuas
películas de ciencia ficción. Hasta cierto punto uno puede imaginar que es un
guiño, un homenaje nostálgico hacia esas infumables películas.
Hay que decirlo, los críticos se ensañaron con M. Night
Shyamalan. Ese es el precio que le hicieron pagar por haber elevado a clásico
su ópera prima, El sexto sentido de allí para abajo cualquier estreno que saca
es inmediatamente descabezado. Hoy en día películas que fueron vapuleadas en su
momento como La aldea, Señales y
sobre todo El protegido han ganado
fuerza con el paso de los años.
Los que aplaudieron a rabiar la fría perfección de Prometeo o Tron son los que se rasgan las vestiduras porque Shyamalan no esté
al día tecnológicamente.
A mi no me importan
los efectos especiales, a mi lo que me importa es la historia y la que escribió
Will Smith es bastante sólida.
La tierra ha dejado de ser un lugar habitable y la humanidad
ha tenido que asentarse en otro sistema solar. Allí se asientan en un planeta
llamado Nova Prime. Durante años este planeta fue dominado por una civilización
alienígena, que celosa de sus nuevos habitantes han decidido crear los Ursa,
unas bestias ciegas y horripilantes que tienen como único fin destruir a los
humanos. Los Ursa huelen el miedo, el hombre que no llegue a sentirlo pasará
desapercibido, como un fantasma, invisible. El único hombre que no ha sentido
temor al estar parado frente a estas feroces y horripilantes bestias es el comandante
Cypher Raige (Will Smith). Gracias a su poder de mando y a su frialdad pudo
conducir a sus tropas a la victoria final. El es el líder supremo de los
Rangers, una sección del ejercito a la que solo ingresan los mejores y a la que
aspira a ingresar Kitai (Jaden Smith) su hijo.
El pobre muchacho como la mayoría de hijos de gente
destacada tendrá que vivir eclipsado con la sombra de su padre, de su frío
padre, el hombre que por tratar de ocultar su miedo ha quedado carente de
emociones y que es incapaz de decirle a su hijo que no quiere que él sea un
rangers precisamente para que no corra ningún riesgo. A regañadientes lo lleva
a una misión que desembocará en un terrible accidente, donde los únicos dos
sobrevivientes serán ellos y tendrán que luchar para ser rescatados en un
planeta que a pesar de su belleza no acepta
ningún tipo de vida humana. Ese planeta es La tierra.
Habrán doscientas películas con una trama parecida a la que
escribió el propio Will Smith (Oblivion
es una de ellas) pero que puedo hacer, en las otras me he aburrido, en esta me
he angustiado y divertido. No sé porque
les parece tan aburrida, a mí me pareció una entretenidísima vuelta de tuerca
del mito del héroe; el hombre que a pesar de su inferioridad física se antepone
a todo tipo de dificultades. Si la nave está bien o mal construida a mí eso me
tiene sin cuidado porque yo no soy un ingeniero, yo todavía soy de los que va
al cine a que le cuenten una buena historia.
Es una buena historia a pesar de ciertos excesos, como por
ejemplo la idolatría que sienten hacia los rangers (Las escenas de “Póngame de
pie” Para saludar al militar respectivo es francamente patética) y todo eso de
que pierde el miedo para matar a la bestia tiene un tufillo a superación personal
que por momentos apesta.
Pero son detalles
menores y teniendo en cuenta los horribles últimos estrenos Después
de la tierra es un entretenimiento más que digno. Definitivamente no es el nuevo Spielberg pero por lo general
cada vez que el todavía joven realizador indio anuncia un estreno los que
usualmente vamos al cine a divertirnos celebramos este hecho alborozados… como
niños ante la inminencia del recreo.
Estimado amigo, ¿Que fué a ver usted?
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