2 de octubre de 2010

LA MAQUINA QUE HACE LAS NOTICIAS

Los periódicos son una porquería por la sencilla razón de que son el producto de una sociedad de porquería. Cada vez la ausencia de un columnista brillante se nota más sencillamente porque en el mundo de hoy ya no existen los grandes hombres. Particularmente los periódicos colombianos me deprimen. Independientemente de su postura política el periódico colombiano parece escrito por una máquina, por un sistema computarizado que procesa la noticia y entrega esa pastillita diaria, compacta y amarga que nos tomamos en la mañana para decir, bueno listo, ya estamos informados, ya salimos de esto.
Ya no leo periódicos, creo que desde la desaparición de El espectador en el 1999, la desaparición de el verdadero periódico, no este remedo que sale ahora y que habla con en miedo de una persona con una pistola en la sien. Era muy grato llegar a la hemeroteca, pedirlo y confrontarlo con el organismo oficial de la derecha, el conservador y mojigaro El Tiempo. Ahora que estoy fuera de el país pues me conformo con abrir la página y mirar titulares. Ya todo lo que dice la noticia está contenido en el titular, no pierdan minutos valiosos de su vida leyendo más allá del titular.
Que mal escritas que están las columnas y que aleccionadoras que son. La gran escritora Clarice Lispector tenía columnas donde impartía consejos de  belleza en los diarios de Brasil a mediados de los cincuenta y hay que ver las pequeñas obras maestras que pudo construir hablando tan solo de cómo se debería maquillar una mujer. No importa el tema, importa la forma y bueno uno no puede pedirle nada a un muchacho que sale de comunicador social de la pontificia bolivariana de Medellín donde muchos años fue decano Jota Mario Valencia.
Esto va mas allá de desinformarnos o no, va en la cuestión estética. Yo creo que nosotros necesitamos leer algo que esté bien escrito no esta basura automatizada, como si los periodistas fueran robots que tuvieran en su softwart el mismo modelo para copiar una noticia. Veo con preocupación además como revistas como Semana están perdiendo la costumbre de hacer reportajes y de que por supuesto la persona que escriba el reportaje sea un escritor de verdad. Recuerden que el venimos de un siglo donde el periodismo se convirtió de la mano de Dos Passos, Capote, Kapuscinsky o Hunter Thompson en un género literario, nunca antes el hecho real se había convertido en un material real para sacar de allí una historia haciéndose realidad lo que le decía Dostoyevsky a una joven aspirante de escritora cuando le preguntó de donde podía sacar material para hacer una novela “Abre la crónica roja muchacha- Le decía el autor de La casa de los muertos- y mira el último asesinato, allí encontrarás todos los elementos para hacer una gran novela”.
Desafortunadamente ese camino que empezaba a trazarse el periodismo fue cortado de tajo cuando los grupos económicos intentaron controlar la información. Entonces ya el objetivo no era informar sino manipular. En Argentina por ejemplo, el poder que acumuló el grupo Clarín es tan poderoso que tienen el control del papel prensa algo que el gobierno de los Kitchner a tratado de frenar con su oportuna Ley de Medios. Han pasado los tiempos donde creíamos que un buen gobierno era aquel que se preocupaba por hacer una reforma agraria, ahora un gobierno honesto debe ocuparse de la salud mental de los hombres. Y no puede ser sano un país que todo el tiempo está leyendo basura, que solo encuentra placer en la descripción de el degollamiento, un país que es capaz de creer que el derramamiento de sangre es la salida para una guerra atróz.
Uribe ha sido el presidente colombiano que mejor ha sabido manipular la prensa. No en vano puso a un periodista (Porque si hermanos, asi nos cueste reconocer que este subnormal lo sea) como vicepresidente y además un periodista cuya familia ha manejado la información del país durante años. Y los resultados están a la vista, a pesar de la destrucción total de la institucionalidad y la moral de Colombia, a pesar de la corrupción y el desempleo galopante, de haber entregado el 34 por ciento del territorio a las multinacionales y al ejercito norteamericano, a pesar de que pronto será buscado por la corte penal internacional por sus atroces crímenes Uribe salió con un 83 por ciento de favorabilidad, una locura, casi el doble de favorabilidad que tenía Roosevelt antes de morir. Todo por el papel que jugó la prensa en su momento, por la adhesión descarada que tuvieron canales de televisión como RCN o periódicos como El Tiempo.
Pero ni siquiera gente con cierto bagaje literario que asumieron un papel lambiscón como Plinio Apuleyo o Juan Gossain, pudieron hacer algo medianamente bien escrito por la sencilla razón de que ya no importa, no se tiene tiempo para el análisis, entre mas rápido se lea, entre más rápido se salga de eso mejor. Y la gente está conforme porque el año pasado la venta de periódicos se disparó considerablemente y los recientes “Gloriosos” golpes del gobierno de Santos seguro habrán agotado con las respectivas ediciones.
Hubo una diferencia enorme entre la muerte de Raul Reyes y la del Mono Jojoy y fue la unanimidad, esta vez todo el mundo estuvo de acuerdo en que fue un golpe magistral, perfecto, digno del gran general Rommel. Semana que se convirtió durante el régimen pasado en el único escampadero para los que buscábamos alguien que estuviera en contra ahora a adoptado una actitud casi que lambiscona con el gobierno de Santos. Eso si hay que decir que comparándolo con el gamonal anterior Juan Manuel se parece a Lleras Camargo.
Así que la mejor formula para burlar la desinformación es la imaginación, hay que pensar en el subtexto, en lo que no se dice y por supuesto cerrar los ojos para no leer las noticias que máquina del estado escribe en su monumental fábrica.

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