Para el imaginario popular Ramiro Suarez es el mejor alcalde que ha tenido esta ciudad acostumbrada a ser saqueada repetidamente por sus mandatarios. Lo que la gente no reconoce es que el ex burgomaestre tuvo la fortuna de coincidir con un periodo de mucha bonanza económica en el país. Cúcuta estaba destinada a ser un corredor vital para América. Había la necesidad de construir seis megaproyectos y tan solo se pudieron llevar a cabo dos. Repartió a diestra y siniestra los contratos que hicieron posible que la ciudad cambiara.
Todos sus logros son motivo de discusión. La disminución de la delincuencia está emparentada con los giros, los Cadivi, tener un hijo, una cédula de más era tener 500 dólares de más. Además Suarez Corzo tuvo la habilidad para saber sacarle provecho a esta situación utilizando el populismo caribeño tipo Chávez.
El bastión que utilizó el alcalde fue el Cúcuta Deportivo. Haberlo sacado campeón significó para la ciudad sentir una alegría completamente ajena a la tradición histórica del equipo. La hazaña no solo se remitió a haber salido campeón del rentado colombiano sino que alcanzó para ganarle al mítico Boca Juniors en semifinales de la copa Libertadores de América, todo un sueño para la sufrida afición cucuteña.
El capital en Cúcuta era reutilizable cuantas veces usted quisiera. Se volvieron a evocar los años gloriosos donde el Bolívar costaba 18 pesos. Los venezolanos agolparon los almacenes. La popularidad del alcalde llegaba al punto en que la gente creía que hasta los logros del equipo eran gracias a Ramiro Suarez.
Si bien la taza de delincuencia disminuyó, los asesinatos no mermaron durante su administración. Sin embargo esto era tapado porque los muertos eran dejados en municipios aledaños, incluso llegaron a dejarlos al otro lado del Río Tachira.
Unicentro y Carrefour son dos megaproyectos que nacieron para recoger la plata de CADIVI. ¿Quién hizo Unicentro? Pedro Gómez Barrero el oscuro constructor conocido en toda Colombia por su inoperancia y oportunismo político. Sin embargo la gente disfruta mucho de estos lugares caracterizados por sus locales completamente abarrotados de artículos de lujo pero despoblados de compradores. Estos dos centros comerciales han servido para lavar millones de dólares en activos. Para el cucuteño promedio estos dos horribles galpones significan el progreso.
El templo del ramirismo en Cúcuta fue el Estadio General Santander. Como un pastor evangélico enlodado en su megalomanía mandó cerrar el estadio de fútbol, ponerle 20 mil sillas más para que este César congestionado de fritanga fuera adorado domingo a domingo por cuarenta mil enfervorizados hinchas que abarrotaban las tribunas del estadio. Los pocos críticos que tuvo el burgomaestre se callaron durante el primer semestre del 2007 después de que el equipo (Al que el aficionado bautizó como el Ramiro’s Team) fuera campeón del rentado colombiano y semifinalista de la Copa Libertadores de América.
De los seis megaproyectos que tenía como reto su administración solo se pudieron realizar los dos puentes elevados, el de San Mateo y el de la entrada al puente de Ureña, quedando a medias como el monumento a la desidia que constituye el puente de La Gazapa, o la tan anhelada pavimentación completa de las vías de la ciudad. Todo fue gastado entre sus amigos, repartió entre ellos los contratos que recogió con la alegría que un niño entrega sus dulces.
La ciudad que encontró la actual alcaldesa Riascos estaba completamente saqueada. Las consecuencias de su nefasta alcaldía las estamos viviendo ahora y las seguiremos viviendo en los próximos años. Su abominable legado a quedado incrustado en el pueblo. Su discurso atrabiliario le hacia apología al analfabetismo, la cultura de la ilegalidad y un odio desmesurado hacia la procreación del pobre.
Ramiro Suarez es el fascismo tropical llevado a su máxima expresión. Además constituye el sueño, el paradigma de lo que debe ser un líder político para un cucuteño. Por fin llegó el muchacho con el látigo dispuesto a castigar a sus bestias.
Lo que sucedió en el predio donde quedaba la fábrica de Cerveza Bavaria es motivo de escándalo en Cúcuta. “El gobierno de Ramiro fue autocrático en una época donde el estado era autócrata en una época, donde los entes de control no funcionaban” dice el sociólogo cucuteño Sixto Quintero, el presidente Uribe donó los predios para hacer un parque temático infantil. Pero la intención de Suarez Corzo quería utilizar como lucro un espacio que había sido donado para la comunidad. A tiempo el concejal Pedro Durán denuncia el delito que iba a cometer.
Ese tipo de administraciones explica un poco el problema que tiene la ciudad para ofrecer un espacio arborizado al ciudadano común y corriente. En la ciudad verde no existe un espacio de este color que no tenga dueño. Expropiaron la sede del Bosque de la UFPS.
A la manera de los autócratas de Etiopía o Somalia Ramiro Suarez usó el hambre como un medio de poder. El hambre y la salud.Se vendieron sillas de ruedas en el SISBEN, se discriminaba a la gente que iba al Erasmo Meóz, se jugó con la cooperación internacional especulando con la comida, con el agua. Todo tenía un precio económico, todo tiene un precio político.
A veces pienso que estamos viviendo una tragedia Macondiana, somos un pueblo condenado a vivir en el abandono. Y le entra a uno la desesperanza y solo puedo pensar en mi pobreza y en lo que voy ha hacer mañana. La pobreza de muchos es la gloria de unos pocos,los pobres somos los que convertimos a los centros comerciales en templos del deseo, los pobres somos los que elegimos al político de turno, somos los pobres los que roban, los que no pueden pagar el SOAT y así el policía tiene trabajo y se puede acostar con la mas linda de la cuadra, somos los pobres los mas bebedores, los que mas hijos tenemos, los que prestamos el servicio militar, mi pobreza y la de mi vecino desplazado motiva el lucro de Organizaciones que se pavonean por que dan charlas, somos los pobres los que atiborramos las escuelas para que la administración publica tenga su botín, si no fuera por los pobres...
ResponderEliminarUmm, una mirada demasiado ingenua de la realidad señor/a Anónimo. En un país con el mayor índice de desigualdad social en América Latina, pretendes que los pobres asuman la responsabilidad de quienes han detentado el poder (maquinaria política que mueve el dinero en esta ciudad)? Claro, es más fácil condenar a quienes decidieron no seguir aguantando hambre mientras veían que los más ricos se quedaron con el pedazo más grande. Creo que algunos de esos pobres decidieron por el tamal, cemento, mercados, etc, asegurar su día y dejar a que el "futuro" se las arregle como pueda, porque de hecho, hace mucho tiempo que esa palabra ha salido de su diccionario de vida.
ResponderEliminarAhora digo yo, si no fuera por la pobreza de este tipo de interpretaciones...
Por otro lado, me gusta el artículo, recordando la desazón existente cuando la realidad de ricos y pobres en esta tierra y en otras es que "el progreso está hecho de concreto".
Lo más triste es que para muchos, Ramiro es el alcalde perfecto: autócrata, ignorante, asesino... ¡por eso no se ha ido, por eso permanecerá por mucho tiempo! y por su oficina ubicada en algún lugar de este infierno pasarán los más prestantes políticos jóvenes pidiendo su bendición y apoyo, no importa que deban renunciar a sus raíces o a sus creencias, si es que alguien en este desgraciado país las tiene...
ResponderEliminarHace algunos días leí en la Opinión un comentario que favorecía ampliamente a uno de las candidatos a la Alcaldía de la ciudad, es decir, sin votaciones y ya tenemos alcalde. La mayor cantidad de los votos se consiguen en los cordones de miseria de la ciudad y son estos barrios los que mas necesidades tienen. La democracia entonces tiene otro significado. Muy buen articulo.
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