Dicen que en la madrugada uno entiende mejor las cosas. Durante años solo conocí el alba cuando sometido a los rigores de una fiesta me quedaba bebiendo en un balcón hasta que el sol me estallaba en la cara. La madurez no es más que la pérdida gradual de la energía vital y a mis 33 años he visto que esa hiperkinesis que me embargaba está empezando a ceder. Eso se refleja en el hecho de que a las once de la noche el sueño le empieza a ganar la batalla a las imágenes en movimiento. La de anoche fue la tercera película en línea que dejo a medio acabar. Responsables somos los dos, las películas y yo. No tengo la culpa de que La casa muda no sea más que un experimento efectista. Lo que importa en este filme uruguayo es la rareza técnica de filmar con una cámara fotográfica en un plano secuencia de 74 minutos. De resto el mismo gore, los mismos lugares comunes. Hace unos años confié plenamente en que el género del terror tendría mucha tela de donde cortar pero a medida que veo nuevas películas me doy cuenta de que las historias góticas han empezado a agotarse. No pude acabarla y eso que duraba menos que hora y media, me subí a seguir releyendo El impero, la visión infernal (¿Verdadera?) que hace Kapuscinski de los setenta y tres años que duró la Unión Soviética. Por más que me interesaran los relatos escabrosos del periodista polaco el sueño pudo vencerse. Serían las diez y treinta de la noche.
La luz lechosa de la madrugada fue la primero que vi cuando me desperté ahogado. A tientas busqué mi inhalador y pude tranquilizarme. Me quedé mirando el techo y por un momento no sabía en qué parte del mundo estaba. Retomé la lectura unos diez minutos y luego me levanté. El ahogo había desaparecido. Eran las cinco y media de la mañana y el sol ya esparcía sus temibles rayos. En dos horas esto sería un infierno.
Cúcuta sería un buen lugar para vivir si uno se quedara encerrado en la casa. Es la ciudad ideal para los cuadrapléjicos. Acá solo necesitas un millar de películas y una televisión por cable que te garantice ver en su totalidad los grandes torneos del fútbol europeo. No hay nada afuera que te pueda distraer. Yo tengo que salir para ganarme la vida pero si fuera por mi me quedaría encerrado escribiendo todas esas historias que nunca he tenido tiempo para escribir. Acá no hay cines ni teatros ni gente a quien visitar. Sin embargo los pocos poetas que mendigan por sus calles se quejan de la falta de tiempo que tienen para escribir. El talento del cucuteño se desperdicia en hablar y chismosear constantemente. Muchos talentos se han perdido así, como la espuma de la champaña Ivan Kuprin desperdició sus mejores años en los bares de mala muerte de San Petersburgo. La lista es grande y no incluye poetas cucuteños.
No busquen París ni Praga. Son ciudades muy hermosas. En París no desperdiciaría un solo día escribiendo, me la pasaría recorriendo sus calles, hacer la gran Owen Wilson y soñar un poco con todos esos escritores que se sentaron a garrapatear en sus libretas mientras se intoxicaban con la infalible absenta. Total no tengo muchas cosas que decir. Las paredes de mi cuarto están empapeladas con todas esas novelas que otros escribieron por mi, un día de estos voy a callarme ese será mi mejor escrito.
Antes de poner un pie afuera ya el cuerpo se llena de sudor. El vapor te oprime la cabeza, te hunde. Acá la única motivación para salir sería irse a una de esas tiendas de las esquinas y emborracharse a punta de cerveza, me cuento los billetes que tengo en el bolsillo; lo mejor es ir a trabajar.
Si tanto le molesta la ciudad de los huecos, de los espejismos desérticos al medio día, de vendedores ambulantes y semáforos que piden lismona, de traquetos, prepagos y escritores frustrados que sueñan con vivir en París para tener sobre que escribir... ¡Pues váyase! Sus comentarios no lo convierten en erudito. El sopor lo está afectando ya se le nota la parálisis mental.
ResponderEliminara mi gustó lo que escribí, es más creo que cada día escribo mejor. No me voy de Cúcuta porque me encanta la sensación de superioridad que me da la ciudad; la verdad creo que nadie escribe en esta aldea mejor y con mas disciplina que yo. El ateneista es una prueba irrefutable de ello
ResponderEliminarCon respecto a "el ateneista" :es un blog al que se le debe prestar atención. Tanto por que los escritos no son solo de cine, como por que las publicaciones tienen regularidad, lo que dan cuenta de que el individuo tras el computador es una persona comprometida con su trabajo intelectual. Excelente aquello de la cuenta regresiva acerca de las 10 peores peliculas de todos los tiempos. A pesar que solo he visto el club de la pelea sigo con detenimiento las criticas devido a que las mismas no son llamativas por su sofisticacion, muchas veces muestra de pedantería del escritor sino que aquellas son sabrosas por su sencillez y frescura. Felicitaciones Ivan, de verdad que me gusta mucho el blog. Con respecto al "anónimo": debería dar identidad, por que al menos el hacedor de este blog, si bien tiene una pluma despiadada para con "su terruño" (cosa que de por si me parece sumamente chovinista), asimismo la pluma es transparente, da la cara, se muestra ante la opinión publica. Como diría el otrora buen humorista y critico corrosivo de la sociedad Colombiana Martín de Francisco "aquí se raja pero se raja de frente, se da la cara". ¿quien es el anónimo para venir a cuestionar algo que tal vez a él intelectualmente le esta impedido hacer?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=x1Rk3j7gLDA. Ricardo Ramirez
Aunque algunos se ofendan a mi esta ciudad me produce la misma sensación de opresión. La gente es tan maligna, tan envidiosa y tan criticona que no dan ganas de salir, a veces uno se cansa de hablar y de escuchar tanta basura venenosa. Estuve quince días encerrada y no extrañé nada...
ResponderEliminarY si alguien se atreve a decir que me vaya le tendré que contestar que lo único que tengo y que me importa es mi familia y está aquí y tampoco quiero humillarme pidiendo una maldita visa en una embajada extranjera para luego ir a lavar platos y que me traten como a una paria, así que jódanse!
ResponderEliminarY no que era huérfana?
ResponderEliminarDon Ateneista lo que escribe no me molesta, es agradable el tono de su verdad descarnada. Lo que no soporto es que se queje, se queje y se queje como esperando algo de una ciudad en retroceso. No soporto su enérgico desgaste en críticas inacabadas que en ocasiones se confunden con infantiles esperanzas. Por sus lectores, porque su blog es de lo más decente que hay, por los cuadrapléjicos que vivimos en esta pseudopoli, POR FAVOR siga escribiendo sobre cine, continúe con sus excelentes análisis literarios y maravillosos relatos históricos, libere su pluma en esos cuentos escalofriantes que pueden asustar, dar asco y conmover al mismo tiempo, porque en eso radica su genialidad en generar todo tipo de emociones tan distintas y tan compatibles que confunden a la psique más estructurada, no se “queme” con aburridas lamentaciones.
ResponderEliminarAguante IDAGASA!!!Brutales abrazos desde la frontera infernal Cúcuta.
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