17 de febrero de 2012

LA EDUCACION EUROPEA. Apuntes sobre El bosque del odio de Romain Gary.

Cuando los ejércitos se deshacen bajo la tenaza nazi, la única esperanza que queda son los guerrilleros que resisten con valentía en los helados bosques de Polonia. Allí en Wilno la población ha decidido entregarse sin restricciones al invasor que todo lo exige, que todo lo quita, que todo lo mata. Las mujeres hacen fila frente a un castillo, van por un poco de pan, una ata con comida adentro. Los soldados alemanes son jóvenes inexpertos, con la lívido subida, cansados de la guerra. Quieren un poco de diversión, la consiguen y pagan. Las mujeres ya se acostumbraron a esa rutina, a algunas ni les molesta. Los que se sienten humillados son los hombres del lugar, sobre todo los que resisten en el bosque durante el glaciar invierno. Más de uno ha ido al castillo y como kamikazis se enfrentan a la tropa alemana. No importa morir si te llevas de paso a un enemigo.

Janek es un joven de 14 años que vive enterrado en un hueco del bosque como si fuera un topo. Su papá construyó ese refugio para él. Un día le dijo que volvería al caer la tarde, oscureció y amaneció siete veces. Nunca volvió. Se enfrentó a los alemanes solo, una heroica forma de suicidio. Janek trata de aferrarse a la esperanza de que su padre está vivo, que porque no podría ser el tan mentado partisano Nadejda ese mito creado por la resistencia del hombre al que le rebotan las balas, el que deambula por toda Europa repeliendo la invasión. Puede ser que sea su padre. Esa esperanza y unas cuantas papas lo mantienen con vida, después vendría el amor en ese infierno blanco, el amor que te calienta en las noches heladas del bosque.
Narrada con maestría El bosque del odio fue el primer Best- Sellers de la post-guerra. En el libro Romain Gary se pregunta, como tantos otros, ¿Por qué viene gente de todas partes del mundo a aprender de nuestras universidades? ¿De que sirven tantos libros y toda la inteligencia si nos matamos unos a otros? Esa es la educación europea, la del aniquilamiento total de la humanidad. Nadie es victima, todos los que estuvieron vivos y sufrieron también fue culpable. La II Guerra Mundial fue el resultado de siglos de civilización, de sofisticación, de snobismo. Ahí empezó la educación europea ha deshumanizar al hombre.

Hasta unos pocos meses ignoraba quien había ido Romain Gary. Encuentro en internet que era judío y ruso, pero que nació cerca de Wilno, el lugar donde ocurren los hechos del libro. Combatió con los franceses, hizo una carrera diplomática, se casó con Jean Seberg, la hermosa americana que vende el New Herald Tribune en los Campos Eliseos en Sin aliento de Godard. El suicidio de Seberg sin duda fue la gota que rebasó el vaso, simplemente se cansó completamente de la vida y sus horrores y Romain Gary decide poner fin a sus días el 2 de diciembre de 1980 en su apartamento parisino.
El bosque del odio tiene momentos de los cuales me acordaré siempre. Por ejemplo el violinista judío de 14 años que es maltratado por la gente de Wilno y que Janek libera para irse con el al bosque solo a vivir tocando con libertad su instrumento. Lo que debería constituirse terminó siendo para el músico adolescente su condena; el maldito frío del bosque terminó congelando sus dedos y a las pocas semanas moriría con los pulmones congelados. O la parte donde Janek hace explotar una bomba en la casa donde se asentaban cinco jóvenes soldados alemanes que se habían convertido en sus amigos. Después de la explosión debe matar a uno de ellos que queda herido, la necesidad de seguir viviendo convierte a Janek en un hombre capaz de matar a un semejante sin pensarlo mucho.

La editorial barcelonesa Galaxia Gutenberg ha venido sacando en estos años las grandes novelas que dejó la II Guerra Mundial. Cada vez se traducen y se descubren en nuestro idioma estos magníficos libros que durante años estuvieron escondidos en algún rancho como fue el caso de Vida y Destino y Todo fluye de Vasilli Grossman, Relatos de Kolymá de Shalamov o que simplemente no habían sido traducidos como es el caso de El bosque del odio un libro necesario para todos aquellos que se preguntan de que  les ha servido a los europeos su puta educación.

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