Después de que en 1927 la Warner pusiera a cantar a Al Johnson en su Cantante de jazz y se instaurara para disgusto de Chaplin, Von Stroheim y otros maestros el cine sonoro los estudios solían hacer tres versiones en tres idiomas diferentes. El subtitulo todavía no era una solución y consideraban más práctico contratar tres elencos distintos para que cada uno hablara en su idioma, todo con tal de distribuir y ganar más plata fuera de los países angloparlantes.
De unos años para acá esta forma de hacer cine ha tenido sus variaciones. Hollywood se dio a la tarea de comprar los derechos de películas extranjeras y volverlas a hacer en sus estudios, con su propia gente y con el único idioma que ellos conocen. Todo con tal de mantener a su público libre de lecturas, así sean los de los siempre útiles subtítulos electrónicos.
Los remakes en estos últimos años de películas extranjeras adaptadas a Holywood abundan, los resultados casi siempre son desastrosos. La inquietante Abre los ojos de Amenábar se transformó en un bodrio insoportable por culpa de Cameron Crowe y su Vanilla Sky, ni que decir de lo que le hicieron a Las diabólicas de Clouzot. Con todas esas prevenciones fui al cine a ver la primera parte de la trilogía Millenium. Todos los prejuicios comenzaron a derribarse desde unos títulos mecánicos, oscuros, como si detrás de ellos se escondiera el genio de Giger, todo eso condensado con la impresionante versión de Inmigrant song que hace el gran Trent Reznor ahora convertido en todo un compositor para películas. Entonces te encuentras con el universo que creo Stig Larsson y te vas dando cuenta que esta versión supera con creces la primera adaptación del libro hecha en Suecia.
En las críticas que he leído he encontrado que esta es un remake de la película sueca y en eso se equivocan de cabo a rabo. Si bien la versión nórdica se estrenó en Estados Unidos casi nadie fue a verla porque tan solo se presentó en 200 salas. Lo que le interesaba a los productores del film era hacer una adaptación de la novela Los hombres que no amaban a las mujeres quien en pocas semanas después de haber sido publicada en Norteamérica se había convertido en Best-sellers. La película deberá soportar esa comparación estúpida de que si es mejor que el libro. Se equivocan los que intenten compararlas porque ambas pertenecen a dos lenguajes completamente distinto.
En la dirección está el hombre que dirigió esos dos referentes del triller contemporáneo llamadas Seven y Zodiac, eso explica porque la película puede resultar mas sueca que la primera versión hecha en ese país. La ambientación, los paisajes, la atmósfera, lo único que cambia es el idioma, pero si no supiéramos que la dirige David Fincher y la produce Columbia, podríamos afirmar que se trata de una película europea. Aunque pensándolo bien el maravilloso color que irradia la película, ya sea el blanco de la nieve, o el mate de los espacios cerrados, las actuaciones cargadas de matices y el suspenso que se mete en tu cuerpo desde los créditos te ubicará inmediatamente el origen del filme: Solo Hollywood lo podría hacer.
A pesar de que vas a ver al gran Cristopher Plummer, que está la siempre hermosa y talentosísima Robin Wright, que Daniel Craig ha dejado por unos instantes el Martini en la nevera, que Stellan Skarsgard sea siempre una garantía….todos ellos empalidecen ante esa nueva joya del cine mundial llamada Rooney Mara. Contenida, hierática, feróz…hermosa, nunca pensé que pudiera enamorarme de un emo. La elaboración del personaje se lo debemos no a David Fincher sino al desaparecido autor de la trilogía. Lisbeth Salander es una investigadora poco convencional. Quemó a su papá cuando tenía 12 años y muchos la consideran una freak. Pero tiene la inteligencia heredada de Auguste Lupin, la perspicacia de Hercules Poirot, la ferocidad de Magriet y la meticulosidad de Sherlock Holmes. Ella es la película y los libros. A pesar de que su rostro esté cocido por alambres no puedes dejar de creer en ella. Es fría y práctica. Puede hacer cualquier cosa con tal de seguir haciendo lo que mas le gusta: encontrar hombres que han abusado de una mujer.
No puede ser una excusa resistirse ir al cine porque vieron la película o leyeron el libro. En el cine no importa si ya sabes el final, una película no deja de ser interesante solo porque ya sabemos quien es el asesino o de entrada nos es revelado el secreto. Una película son atmósferas, puntos de vista, sensaciones y recuerden que La chica del dragon tatuado es una obra de ese maestro llamado David Fincher y eso ya es una razón de peso para verla en la pantalla grande
lo dije, valia la pena verla por ella...
ResponderEliminarSuper... Pero me dejo deseando ver una oportunidad de conocer el amor. Creo que ella lo merece.
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