La policía no es más que eso: un tipo gordo, bajito y calvo
con un palillo entre los dientes. Para obtener notoriedad tan solo metete con
el más débil, tortúralo. Enfréntate con el inmigrante, enséñale que no ha
nacido acá, que haber llegado a puerto en una cáscara de nuez no le garantiza
que es un español.
Para ser parte del imperio hay que haber sido parido por una
española, que cabalgue en las venas la sangre que defendió esta tierra de la
temible influencia anarquista, comunista. Hay que ir las tardes de domingo al
Vicente Calderón y apoyar al Aleti y después cuando llegues al Neptuno
enfrentarte tu solo a toda una fracción de los ultras del Madrid.
Si vas armado mucho mejor, la pistola no solo te da
prestigio sino que te hace más atractivo. Pero eso si chaval, no te excedas en
tu amor de patria porque allá arriba, en la cúpula donde hay un hombre
disfrazado de Dios hay mucha envidia. Ya no quieren a los buenos policías, los
que entienden que hacer respetar la ley es un esfuerzo diario, que se construye
con el sudor de tu frente. Por eso es que a José Luis Torrente lo han
sancionado, sin embargo un buen policía no necesita que algún gilipolla le diga
cuando tiene que acabar. El no necesita licencia para salir a patrullar. Las calles
están vacías sin él, hay mucho inmigrante por ahí molestando a los españoles de
bien.
En Torrente el brazo
tonto de la ley, se resume lo que es un policía no solo en España sino en
cualquier parte del mundo. si bien es claramente una parodia creo que todos en
algún momento nos hemos cruzado con esta gente tan desagradable e inhumana. Durante
años deseché verla porque imaginaba que tendría los mismos vicios de la
insoportable Airbag creí que estaba
llena de escenas escatológicas puestas de una manera gratuita para hacer reír. Pero
nada de eso ocurre acá. El humor es oscuro, negrísimo. José Luis se gana la
vida usando a su anciano padre, quien está reducido a una silla de ruedas,
todas las mañanas lo saca y lo pone al lado de la salida del subte para que
recoja limosna. Todo es deliberadamente feo, decadente, como para que no sigan
diciendo pues que España es la tierra de las oportunidades. Todo es sucio y
corrupto y eso sí, según Santiago Segura la gran mayoría de los españoles no
son más que una barda de desadaptados esquizofrénicos y deformes.
Santiago Segura venía de protagonizar el exitazo de Alex de
la Iglesia El día de la bestia. Era el
actor cómico del momento y vaya que supo aprovechar la fama. Escribe y dirige
una comedia que no se parece a ninguna. Como pocas veces crítica y taquilla
coinciden. En el año del Titanic, Torrente
supo enfrentarse al transatlántico de Cameron y vencerlo en varias salas. Su
éxito fue tan desbordado que se ha derivado en una saga de cuatro películas y
varios video juegos. Yo me había mantenido al margen y había decidido no
dejarme influenciar por su flatulento encanto pero anoche, desparchado en
internet la vi en youtube donde está completa la película. Los pocos que no la
han visto se aseguraran una hora y media realmente divertida donde verán sin
tapujos la cotidianidad de un policía cualquiera.
Hay una cosa que me molesta de las comedias, muchas no son
mas que una sucesión de gags mal pegados. No, acá el recurso existe pero está
ahí es para alimentar la historia y sobre todo a los personajes. Torrente es la película de un hombre que
ha visto cine y entiende que las influencias están allí para ser tomadas,
domesticadas y adaptadas a la historia que se quiere contar. No duden un
segundo en oprimir click cuando se la encuentren en internet. Volverla a ver es
comprobar que los quince años que han pasado sobre ella no la han tocado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario