5 de julio de 2012

CARTA ABIERTA DE RENSON SAID A LEONARDO JACOME


Hace unas semanas dije que iba a escribir un artículo sobre Leonardo Jácome, el presidente del Consejo Superior Estudiantil (CSE) de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS). Y la verdad es que me da pereza. No creo que Jácome merezca una columna. No ha hecho en su vida universitaria nada relevante salvo convertir su cargo en un bloque de resistencia, en una pequeña élite sin ningún grado de conciencia histórica de cambio social. Jácome representa la continuidad de la peor tradición política del departamento: aquélla que busca la conquista del poder a través de la trampa, del engaño, del tráfico de influencias para beneficio personal y de sus progenitores políticos.

Porque en el ADN de Leonardo Jácome (políticamente hablando) anida la ponzoña. Y uno puede, desde allí, establecer un árbol genealógico deleznable: Iván Clavijo que parió a William Villamizar que parió a Leonardo Jácome que parió un negocio rentable en la universidad: manejar el seguro estudiantil con fines políticos. Y de ahí el desprestigio.
Leonardo Jácome tuvo relevancia cuando en el 2008 a raíz de un paro estudiantil se hizo visible al lado de Mauricio Julio. Se levantaron, revoltosos, entre otros motivos, contra Dionisio Parada y contra el inconformismo frente al tercer periodo rectoral de Héctor Parra, el mismo año en que el Consejo Superior Universitario accedió al crédito de los 25 mil millones de pesos. Luego de eso a Jácome se le acabó la rebeldía y pasó de ser un líder estudiantil a un hombre que le lame la suela de los zapatos a Héctor Parra.

Es un lambe suelas, a pesar de su juventud: árbol que nació torcido. Pero creo que Jácome nació limpio (el hombre nace sano) y la rectoría lo corrompe. Y eso lo lleva a saltarse varios renglones jurídicos. Por ejemplo: si es profesor cátedra de la UFPS quiere decir que recibe dineros del Estado. Pero resulta que Jácome es Concejal en la misma jurisdicción en que es presidente del CSUE. Lo cual significa que su campaña política la financió con sus recursos y esos recursos se los da el Estado como catedrático. Está impedido. Alguien tiene que denunciar eso. Que esta columna sirva para que algún abogado lo ponga en consideración. Ahora, el hecho que decida la ordenación del gasto público en la UFPS lo inhabilita como Concejal. Por lo menos desde el punto de vista ético. Son más de 50 millones de pesos anuales que maneja el CSEU. El hombre maneja desde la cancelación de materias hasta la selección “comprometida” del seguro estudiantil.

Yo lo que creo, en estas elecciones a la rectoría de la UFPS, es que el estudiante debe votar por un cambio absoluto y volver a la academia. Porque el único desnudo que podemos permitir en la universidad es el de Leonardo Jácome cuando pierda la investidura.

ATENTAMENTE

RENSON SAID

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