6 de abril de 2013

“PARA ANDRÉS EL CINE ERA UNA RELIGIÓN”. Entrevista exclusiva a Rosario Caicedo.



 Andrés Caicedo inevitablemente se ha convertido en un mito; es como dice Alberto Fuguet una especie de Santo Patrón de los Cine Clubistas, uno de esos muertos exquisitos, el precursor en nuestra cultura de la máxima de Billy the Kid, vive rápido y deja un cadáver hermoso. En este mes Tuvimos la posibilidad de hablar con Rosario Caicedo, su hermana y compañera de vida y gran responsable de su legado. Más que una entrevista esta fue la conversación que tuvimos sobre su hermano vía Skype.



¿Hace cuánto vives en Estados Unidos?
Salí de Colombia en 1972.   El plan no era quedarme, tan sólo iba a estar tres años-- y mira, ya llevo cuarenta años acá. Desde que tengo conciencia de mi misma, me ha fascinado la palabra escrita, hablada, cantada…. Los libros, los buenos libros me apasionan, me dan vida, y el buen cine, ni se diga. Soy de las que siente la magia extraordinaria de entrarse a la pantalla. 
¿Cómo era tu relación con Andrés?
Con Andrés éramos muy cercanos. Yo le llevaba apenas 16 meses. Cuando yo vivía en Houston Andrés vino a visitarme por unos meses en 1973. Se quedó mes y medio conmigo pues iba de paso hacia Los Ángeles donde pensaba  venderle unos guiones a Roger Corman.  Al final no fue exitoso con este plan tan profundamente ingenuo. Su desilusión fue profunda y regreso a Colombia a continuar escribiendo aun con más obsesión sobre cine…  cerca de un año después en septiembre de 1974 regresó a los Estados Unidos y estuvo en el festival de cine de Nueva York acompañado por su gran amigo  Luis Ospina. Para esa época yo ya vivía en New Haven, Connecticut, un bello pueblo universitario cercano a Nueva York, y lo vi para el festival y después se quedó unos días conmigo.

En una de esas visitas cuando tú vivías en Houston, le hizo la famosa entrevista a Sergio Leone que aparece en Ojo al cine. ¿Cómo hizo el contacto con el director italiano? ¿Qué sabes de eso?
Imagínate que justo Le hace la entrevista a Leone mientras estaba conmigo en Nueva Orleans. Habíamos ido por el fin de semana. Por casualidad Leone estaba en la filmación de una película allí (Se trata de Mi nombre es ninguno de Tonino Valeri-- Leone oficiaba como productor)  y Andrés  no tenía ningún contacto alguno con él, pero él solo  consiguió la entrevista; sin pena ni nada se acercó y el mismo pidió entrevistarlo. Y quiero hacer énfasis de lo profundamente tímido que era Andrés, pero no cuando se trataba de algo que tuviera que ver con el cine! Mientras estábamos en New Orleans  yo  lo llevé la mañana siguiente a encontrarse con Leone al hotel donde el director y el equipo de la película se encontraban alojados. Yo no lo podía creer, ahí estaba Andrés, al lado de un importante director de cine. Me quedé aterrada de que Leone le hubiera dado la entrevista. Yo creo que Andrés mostró saber tanto sobre su obra que el realizador se quedó  impresionado de su conocimiento cinematográfico. Cuando Leone le concedió la entrevista, le advirtió que solo estaría libre por unos veinte minutos y que allí charlarían. La charla se extendió por un larguísimo tiempo.  Todavía recuerdo la cara de sorpresa de Leone ante cada pregunta de Andrés…al final se acercó a mí, Leone, y me dice con gran picardía, entre español e italiano: “Dime por favor, de donde salió este Bambino? 

Mientras hablamos me recomienda el libro sobre la historia del cine del crítico David Thompson. Rosario dice que Thompson escribe sobre cine como lo hacía su hermano en el sentido de que ambos abordan el cine como una experiencia única e individual…  Recordamos no sin reírnos la mentira  de Andrés sobre Diane Keaton y su relación con Buster Keaton.Como Andrés escribió en algún momento y decía que eran padre e hija…como le encantaba a Andrés divertirse escribiendo del cine como fantasia, como una razón de vida.

¿Cómo era la Cali que le tocó vivir a Andrés?
 Me fui de Cali inmediatamente después de los Juegos Panamericanos . Si tu lees en Ojo al cine, cuando el habla de la película de Luis Ospina, el te da toda una historia de lo que fueron los Panamericanos. Y él escribió esa crítica en la primera revista Ojo al cine en el 74. Te da una historia de lo que ocurrió. No solo una historia, pero si uno lee el texto detenidamente, es como si él estuviera entreviendo en lo que se convertiría la ciudad.
Cali es un sitio muy  interesante y complejo: es muy provincial pero al mismo tiempo muy cosmopolita-- un fenómeno bastante interesante para que Andrés la pudiera analizar y querer y odiar a su manera.  La ciudad de ahora, creo yo, es profundamente distinta. La cultura de la droga la cambió profundamente, pero continúa exhibiendo muchas de esas características que moldearon la literatura de Andrés en todo sentido. Andrés es un producto total de la Cali a la que siempre regreso por muchos esfuerzos que hizo por alejarse de ella. En la época en que Andrés vivió, Cali era una ciudad que estaba produciendo mucha cultura.  Y continúa haciéndolo. Pero en esa época tan interesante, estaban--- para mencionar a algunos artistas-- Luis Ospina y Carlos Mayolo poniendo en práctica sus teorías sobre el montaje, estaba Ramiro Arbeláez, estaba Ciudad Solar. Había algo muy parecido a un movimiento telúrico producido por esa joven generación.Y Andrés encontró en todos ellos almas hermanas. Como te dije anteriormente, mi hermano estableció una  relación de amor y odio con la ciudad, para él Cali era Calicalabozo; pero esa misma ambivalencia  le dio la capacidad para poder armar vuelo en otras formas. 

Me imagino que una de las razones por las cuales Andrés podía sentirse tan profundamente  aislado culturalmente  en un lugar como Cali era la imposibilidad de conseguir discos o libros. ¿Te escribía mucho pidiéndote libros?
Bueno, el aislamiento cultural era no solo en Cali, era en la gran mayor parte del mundo…estamos hablando de un momento histórico cuando esta RED DIGITAL no nos estaba ahogando con quizas DEMASIADA información… en esa época, Andres, fue capaz, como tantas otras personas, a ser propietario de un profundo conocimiento cultural que es de verdad extraordinario…Lo que produce el deseo, el hambre por querer saber sobre lo que uno DESEA saber… Pero claro que Andrés me pedía libros y discos. Yo recuerdo claramente cuál fue el primer disco que le mandé, fue  Exile on Main Street. Le mandé muchos discos de los Stones. Cuando él estuvo acá para el festival de cine de Nueva York  me visitó en New Haven,y lo llevé a un almacén de discos que le fascino. Había de todo lo que él quería.  Andrés habló inmediatamente con el dueño y a pesar de su tartamudez y de que hablaba poco inglés le sacaron los discos piratas que él pedía. El sello de los discos se llamaba Edición Pirata de Calidad y a Andrés le pareció maravilloso el “juego de palabras” y se compró varios. 


Hablamos un rato del destino de esos discos. Hay unos  que han aparecido otros que no, en días pasados le  regaló dos discos de Los Rolling Stones  que ella todavía tenía, a Sandro Romero Rey, “no fueron amigos en vida pero  Sandro se ha convertido en uno de sus mejores amigos después de muerto. No solo es un amigo sino que es  una autoridad en la obra literaria de Andrés.”. Me habla de la devoción que sentía Andrés por los Stones, todo lo que sabía. “Un día se encontró en Bogotá,  con Andrew Loog Oldham, quien desde hace más de treinta años vive en Bogotá. Lo abordó en un bus, cuadraron una cita  y días después le hizo una entrevista maravillosa. Si  tú te das cuenta,  Andrés sabía muchísimo sobre ellos. Lo sabía todo en una época donde el acceso a la información era muy limitado. Era muy difícil saber que estaba pasando en todo el mundo. Las noticias llegaban despaciosamente, a una velocidad casi poética…oh, como olvidar esos maravillosos telegramas! La ansiedad por poder saber lo que llegaría o no.  Si tú no veías una película en un determinado teatro no la podías ver. Así de sencillo y de triste

Al ser los menores de la familia tu relación con Andrés siempre fue estrecha, vi una foto muy linda de ustedes dos siendo muy pequeños. ¿Fue una relación cómplice? digo yo, para una familia tradicional colombiana no es fácil aceptar que un hijo quiera ser escritor y no sólo por la preocupación de que se vaya a morir de hambre sino por lo que vayan a decir de él, son vidas licenciosas, etc. ¿Lo apoyaste en su momento?
Siempre, siempre lo apoye. Andrés era mi hermano más cercano a todos los niveles. Y mostro su extremada sensibilidad—la sensibilidad del artista, desde pequeñísimo. Yo me di cuenta de que Andrés  era diferente desde que tuve uso de razón. Era un niño distinto. Profundamente sensible, observador, le encantaba leer, y estaba fascinado por el cine desde muy chiquito.  Lo que para mí lo hacía distinto de otros niños era sobre todo las cosas que decía, la forma en la que pensaba. Siempre lo vi como una persona con unos grandes atributos intelectuales y filosóficos. Tenía una forma de interpretar la vida que era única. Alguien completamente por fuera de los patrones tradicionales. Alguien muy brillante.

Como tú te expresaste en la pregunta, me atrevo a decir, que son pocos los  padres que desean que su hijo o hija sea tan distinto o distinta a la mayoría. Andrés sin duda cuestiono desde muy temprana edad cualquier tipo de autoridad, razón por la cual fue expulsado de muchos colegios de Cali y terminó el bachillerato en el nocturno. No quiso ir a la universidad a pesar de que se presentó a filosofía y letras, pero dijo que el “desgraciadamente” pensaba que  sabía más que todos los profesores Se refería al conocimiento que él quería tener: cine, literatura. Entre más crecía se separaba más, claro está, de los contornos tradicionales de la familia.   Andrés hizo todo lo que no se esperaba de él, lo que no se esperaba de un muchacho de clase media alta. Hizo de su vida, creo yo, un ejemplo a la inconformidad con el orden existencial establecido.
 Encuentro en Ojo al cine un artículo que data de 1969 sobre el Bebé de Rosemary publicado en el Magazín del Espectador. Andrés tenía 18 años, ¿Esas cosas no se celebraban en la casa, no eran motivo de orgullo?
Había un gran sentido de orgullo, evidentemente. Mis papás se empezaron a dar cuenta de que él era de una gran brillantez intelectual, pero tenían  mucho temor al pensar en el futuro económico de Andrés: En pocas palabras: como se podría ganar la vida siendo escritor?  Aparte de eso tenía un tipo de vida muy distinto al que ellos querían que él  tuviera.  Eran otros tiempos---las expectativas y comunicación entre padres e hijos eran bastante distintas a las de hoy…Quiero hacer énfasis en que mi papá después de la muerte de Andrés hizo valiente una labor introspectiva acerca de su  relación con él. El cómo padre usó la tragedia de perder a un hijo para tratar de entenderlo más, para ayudar a mantenerlo vivo. Es esa valentía de mi papa la que nunca cesare de admirar. Un gran legado.

 ¿Tu papá es el responsable de que la mayoría de los escritos póstumos de Andrés, no se hubieran perdido para siempre?
 Así es. A él, a mi hermana mayor María Victoria y a Luis Ospina y a Sandro y a Ramiro Arbeláez y a María Elvira Bonilla y a Alberto Fuguet, lo mismo a Cristobal Pelaez y a Angela Rosa Giraldo  se le deben mucho… y a muchos otros, como Andrés los llamaba, de sus pocos buenos amigos. A sus fieles lectores.  Si no fuera por todos ellos muchos  de sus escritos se hubieran perdido. Pero vale la pena hacer énfasis en que Andrés era muy meticuloso con todo lo que escribía. Él sabía desde muy pequeño, pienso yo, que no iba a vivir mucho tiempo. Su disciplina como escritor era admirable.
Más que disciplina era una obsesión.
 Si,  La obsesión, la misteriosa obsesión del creyente, y uso esta palabra porque pienso que para Andrés el cine y la escritura eran su religión.  Es como si él hubiera querido convertir a la gente: de allí su advertencia: OJO AL CINE! --- como esos misioneros que se van por el mundo entero tratando de convertir a los “no creyentes.”
Rosario vuelve a hacerme una referencia sobre el libro de la historia del cine escrito por David Thompson que está leyendo. Dice que el escritor hace un recuento histórico de lo que es el cine, cuando este medio comenzó a convertirse en un fenómeno de masas, cuándo un lenguaje universal fue  inventado. Se puede usar la metáfora de considerar el cine como una religión nueva,  una nueva forma de relacionarse con  la vida.  “Y Andrés veía así el cine. La cosa que más le obsesionaba del nuevo medio era que él podía saber todo sobre el cine. Este concepto  lo repetía muchísimo. Era una ventana mucho más pequeña de lo que podía ser la literatura. Y Andrés podía caber por ahí. Pareciera como si Andrés quisiera vivir  para  averiguar lo máximo que  pudiera sobre cine. Rosario me relata una anécdota  “ Sabía tanto de cine que cuando él estaba en Houston con nosotros fuimos a un almacén, por alguna razón fui con él y pasamos por el área donde se vendían las televisiones: estaban pasando una película que se veía antigua y Andrés vio una toma, una sola toma, y en tres segundos  dijo, esta es la película La diligencia  de John Ford! Y yo, confieso, un poco incrédula le dije “Andrés, como puedes estar pan seguro? y el, riéndose, me respondió que él estaba completamente seguro porque simplemente lo sabía. Nos quedamos él y yo allí hasta que pasaran los créditos finales. I evidentemente lo sabía. Como te dije anteriormente era un misionero del cine.

Que tanto sientes que ha influido la labor de sus pocos buenos amigos para la divulgación y preservación de su obra.
Muchísimo.  Andrés tuvo y tiene los mejores amigos que una  persona pueda tener. Alberto Fuguet, el escritor chileno, refiriéndose al documental de Luis Ospina Andrés Caicedo unos pocos buenos amigos, escribe esto:  “Hay amistades y perdidas que marcan y este film modesto es una prueba, marca y nos hace sentir un poco triste de que no todo el mundo puede tener la suerte de tener un amigo como Luis Ospina”. Las personas que  fueron y se han vuelto amigas de Andrés  se han dedicado a promover su obra y a divulgarla. Y a quererlo.
Rosario se despide, ha sido más de lo que podía esperar. Me quedo con la extraña sensación de haber asistido a una sesión de espiritismo. En las dos horas que duró nuestra charla sentí la presencia de Andrés Caicedo.
.

6 comentarios:

  1. Andrés Caicedo hizo de su vida la mejor obra, lástima que fue como un cortometraje y no como la historia sin fin que queríamos ver.

    ResponderEliminar
  2. ¡Felicitaciones! Qué buena entrevista. Me siento muy orgullosa. Efectivamente, al hablar con Rosario, se siente la presencia de Andrés.
    Un abrazo
    Ángela Rosa Giraldo Cruz
    Docente de Literatura y Lengua Castellana

    ResponderEliminar
  3. Excelente!!! solo eso. Excelente. Con esta entrevista es remover el todo de Andrés. Es mantener vivo el origen de la cultura en Cali. Es motivarnos para seguir adelante con la literatura, el cine y la cultura en Nuestra Ciudad. Es sentir como Andrés nos dice desde donde quiera que este: "Cine, cámara y acción".
    Hasta pronto.
    Zuleima Zea Castillo.
    9 de Abril 2013

    ResponderEliminar