No se necesita ser un semiólogo avezado para darse cuenta de
la cristología que subyace en Man of
Steel. El héroe que viene de otro mundo a salvarnos, las dudas que genera
en el pobre niño que se reconoce diferente y que a veces hasta maldice esa
responsabilidad mesiánica que él no ha elegido, los 33 años como edad clave
para el salir del anonimato y sacrificarse por el mundo, son algunos de los
aspectos con los que se emparenta en la película a Kal-El con Jesús de Nazareth.
Zack Snyder, el hombre que dirige este remake, ha reconocido
abiertamente esta similitud ya que según él esa relación entre Cristo y Superman
no fue inventada por ellos sino que esta existe desde la creación misma del
personaje, las dos pasadas adaptaciones del comic a cargo de Richard Donner en
1978 y Brian Singer en el 2005 habían obviado la relación. “Pensé que
deberíamos hablar de nuevo de ella” Afirma el creador de 300.
Según varios portales cristianos esto ha generado opiniones
divididas dentro de la mayoritaria comunidad evangélica norteamericana. Mientras en algunos de los estados que
conforman El cinturón de la Biblia se
preparan manifestaciones contra la proyección del filme, por explotar
inmisericordemente la imagen pura de
Jesus, la firma de marketing cristiano Grace Hill Media, responsable de emitir
contenido multimedia en algunas iglesias gringas, se ha dejado tentar por la feroz
campaña publicitaria desplegada por la Warner Bros y ha aconsejado en sus
sermones la visualización del filme diciendo que “Con una cinta como Man of Steel hay una oportunidad para
celebrar la fe, el sacrificio y el servicio de nuestro salvador”.
Vi la película y me encantó. En muchos aspectos deja de ser
la clásica historia del súper héroe para convertirse en cine de ciencia
ficción. Los efectos son increíbles y nos dan una imagen de Krypton que nunca
habíamos soñado. Pero me molestan las segundas intenciones, sobre todo cuando
estas pretenden adoctrinar incautos. Lo de la advertencia ecológica vaya y
venga y si seguimos explotando los
recursos naturales como lo estamos haciendo seguramente que acabaremos como el planeta de
Superman, pero me dan nauseas que abusen de nuestra inocencia para predicar
sobre cualquier cosa.
El peor insulto que podemos recibir como espectadores es que
nos traten como imbéciles.
En ese sentido resultaba mucho más inocente los intentos de
un crear un cine abiertamente satánico por parte de Kenneth Anger a principios
de los 70. Casi nadie vio esa peliculita artesanal, inacabada y hermosa llamada
Lucifer Rising que respondía al
estado de inconformidad que respiraba la agitada juventud de esa época.
Ahora, cuando las
ideologías han muerto y el mundo vive en un obsceno conformismo, cuando las
películas lejos de escandalizar fomentan a voz en grito las virtudes del
cristianismo, ahora es cuando los pastores evangélicos aprovechan ese estado
catatónico para predicar teniendo al lado la atractiva imagen del hombre de
acero, estrenando traje y todo. Las hordas de jóvenes se agolpan al frente de
la iglesia y se sienten muy cool cerrando los ojos y dejándose lavar el cerebro
por la encendida predica de un culebrero.
Durante la celebración del día del padre en muchos cultos de
Estados Unidos se hicieron conversatorios
sobre la relación de Jor- El con su
hijo, y se debatió sobre la famosa “S” de Superman que en el idioma de Krypton
significa Esperanza, uno de los aportes que ha dado la cultura cristiana a
occidente.
El marketing desplegado desde la Iglesia ha funcionado
bastante bien. Esta nueva versión de la vida de Cristo, ahora con capa e
indestructible, ha recaudado en su primer fin de semana 200 millones de
dólares, y eso que tan sólo se ha estrenado en cuarenta y cinco países. Me
imagino que cuando Man of Steel irrumpa
en las sometidas carteleras de China, Japón o Francia esta cifra aumentará
espectacularmente.
No es la primera vez que una película taquillera contribuya
a fortificar la fe. El exorcista ayudó reivindicar a la alicaída iglesia católica torturando a una niña en
plena menarquia. Ahora cada vez que una jovencita se ponía histérica porque sus
hormonas cambiaban la asustada madre no iría a visitar a un sicólogo sino que
llamaría a un apuesto sacerdote, no vaya a ser que la niña estuviera infestada
de espíritus malignos. Seis meses después del estreno de El exorcista los nuevos fieles aumentaron en un 34 por ciento
alrededor del mundo.
Desde ya y debido al aplastante éxito de Man of steel se está hablando de una
segunda parte para el próximo año. En ella seguramente aparecerá Lex Luthor
quien vendrá a ser el mismísimo Luzbell. La maquinaria se mueve mejor cuando a
los espectaculares e innovadores efectos especiales le das una buena dosis de
religiosidad.
Inquisidores y Herejes coincidiremos por fin en una sala de
cine. Eso sí, ambos estaremos obligados a pagar boleta.
Entonces la Mujer Maravilla vendria siendo Maria Magdalena y Batmán San Pedro?.... o sea Marvel son las otras religiones?
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