20 de junio de 2011

100 PELICULAS. 5. UNA EVA Y DOS ADANES. Dir: Billy Wilder (1959)

El 28 de marzo del 2002 murió Billy Wilder. La noticia en Colombia no tuvo mayor difusión. Por ahí apareció en las revistas especializadas un breve artículo sobre su desaparición, algo como para cumplir, pero en realidad nada serio. Sólo rseñaban que un hombre que hacía películas había muerto a los 96 años.

Lo que muchos ignoran es que a este viejito chistoso se le deben dos de los iconos mas representativos de Hollywood, que son, la figura de Gloria Swanson bajando la caracoleada escalera en Sunsent Boulevard y la falda de Marilyn levantándose cuando pasa por un ventilador del metro en La comezón del séptimo año.

Wilder tuvo la suerte de ver como su sueño americano se convertía en realidad. Fue de los pocos directores que pudieron triunfar a nivel de crítica y de taquilla y además fue un maestro para eludir la censura que en la época dorada de Hollywood acechaba despiadamente.

Desde su primera película, la alemana Curvas peligrosas hecha en 1934, hasta su última, rodada en 1981 y que lleva por nombre Aquí un amigo Wilder se reveló como un genial director de actores. Su humor propio lo supo llevar a la pantalla llenándola de esplendor y corrosividad, ya que si Hitchcock inventa en el cine el suspenso, Wilder hará lo propio con el humor negro. Sin embargo su versatilidad lo llevó a hacer películas de trama tensa como lo fue Testigo de cargo, una de sus películas mas atacadas e incomprendidas.

Pero el film que veremos hoy está lejos de ser uno de corte hitchconiano, y si muy cerca de ser su mejor película (igualada tal vez por la ya citada Sunsent Boulevard) hablo de Some like it hot, traducida de dos formas al español, ya sea Con faldas y a lo loco como se le conoce en España o Una Eva y dos adanes nombre con el que se conoció en Latinoamérica. Este fue un trabajo hecho con Marilyn Monroe, ya cuando la rubia gloriosa no pertenecía a Joe Di Maggio el famoso jugador de los Yanquis de Nueva York, sino al dramaturgo Arthur Miller. El trabajo de Marilyn se hizo más complicado mientras estuvo casada con Miller, ya que el despreciaba al cine y lo veía como un género menor al teatro. Eran famosas las cartas de reclamo que tuvo el dramatugo contra Wilder, ya que según él su esposa había abortado por culpa del trato que recibió en la filmación. El cineasta no se hizo esperar y esto contestó:

“ naturalmente lamento profundamente que ella perdiera al bebé, pero me siento obligado a rechazar firmemente la acusación de que, de alguna manera, fuera responsable de ello el exceso de trabajo o un trato desconsiderado por mi parte. La verdad es que la compañía la envolvió en algodones, la protegió y soportó para cada uno de sus estados de ánimo. La única persona que mostró una falta de consideración absoluta fue Marilyn con sus compañeros de reparto y colaboradores, desde el primer día antes de que hubiera el menor signo de embarazo. Sus retrasos crónicos y su falta de preparación nos costó dieciocho días de rodaje, cientos de miles de dólares e innumerables infartos. Ésta fue mi segunda película con Marilyn y yo comprendo sus problemas, pero su mayor problema es que ella no entiende los problemas de los demás”

Dos años después de Una Eva y dos adanes Miller adaptó al cine su obra Vidas rebeldes. Allí el dramaturgo omnipotente experimentó en su propia carne, al dirigir a su esposa en la película. Al final del rodaje ya se habían separado.

Wilder decía a manera de chiste que el conocía una buena chica en Viena que hubiese llegado temprano a todos los ensayos, hubiese aportado plata para la producción, y hasta hubiese actuado bien.. pero todo eso sería infructuoso si no hubiese sido Marilyn la que actuara allí. a los jóvenes de hoy no nos gusta tanto Marilyn ya que con la postmodernidad los gustos se trastocaron y ahora nos gustan anoréxicas y desgarbadas, y Marilyn era ampulosa, ostentosa y regordeta. Y bruta, si que lo era, para la escena de “donde está el vermouth” Wilder tuvo que repetir sesenta y cicno veces porque Marilyn era incapaz de repetir “Donde está el borbón?” además cada vez que se equivocaba la Monroe rompía en un llanto histérico.

Trabajar con Marilyn no era fácil, por algo todos los del set terminaron odiándola, incluyendo a su compañero y galán de la película, Tony Curtis quien cuando terminó de rodar declaró que besar a Marilyn era como besar a Hitler. Y es que los íconos íconos son. Truman Capote el genial escritor norteamericano y amigo personal de la diva decía que Marilyn era digna de pesar, que ella era la prisionera de su cuerpo y que siempre había deseado un papel serio. Pero ella no era para tomarse en serio.

Por eso es que en Una Eva y dos adanes logra su mejor papel, no porque sea una película Marilyn sino porque está dirigida por Wilder. Para muchos este film es la mejor comedia de todos los tiempos y en realidad es una lástima que halla permanecido tantos años oculta en nuestro país, que cada nada se ocupa de pasar comedias escatológicas y vulgares como las de Edie Murphy o las de Jim Carrey.

Una Eva y dos adanes no se queda en la risa fácil, ya que la situación del principio es real, todo un hecho histórico que es la matanza de San Valentín. Además la película aborda sin rubor el tema de la homosexualidad, y no por el hecho de que Tony Curtis y Jack Lemmon se disfracen de mujeres sino por el genial dialogo que sostienen Joe E. Brown (osgood) y Jack Lemmon ( Terry). Están sentados en la parte delantera de un bote. Brown lo conduce, y por eso mantiene la mirada fija hacia delante. En la parte de atrás del bote, Marilyn Monroe y Tony Curtis están besándose. Osgood: “he hablado con mamá por teléfono, ha llorado de felicidad. Desea que lleve su traje de novia con encajes blancos”. Jerry (llevándose las manos al corazón): “Osgood, no puedo carme con el traje de tu madre, ella y yo no tenemos el mismo cuerpo”. Osgood: “harémos que lo arreglen”. Jerry (con firmeza): “no lo harás! Mira, Osgood, debo decirte la verdad. No podemos casarnos”. Osgood: “porqué no?”. Jerry: “bueno en realidad no soy rubia”. Osgood (generoso): “no importa” Jerry “y además fumo, fumo como un carretero”. Osgood: “ A mí no me molesta”. Jerry: “ y tengo un pasado muy agitado. Desde hace tres años vivo con un saxofonista”. Osgood: “te perdono”. Jerry (cada vez más desesperado) “y nunca podré tenr hijos”. Osgood “los adóptaremos”. Jerry “pero es que no me comprendes” (se arranca la peluca y dice con voz de hombre) “soy un hombre” Osgood (con indiferencia): “nadie es perfecto”.

Este talvez sea el final que vislumbra las famosas sexy comedias dignas de revolución sexual. La censura no fue benévola con el final y en varios estados de la unión americana. Fue un éxito arrasador de taquilla y de crítica.

Marilyn fue aplaudida hasta la saciedad por su papel de Sugar Kane en esta película. Incluso dejó otra imagen iconográfica: la de ella caminando al lado de un tren y este le bota un vapor en sus nalgas como recordando la subida de faldas en La comezón del séptimo año. Los periodistas casi siempre malintencionados quisieron enrarecer la relación que director y diva tenían. Wilder tenía un buen recuerdo de Marilyn y es mentira lo que se diga al respecto. En su Autobiografía Nadie es perfecto Billy le dice a su compatriota Hellmuth Karasek le dijo “existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la segunda guerra mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos. Era el infierno, pero valía la pena.”

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