A los 19 Don se creía un genio. Uno de los primeros artículos que escribió fue
aceptado en Readers Digest. Su mamá
lo alentó, que mejor manera de fomentar un talento que vivir en Nueva York. Allí
llegó a los 20 años, con unos cuantos dólares y una Olivetti reluciente y
nueva, a vivir en el apartamento de su hermano. No había prisa, podía quedarse
allí el tiempo que quisiera. Por lo único que tenía que preocuparse era por
escribir. Se sentó frente a la hoja en blanco y la llenó de letras. Pero después
de tres intentos donde quedaba demostrado que la inspiración se había ido, Don
empezó a preguntarse si esos primeros artículos no habían sido más que un golpe
de suerte. Necesitaba encontrar un catlizador, algo que liberara las ataduras
de su mente. Una voz le susurró destape una botella, beba de ella, beba hasta
el fondo, hasta perder la conciencia.
Ante de Lost weekend los borrachos en el cine eran
figuras graciosas, siempre dispuesto a hacer las delicias del público con un
gag. Nadie se había atrevido a mostrar la desgracia que podía atraer la
adicción, eso fue precisamente lo que llamó la atención de Thomas Mann quien el
18 de enero 1946 escribió estas anotaciones en su diario “Por la noche a
Westwood al cine: Lost Weekend basada
en Jackson. Película bien hecha e impresionante en su representación de la
adicción”.
La guerra recién había acabado y Estados Unidos quedaba
posicionado como la única potencia mundial. Era una época feliz donde nadie
ponía en duda que el modelo de sociedad que se había construido en América era
el que debía seguir el mundo. Y viene este austriaco aguafiestas a decirnos que
dentro de este país pueden sobrevenir este tipo de desgracias: la de un hombre
frustrado, consumido por un vicio. La gente cuando la vio la primera vez la
detestó. Billy Wilder no soportó ver como el cine se reía de ella. Salió un
rato, tomó una copa en el bar más cercano.
Al volver revisó las notas que había
dejado la gente, entre ellas se destacaban dos “una buena película, solo habría
que eliminar lo referente a la bebida” la gran mayoría de los juicios eran
demoledores: la película era repugnante, repulsiva, aburrida. Un espectador
después de la proyección, comentó que había decidido dejarlo. Cuando le preguntaron
si quería dejar de beber, contestó:
-
No, no he renunciado a beber, he renunciado ir
al cine.
En pocas semanas el panorama cambió. La gente abarrotó la
sala interesada en ver este drama terrible sobre un hombre que no puede detener
su vicio a pesar del amor que le da su novia, del apoyo incondicional de su
hermano. La academia no fue indiferente a ella y por eso le otorgó cuatro
oscares, los mas importantes, mejor director, mejor película y mejor actor. Ray
Milland había aceptado a regañadientes
este papel ya que lo consideraba demasiado polémico para su figura de estrella.
No se arrepentiría, interpretar a Birnan le constituiría la única estatuilla en
su dilatada carrera.
Pero este no es solo .un filme sobre un borracho sino sobre
una ciudad, Nueva York, Lost weekend fue
de las primeras películas que mostró las calles de Nueva York, la gente en una
hora pico, adelantándose al cinema verité y exhibiendo ese aire de documental
que impregnó la obra de Wilder desde aquel experimento hecho junto a su amigo,
Fred Zinneman mostrando a Viena en Gente
en domingo.
Contrario a lo que se puede esperar de un filme de Billy
Wilder no esperen una película divertida, más bien prepárense para adentrarse
en el infierno interior de un escritor frustrado, de un hombre completamente
sometido a una adicción y que solo el amor podrá sacarlo de ese pozo depresivo
que cada vez lo empuja más y más a llevarse una pistola en la sien. Así nos
ofrezcan un final donde se puede albergar la esperanza de un cambio ya nada
puede quitarnos el desasosiego de haber visto a un hombre destruirse ante
nosotros.
excelente drama de billy wilder.
ResponderEliminarcreo que una de sus mejores peliculas.
Scenes from battles, settings from historical events or other scientific
ResponderEliminardiscoveries can be displayed with a shoe box filled
with the appropriate materials. A once great nation is sliding down the
toilet and most everyone, especially politicians, are lying endlessly
as it does, as if the nation’s decay should be ignored rather than honestly combated by its citizens.
Many Muslims in Europe are first of all Europeans, European by birth, conviction and citizenship
AND Muslim by faith. As of now, I can only speculate that there are more good than bad to go on-line for the
newspaper publishers in Malaysia as apparently there has been no case where
a newspaper publisher has gone bust. 8 At the dinner table
always sit next to a member of the same sex, unless your host or hostess suggests
otherwise, likewise in cafes and restaurants.
My web-site: egyptian newspapers