“Si muestras un rifle en la secuencia 35 úsalo en la 48” precepto Hitchconiano puro, aprovechar todos los recursos. Por eso si tienes a Doris Day úsala. No solo era una actriz también era una maravillosa cantante. Con su hijo cantan en una hermosísima escena. Sabemos que si lo están haciendo es porque el hombre que lo calculaba todo iba a guardarse este recurso para el final. La abnegada madre cantando en la casa del embajador para encontrar a su niño.
La primera versión de El hombre que sabía demasiado fue hecha en Inglaterra en 1934. Empezaba en los Alpes suizos, con un Pierre Fresney enigmático que moría en los brazos de Edna Best. A primera vista esta primera versión parece un borrador de la gran película de 1956. Todo es muy torpe, casi ingenuo. Pero el filme inglés tiene algo de la que carece su remake; un gran villano. Impactado por haberlo visto en M Hitchcock llamó a Peter Lorre y él es la película. En el asedio final (Basado en un hecho real en el que participó Winston Churchill) rogamos, como lo hicimos unos años atrás con Paul Muni a que no le pase nada al anti-heroe, pero que va, las balas de la policía siempre van teledirigidas.
En 1956 la acción transcurre en Marruecos. Jimmy Stewart, su esposa Doris Day y su cariñoso e inteligente hijo van de turistas en un bus, impactados con lo exótico del paisaje. El niño por equivocación ha ofendido a una mujer musulmana. El reclamo hecho por el hombre que viaja con ella va poniéndose demasiado violento, Stewart no puede entender uno de los insultos que le están gritando. Entonces aparece el encantador Louis Bernard y lo salva de la situación. Se bajan, Bernard, un francés radicado en Rabat se pone al servicio de la familia. Su esposa, siempre perspicaz y desconfiada le recuerdo que nadie es demasiado amable desinteresadamente. Si la hubiera escuchado… unas secuencias más adelante un hombre moreno zigzaguea en la calle, busca con desesperación a Stewart, cae en frente de él, tiene un cuchillo en la espalda y cuando el americano lo va a tocar descubre que lleva maquillaje en el rostro. Es Louis Bernard. Antes de morir le dice lo que sabe… a un distinguido dirigente mundial le van a hacer un atentado en Londres.
Otra vez el hombre ordinario metido en una situación extraordinaria. Imposible no identificarnos con el personaje. Además está el otro sello de Hitch, el Mcguffin. Las pistas falsas. Todo parece indicar que es una trama sobre espionaje pero no es así. El filme es una excusa para mostrar una crisis de pareja ( Una de las obsesiones del gordito inglés) la mujer, una cantante exitosa que ha dejado a un lado su carrera por capricho de su dominante esposo. Todo mostrado con mucha sutileza, casi que imperceptible. Hitchcock mas que el mago del suspenso fue el autor que mejor supo retratar las relaciones de pareja.
Los guiones como siempre perfectos. Todo lo que aparece en el filme será utilizado. Si ese músico viejo de los créditos, impasible como el director inglés, de entrada nos muestran las claves del filme, en el golpe de platillos no solo está el clima de la canción sino de la trama misma. El concierto en el Albert Hall es dado por Bernard Hermann, tal vez el mejor compositor de bandas sonoras de la historia. El mismo dirige la orquesta.
Tanto en su versión inglesa como en la americana, El hombre que sabía demasiado no solo es una película fundamental en la dilatada carrera de Hitchcock sino que ambas son piezas fundamentales en la historia del cine.
Recuerden que Hitch es, tal y como nos lo recuerda Truffaut Mister Cinemá.