Claro que me gustó Proyecto
X, su propuesta atrevida y liberal es una bocanada de aire fresco en
tiempos conservadores y mezquinos. La premisa no puede ser más sencilla. Los papás
de Thomas se han ido afuera el fin de semana y le han dejado la casa a su
disposición. El carácter retraído del muchacho hace que sus padres ni siquiera
sospechen que él y sus amigos nerdos puedan tener la idea de armar una fiesta
justo en el día de su cumpleaños. Costa, un judío venido de Nueva York le ha
prometido a su amigo que la rumba será apoteósica, para asegurarse de ello ha
usado todas las redes sociales disponibles. La convocatoria desborda cualquier
tipo de expectativa. Desde todos los puntos de la ciudad llegan las chicas y
los muchachos más populares.
La alegría desatada llevará a que los decibeles de
la fiesta se desborden produciendo en el vecindario un caos total. La policía y
los medios de comunicación llegarán a la casa de Thomas a cubrir los destrozos,
la algarabía, la revolución que se ha
formado por culpa de las anfetaminas, el licor y la música electrónica. El
temor que podía sentir el cumpleañero de los destrozos que podrán hacer dentro
de la casa se irá disipando con el correr del tequila.
Al otro día, en medio de la resaca, Thomas y Costa
alcanzarán a vislumbrar que su futuro está completamente arruinado pero poco o
nada les importa. El futuro es algo intangible y posiblemente no exista. Lo realmente
importante es que se han dado el fiestón de sus vidas, mejor consumir las
endorfinas de un solo golpe y no irlas dosificando como viejitas dando monedas
en una iglesia.
Producida por Todd Phillips, el mismo de Hangover y dirigida por el desconocido
Nima Nourizadeh Proyecto X se va
lanza en ristre con la moralina imperante en el cine de Hollywood haciendo una
apología directa a la anarquía, el éxtasis y la felicidad que sólo puede
despertar la rumba. Los jóvenes se
relajan, se dejan abrazar por un instante a la esquiva felicidad. Después de la
muerte de las ideologías lo único que puede quedar es el fiestón, durante una
noche la multitud se convierte en una sola persona, desaparecen las clases, las
razas, los sexos, lo único real es la borrachera, por culpa de ella te fundes
en un abrazo, en una orgía perpetua.
Los que todavía por prevención no la han visto los invito a
hacerla. Ideal para verla justo antes de irte de rumba, te recarga, te renueva,
te llena de vida. Proyecto X es la
prueba de la buena salud que tiene la comedia adolescente norteamericana actual.
Cuando te quieres divertir rómpelo todo, mete un enano en el horno, zambulle el
Mercedes de Papá en la piscina, quema con un lanzallamas el porche de tu
vecino, atragántate con los ácidos que guarda un enigmático gnomo de porcelana,
combínalo todo, cierra los ojos cuenta hasta diez y después vuélvelos a abrir. Quien
quita que esa sea la única forma de cambiar el mundo.