12 de julio de 2014

ARGENTINA GANA EL DOMINGO.

De eso no hay duda y si al frente está la máquina alemana mejor para ellos, entre más grande sea el contrario más huevos y fútbol ponen estos guerreros.
 Argentina es el rival que nadie se quiere encontrar en una final. La mayoría del periodismo deportivo colombiano haciendo gala de la mezquindad propia del mal vecino, ha recalcado que Argentina ha llegado al último partido gracias a un calendario que le resultó más que favorable, desconociendo que en un mundial de fútbol no hay contrincantes débiles. Suiza y Bélgica eran los equipos llamados a ser sorpresa en este mundial y Argentina les ganó siendo infinitamente superior, así hayan necesitado de la prórroga para derrotar a los helvéticos.
Contra Holanda jugaron un partido ríspido, duro, táctico y aburridísimo. Sabella decidió esperar y contragolpear pero los de Van Gaal no dejaron los espacios que el domingo darán los alemanes. El planteamiento vertical y ofensivo de Joachim Low le viene como anillo al dedo a esta Argentina, más cercana a la especulación de Bilardo que la fantasía de Menotti.

No hay nada más peligroso que enfrentar a un onceno argentino cuando estos tienen la sangre en el ojo. Es que los Messi, Higuian, Agüero y Mascherano tienen una deuda pendiente contra los germanos: el humillante 4-0 recibido en el último mundial. Los gauchos no duermen bien desde esa noche surafricana en la que Klose y Muller destrozaron el sueño de Maradona de convertirse en el tercer hombre, después de Lobo Zagallo y Beckenbauer, en levantar la copa del mundo como jugador y como técnico. Los dioses del fútbol le han dado la oportunidad de vengar esa goleada sólo cuatro años después y justo en una final.
Pero las ganas de revancha no sólo vienen de ahí. Hace 24 años, cuando los rioplantenses jugaron su última final, perdieron frente al mismo rival del domingo y con un discutidísimo penal que decidió pitar el árbitro Mexicano Edgardo Codesal. Argentina nunca ha perdido tres veces consecutivas con un mismo equipo en la historia de los mundiales y esta no será la excepción.
No creo que el 7-1 contra Brasil sea garantía de nada, al contrario, uno podría argumentar que la fuente de goles de los paisanos de Nietzsche se ha agotado. Pachorra tomó nota y sabe que si se corta el circuito creativo que han establecido Kroos y Khedira los teutones no llegarán con la facilidad que arrasaron a los defensas del Scratch . Eso no será fácil para el jefecito y Biglia: ellos tienen media hora de juego más que los alemanes, quienes, además, decidieron caminar el segundo tiempo  contra los anfitriones ya que con el lapidario cinco a cero con el que cerraron la parte inicial habían sentenciado la semifinal.
Es una final hermosa, qué duda cabe, una final en donde Alemania podría  convertirse en el primer equipo europeo en ganar una copa del mundo en suelo americano. Por el lado argentino buscan convertirse en tri-campeones justamente en el Maracaná, el templo más venerado por sus tradicionales rivales de área. Un triunfo que haría aún más doloroso el estridente fracaso brasilero.
El domingo a las tres de la tarde poco importará que la albiceleste haya entrado a la final por la puerta de atrás, que Messi esté mermado físicamente y que Alemania con su goleada a Brasil el pasado martes haya partido la historia del fútbol en dos. No sería la primera vez que un equipo débil en el papel derrote al más fuerte, Alemania es fiel testigo de eso cuando, contra todos los pronósticos, derrotó a Hungría en el 54 y a la Holanda de Cruyff 20 años después en Munich.

Una final antológica, maravillosa, el colofón que esta maravillosa e inolvidable copa del mundo merecía. Una copa que estamos seguros se quedará en el continente y que hará que Lionel Messi por fin haga parte de la santísima trinidad del fútbol, dos puestos más abajo que Maradona y uno por encima de Pelé.

27 de junio de 2014

LOS PECADOS DE SECRETO DE CONFESIÓN Por: Darío Monsalve.

Luego de un efectivo tráiler que dejaba en el ambiente la idea del arribo a las pantallas de un thriller poco menos que perturbador, Secreto de confesión (2013) se evapora, se pierde en el aire de sus propias inconsistencias.   

La cinta de Henry Rivero, en un orden casi que aleatorio, narra el descender (a regañadientes) del infierno al sótano de un grupo de personajes entre cuyas faltas para no merecer misericordia en esta tierra sombría que se menciona como Colombia está el inmiscuirse en un delito que incluye un coctel de políticos, sicarios, multinacionales y muchos millones.
En medio de estos elementos, que por poco no alcanzan a ser personajes, excepto en el caso del senador Ruiz, quien a través de Luigi Sciamanna logra transmitir la frialdad del corrupto empedernido, se encuentra la figura principal representada en el teniente Restrepo (Juan Pablo Raba).

Este policía lleva sobre sus hombros la responsabilidad de resolver la cadena de homicidios desatada desde el inicio, primero, como deber por su trabajo, segundo, como placer de su sentido de la justicia y, tercero, porque a lo largo del relato van surgiendo en el personaje motivaciones oscuras e inquietantes (desde alucinaciones con la imagen de su padre hasta el inconfesado deseo por una mujer, hija de una de las víctimas) que sacan a flote su verdadera naturaleza: Restrepo es un tipo violento y reprimido en busca de pretextos para reaccionar agresivamente.
La por igual atención prestada por el director a estas disímiles razones, así como un asfixiante trabajo de cámara sobre el rostro de los actores a lo largo del rodaje, constituyen los principales reparos para que el hilo conductor de la historia se convierta en una atropellada madeja cuyas vueltas no logran atrapar del todo la emoción de los espectadores.
Si a esto se suma que la película viene cargada de un componente religioso y moral que busca mostrarse a toda costa, como un gato que se ahoga, el sabor que deja Secreto de confesión es el de un archipiélago de subtemas en que en el paso de un valor a otro a veces naufragan escenas completas. Sólo por momentos, escasos de cualquier modo, las impostadas reflexiones del “justiciero” Enrique (Marlon Moreno) o la angustia del senador Ruiz hacen llevadera la asistencia a la sala.
Un conjunto cuyos aciertos de interpretación y técnica pueden apreciarse solo fragmentariamente y con pinzas, Secreto de confesión es un plato frío que para nada incita a saber de qué venganza se trata.


LOS PECADOS DE SECRETO DE CONFESIÓN. Por: Darío Monsalve.

Luego de un efectivo tráiler que dejaba en el ambiente la idea del arribo a las pantallas de un thriller poco menos que perturbador, Secreto de confesión (2013) se evapora, se pierde en el aire de sus propias inconsistencias.   

La cinta de Henry Rivero, en un orden casi que aleatorio, narra el descender (a regañadientes) del infierno al sótano de un grupo de personajes entre cuyas faltas para no merecer misericordia en esta tierra sombría que se menciona como Colombia está el inmiscuirse en un delito que incluye un coctel de políticos, sicarios, multinacionales y muchos millones.
En medio de estos elementos, que por poco no alcanzan a ser personajes, excepto en el caso del senador Ruiz, quien a través de Luigi Sciamanna logra transmitir la frialdad del corrupto empedernido, se encuentra la figura principal representada en el teniente Restrepo (Juan Pablo Raba).

Este policía lleva sobre sus hombros la responsabilidad de resolver la cadena de homicidios desatada desde el inicio, primero, como deber por su trabajo, segundo, como placer de su sentido de la justicia y, tercero, porque a lo largo del relato van surgiendo en el personaje motivaciones oscuras e inquietantes (desde alucinaciones con la imagen de su padre hasta el inconfesado deseo por una mujer, hija de una de las víctimas) que sacan a flote su verdadera naturaleza: Restrepo es un tipo violento y reprimido en busca de pretextos para reaccionar agresivamente.
La por igual atención prestada por el director a estas disímiles razones, así como un asfixiante trabajo de cámara sobre el rostro de los actores a lo largo del rodaje, constituyen los principales reparos para que el hilo conductor de la historia se convierta en una atropellada madeja cuyas vueltas no logran atrapar del todo la emoción de los espectadores.
Si a esto se suma que la película viene cargada de un componente religioso y moral que busca mostrarse a toda costa, como un gato que se ahoga, el sabor que deja Secreto de confesión es el de un archipiélago de subtemas en que en el paso de un valor a otro a veces naufragan escenas completas. Sólo por momentos, escasos de cualquier modo, las impostadas reflexiones del “justiciero” Enrique (Marlon Moreno) o la angustia del senador Ruiz hacen llevadera la asistencia a la sala.
Un conjunto cuyos aciertos de interpretación y técnica pueden apreciarse solo fragmentariamente y con pinzas, Secreto de confesión es un plato frío que para nada incita a saber de qué venganza se trata.


9 de junio de 2014

AL FILO DEL MAÑANA. ¿EL FUTURO DEL CINE ES EL VIDEO JUEGO?

Los que vinieron del cielo en llamaradas de fuego  se han esparcido por Europa en lo que parece ser la invasión final. Ellos parecen conocer todo sobre nosotros: cuál será el próximo movimiento militar, que necesitamos para vivir, dónde están nuestras reservas, que pensamos, que somos. En cambio lo único que sabemos de ellos es que un día bajaron de las estrellas y que nada, absolutamente nada, los puede destruir. No más.
Todo eso cambiará cuando el más cobarde de los militares le dispare a las fauces feroces de un alienígena de ardiente cabellera destrozando su cabeza y de paso recibirá un baño de ácido que lo sumergirá en un bucle del tiempo. Él volverá cada vez que pueda, arrastrado por un remolino temporal, a ese campo de batalla, cada vez más valiente, más sabio, más fuerte y conociendo palmo a palmo los complejos vericuetos del juego.

Después de los fracasos que constituyeron La era del rock y Oblivion, Tom Cruise vuelve a protagonizar un apocalipsis alienígena. Si, por supuesto que él será el salvador de la especie, pero, a diferencia de la valentía mostrada en anteriores papeles, en Al filo del mañana se presentará como un mediático y cobarde oficial que por un afortunado accidente puede acceder a los poderes que se necesitan para vencer a una raza tan tecnificada y hábil que tiene la capacidad de manejar el tiempo a su antojo.
El reto para Doug Liman a la hora de adaptar la compleja novela All You Need Is Kill del japonés Hiroshi Sakurazaka, era hacer creíble, en la inmensidad de una pantalla de cine, el precepto nietzscheano del eterno retorno, aspecto que ya habíamos visto con acierto en El día de la marmota, con la que incomprensiblemente se le ha comparado. Si bien en la estructura podría tener un parecido a la joya de Harold Ramis, habría que buscar las influencias de esta película en los videos juegos.

Desde hace una década es bastante común que reputados guionistas de Hollywood, abandonados por la cruenta política de los estudios, hayan recaído en la industria del video juego, ayudando a que muchos  de esos programas tengan complejas tramas que desconciertan y entusiasmen a la vez a los jugadores. Al filo del mañana, en la adaptación libre que ha planteado Doug Liman, posee la rara cualidad de sumergirte en sus reinicios y, de cierta manera y gracias a su realista 3D, te hace partícipe del juego. A veces, mientras ves volver de la muerte una y otra vez a Tom Cruise, crees que tienes entre tus manos un control y desde allí diriges los movimientos de tu personaje.
Cine interactivo en donde tienes ante ti las variantes y perspectivas que puede presentar, como si fuera un Rashomon hipermoderno, las acciones de sus personajes. Para lograr la proeza de expulsar de la tierra a los invasores Tom Cruise estará acompañado de una hermosa y tenaz Emily Blunt. La química entre los dos es evidente y la joven y angelical actriz, logra hacer creíble la rudeza inclaudicable de su personaje.

Sin la publicidad que uno podría esperar de una película con un presupuesto descomunal y con un dos estrellas protagonizándola, Al filo del mañana es la propuesta más original que podemos encontrar en nuestra cada vez más intrascendente cartelera nacional. Es la oportunidad, además, de ver a Tom Cruise usando sus dotes actorales que creíamos perdidas para siempre, sorprendiéndonos al principio de su cobardía y luego, a medida que cada vez se reinicia el juego, admirar su destreza de avezado jugador.

No tardará el día en el que este tipo de películas las podamos ver con un control interactivo en las manos y nosotros dirigiremos los ataques, las estrategias, la duración de la película. Cada espectador de la sala del cine verá la trama que quiera y destruirá, a su gusto, a los monstruos que amenazan el mundo. Desde que cumpla con la sana función de divertirnos el cine estará salvado, así las películas se parezcan cada vez más a un videojuego. 

20 de mayo de 2014

OTRO IGUAL De Luis Jesús Hurtado. Cine regional de calidad

Creí que iba a tener mi más profunda indulgencia a la hora de valorar Otro igual, cortometraje escrito y dirigido por Luis Jesús Hurtado. A la hora de ver los video clips o cortos que se hacen en la región uno tiene que llenarse de misericordia y decir que son buenos siempre teniendo en cuenta el contexto, la pobreza del presupuesto, la falta de profesionalismo de los técnicos y caer en el lugar común de escribir que fue tan sólo “un buen ejercicio” y pasar por alto la incapacidad que tenemos para contar una historia, para darle continuidad a un relato, para sacarle a nuestros inexpertos actores un sentimiento real y no esas muecas histéricas que sólo revelan una completa ineptitud.
Así, pensando en usar mi lado samaritano, me puse a ver el relato de una familia de campesinos sobre los que caerá la furia de un paramilitar y su sierra eléctrica. Que emocionante es decir que no sólo la historia fluye como un manantial, que al guion no le sobra ningún diálogo, que las actuaciones de Wilfred Dascon Viana y D.S. Carol son precisas, económicas y que uno en esos 15 minutos que dura el cortometraje, puede sentir afecto, compasión y temor por lo que les pueda suceder a los personajes.

A Hurtado se le nota todo el cine que ha visto, se le nota que le gusta Sergio Leone y entendió que el paisaje cucuteño, árido y áspero en dónde solo crecen cactus y flores con espinas, da para crear una atmósfera de western.  Las metáforas que el usa mostrando el ganado, la trituradora de caña, las cruces que tiene el paramilitar en su gorra y el temor de un hombre que toma la sopa a sabiendas de que va a morir, son momentos de una alta carga poética, momentos inéditos dentro de un cine regional que está buscando renunciar a la anécdota personal, al chiste flojo convertido en historia, para convertir en imágenes todo el horro que padecimos a finales del siglo pasado por culpa de la expansión paramilitar en el Catatumbo.
Ver a Iwo Sanmartin, entrando con una sierra eléctrica a la humilde casa de los campesinos es no sólo una referencia a Martes 13 o La masacre de Texas sino es mostrar la ferocidad con la que Mancuso, Camilo o El Osito, sometieron a sangre y fuego a los valientes labriegos de esta región.
                                                            El director Luis Jesús Hurtado
Que gusto saber que esos cursos de cinematografía que bajo la iniciativa del profesor Hurtado se están impartiendo en Comfanorte, están dando sus frutos que ya hay con qué contar historias en imágenes, o si no vean los documentales de Juan Cachastan, la poética de Cristian Yorba, el video arte de David Grimaldo, el profesionalismo de Juan Carlos Gutierrez y el humor que despliega el guion que escribió Gustavo Contreras y que está ya en etapa de preproducción. Se viene toda una generación de muchachos que decidieron sacar sus cámaras a la calle, que entiende que el cine se hace sin revanchismo de ningún tipo y sobre todo con mucha generosidad. El cine es un trabajo de equipo, no de divos ni de estrellitas locales.

Cinerama, la empresa de cine que preside Hurtado con Juan Carrillo y el gran e infatigable Rigoberto Ortegón Portilla, a quien el afecto que le tengo y el trabajo en común me inhabilitan para hablar de él, acaba de rodar Danza Falaz, cortometraje al que desde ya le deseamos la mejor de la suerte. Ya hay razones para celebrar, en Cúcuta también se hace cine! 

25 de abril de 2014

LUNA DE HIEL DE ROMAN POLANSKI.

En mayo de 1991, Jerry Kosinski, novelista y amigo de juerga de Roman Polanski desde los jóvenes años polacos, decidió agregarle a su habitual ron con coca-cola una  dosis fatal de barbitúricos. Para hacer todavía más macabro su suicidio se envolvió en la cabeza una bolsa de plástico y se metió en una bañera rebasada de agua caliente. Al otro día lo encontraron boca abajo, hinchado y entre el agua como un pez globo. Ni siquiera el hecho de haberle vendido un par de años atrás a Peter Sellers los derechos para el cine su novela Desde el jardín, hizo que la amargura no corroyera su alma.  

Polanski estaba en su chalet en Ibiza y la noticia no lo sorprendería demasiado. Estaba pasando otro de sus dilatados periodos negros . Después de Frenético ninguno de los proyectos esbozados había logrado cuajarse. Estaba ese guión inconcluso de El maestro y la margarita la novela antisoviética de Mijail Bulgakov que pensaba llevar al cine pero que al final terminaría naufragando en el mar de restricciones presupuestales que le imponían los ejecutivos de la Warner Brothers. Cansado del continuo riffi-raffe  abandona el proyecto y se centra ahora en el frío glacial de la hoja en blanco. Ni siquiera el amor que sentía por su nueva esposa, Emmanuelle Seigner, podría ayudarle a cambiar el ánimo. “Lo que la gente olvida- dijo en su momento Kenneth Tynan, reconocido dramaturgo y coguionista de su Macbeth- es que Roman es un escritor, y que como tal es víctima de las habituales neurosis literarias”.
Cómo Oscar, el frustrado escritor de Luna de Hiel, la relación con su joven esposa lo estaba asfixiando. Ya había pasado el hambre sexual y ahora venía el momento de los compromisos, de los celos y de las responsabilidades y para un chico salvaje cómo él, era muy difícil amarrarse a una sola mujer. En esos tempranos días del matrimonio, Seigner estaba obsesionada con Polanski. La sola idea de que él se fuera seis meses a rodar una película la volvía loca, así que él sabía que si aceptaba un proyecto tenía que incluir obligatoriamente a la joven actriz con la que se había casado.
Todas esas cargas tenía sobre sus hombros el director polaco cuando lo llamaron a contarle lo de Kosinski. No entendía porque razón su amigo había decidido salir por la puerta de emergencia si habían soportado todo lo peor que un hombre puede soportar. Ambos perdieron a sus madres en Auschwitz y vivieron de lleno el horror de la Polonia ocupada por los nazis. El novelista lo había soportado todo, menos las acusaciones que señalaban  de plagiario. La única explicación a su abrupta decisión reposaba en una nota que encontraron al lado de la bañera, salpicada de agua y jabón: “Me voy a echar a dormir un rato un poco más largo de lo habitual. Llamad a ese tiempo eternidad”.

No fue sino enterarse de la noticia para que Polanski reaccionara insultando por última vez a su amigo-enemigo, el hombre con el que había sostenido una relación de amor y odio durante casi cuatro décadas. Supersticioso como era, interpretó el suicidio del escritor como una señal de que debía sumergirse como fuera y cuanto antes en un nuevo proyecto que lo sacara del letargo. Los directores de cine son como los tiburones, si no se mueven se ahogan.
Cuenta la leyenda que cansado de esperar luz verde de los estudios de cine, decidió entrar ilegalmente a Estados Unidos en donde rodaría una nueva adaptación de Rebeca. Hay quienes afirman que la nueva versión cinematográfica de la novela de Daphne du Maurier, se alcanzó a rodar en Beverly Hills, en la casa del inversor y filántropo Max Pavelsky con un elenco de lujo encabezado por las estrellas Warren Beatty, Anjelica Huston y Nicole Kidman. Nadie ha visto la película y ni siquiera se puede acreditar que se rodó, pero los que leyeron el guion afirma que es una versión sadomasoquista y cruel de la versión que rodó Alfred Hitchcock en 1940. Polanski en estado puro.
Regresa a Francia, esperando que aparezcan inversionistas para poder terminar su Rebeca pero nadie quiere saber nada de El Topo Diabólico, apodo con el que lo bautizaría Roland Topor en la época de El inquilino quimérico. Alain Sarde, joven productor francés que se moría de ganas por trabajar con él, lo llama a su oficina con la firme intención de respaldar económicamente lo que él le propusiera. Polanski le presenta el guion de Morgane, un mamotreto que escribiría a cuatro manos con Jeff Gloss, conversan animadamente durante horas y el polaco ve, en el escritorio de Sarde, la novela Lunes de fiel de Pascal Bruckner, escritor francés que se convertiría con el tiempo en uno de los pocos intelectuales de su país que defendería a George W. Bush y Donald Rumsfeld.
Entre Sarde y el director se despiden con una sonrisa y un apretón de manos, no sin que antes este último le pidiera prestada la novela de Bruckner. La leyó en una sola noche y de una sola sentada y al otro día muy temprano llamó al productor y le expresó entre gritos histéricos que quería adaptar la novela. Sarde celebró la coincidencia: apenas unas semanas atrás había comprado los derechos de ella y la verdad había empezado a arrepentirse de la decisión. De inmediato se acordó un modesto presupuesto de cinco millones de dólares y se empezó a trabajar en el guion que emergería más o menos fiel a la novela.

Nigel (Hugh Grant) y Fiona (Kristin Scott-Thomas) son una pareja de ingleses bastante estirados, fríos y pudorosos que llevan siete años juntos. Como es de esperarse el matrimonio ya presenta grietas y por eso han creído que la solución para superar la crisis es irse por un periodo a la India. En el barco que los lleva a oriente se encuentran con Óscar (Peter Coyote) un americano paralítico de excéntrico comportamiento que viaja junto a su esposa, la misteriosa y sensual Mimi (Emmanuelle Seigner). Una noche en la que Fiona se retira hasta su camarote a descansar y Nigel  se queda en el bar a tomarse unos tragos, éste ve a la exótica vampiresa bailar sobre una tarima con una sexualidad desbordada. En el instante cae subyugado ante el encanto hipnótico de esta diosa del sexo. Oscar es perfectamente consciente de lo que su esposa provoca en los hombres, así que aborda al correctito y puritano inglés en la cubierta del barco y le promete ayudarlo a acostarse con su ella si es capaz de escuchar la historia de su matrimonio.
Allí, en la estrechez del camarote del paralítico, Nigel escucha la historia de este hombre que viajó de Nueva York a Paris, aprovechando que había heredado una fortuna de su abuelo, con el sueño de hacerse escritor. Esto se frustraría desde el día en que conoció a Mimi. Ahora sólo quería estar dentro de ella. El sexo los va consumiendo, devorando. Nada sacía el hambre que siente a esa mujer de aspecto gatuno, ni siquiera el látigo, el cuero, las máscaras y las cuerdas que caracterizan el sadomasoquismo. Y de pronto un día Óscar se da cuenta de que ya no la desea más, de que lo único que los unía era el sabor de su vagina y ella, que no tiene a nadie más que a ese hombre seco y arrugado que podría ser su padre, se enamora con locura y él le escupe su amor en la cara, la humilla, la degrada y siente placer al hacerlo. Lo que ignora Oscar es que el mundo da muchas vueltas y que no hay nada más terrible que la venganza de una mujer enamorada.


Con Luna de hiel Polanski no sólo vuelve a su lugar natural, el plató, sino que lo hace con su esposa, cómo se lo había prometido. Cuando un realizador dirige a su compañera de vida siempre hay complicaciones, nada más recuerden lo tormentosa que fue la relación entre Rossellini e Ingrid Bergman, o los problemas que tuvo Jules Dassin con Melína Merkoúri, ésta colaboración no sería la excepción. Ante el periodista Stephen O’Shea , Polanski  reconoció que su vida familiar fue bastante complicada en 1991 y a principios de 1992 “Cuando uno dirige y vive con alguien que se ocupa por el trabajo hay que tranquilizarle. Pero a veces uno tiende a decir: “Caya ya por favor. Vamos a vivir un poco”
Seigner no sólo idolatraba a su marido sino que lo respetaba como director. Por eso para ella esta segunda colaboración conllevaba una responsabilidad muy grande. Tenía que estar a la altura de su esposo. A pesar de su empeño y de que 23 años después la encontramos fabulosa, la crítica despedazaría a la actriz e hizo énfasis en que ella  había obtenido el papel de Mimi sólo porque era la mujer del polaco. Yo creo que Seigner está perfectamente creíble en esas dos personas que ella caracteriza en la película. Primero vemos a una joven pueblerina e inocente que aún cree en el amor y se entrega a él con pasión. Ella se vuelve pervertida porque él se lo pide, ella lee su novela infumable sólo porque él la escribió. Él es su sol y su luna, pero así como hay tribus que se revelan ante sus dioses por los males que ellos desde el cielo le envían, Mimi es capaz de destruir a su Dios, de aniquilarlo, de reducirlo a una silla de ruedas no sólo por venganza, sino para garantizar que nunca se irá de su lado. Sigue siendo convincente cuando se convierte en una despiadada vampiresa.
Peter Coyote no era la primera opción de Polanski. Él quería que su amigo Jack Nicholson volviera a trabajar a su lado pero el escaso presupuesto y las dificultades que tenía el protagonista de Chinatown para viajar a Francia, hicieron que las negociaciones se empantanaran. También estuvo cerca de firmar Jeremy Irons, en un papel que le hubiese venido como un guante, pero, según cuenta Christopher Sandford en su biografía Polanski, el actor inglés se espantó después de leer el guion que le pareció escandalosamente sádico. Coyote logra trasladar ese aire inquietante que tiene Oscar en la novela a la pantalla. Es un personaje tan sucio que provoca ponerse guantes de latex antes de tocarlo. Esa infamia y perfidia se marca en cada arruga del expresivo rostro del actor norteamericano.
Luna de hiel a pesar del escándalo en la que se vio envuelta por su tratamiento, apenas recaudó  lo invertido en ella. Las críticas no fueron muy clementes con la película y volvieron a acusar a Polanski de exhibicionista y sádico. Los rumores se volvieron agrios cuando empezaron a decir  que Seigner estaba embarazada durante el rodaje y que a pesar de eso Roman le había obligado a interpretar escenas que rozaban con la pornografía. Esta vez los guardianes de la moral y las buenas costumbres volvieron a equivocarse ya que el hijo de esa unión nacería el 20 de enero de 1993, nueve meses antes, en abril de 1992, la pareja ya había acabado el rodaje.


23 años después de la tormenta que suscitó la película , podemos afirmar que Polanski tenía razón. Lejos de haber envejecido Luna de hiel se ha convertido en uno de los testimonios más descarnados de lo que puede ser una relación de pareja. El sexo descarnado de los primeros meses, el hastío que viene después y el odio que se incuba durante años y que se arrastra como si una cadena invisible los amarrara de por vida, son las características que suelen acompañar hasta a los matrimonios más ejemplares. Paradójicamente y 23 años después Roman y Emmanuelle siguen juntos y felices, como si hubieran podido exorcizar todos sus demonios en esta película truculenta, oscura y genial.