En una ciudad saqueada por los políticos, azotada por
flagelos crónicos como el contrabando o el narcotráfico, un sitio caliente,
situado en un valle infestado de mosquitos y malaria, en una ciudad que parece
más el escenario de un western un solo hombre se atreve a decir la verdad.
Es un milagro que un tipo como Renson Said escriba en La
opinión, el periódico peor escrito del país. Su columna le da un cierto
prestigio, no solo por que no tiene ningún tipo de bozal a la hora de denunciar
sino porque ante todo Renson es un escritor. Es una vergüenza que a nadie
dentro del valle de la muerte le haya dado por editar un libro que compile lo
mejor de su obra. Sería una antología necesaria donde quedaría estampillada en la historia la época en donde Cúcuta llegó a ser una cuna de forajidos, de concejales
que asesinan a sus esposas y salen libres, de candidatos que llegan a la alcaldía
con falsas promesas, de senadores implicados en financiamientos de grupos
paramilitares, de una clase alta inculta, provinciana y criminal.
Sus columnas son como un islote en medio de este pantano. Los
ladrones de cuello blanco han tratado de sacarlo de La opinión a como de lugar.
Solo el estúpido del Chacón lo pudo denunciar alguna vez, de resto ni el pícaro
del Corzo ha podido con él. Gracias a la
presión que ha hecho el maestro Cicerón Flórez dentro del pasquín ha impedido
que la voz del escritor se apague. Al
maestro le debemos ese regalo.
Tengo amigos dentro de la corrupta administración actual que
le temen “Usted porque lo saluda” me dicen como si por sus venas corriera un
virus mortal. La alcaldía es un horrendo edificio donde sus empleados corren de
un lado para otro, contando el último chiste o chisme. Allí muchas veces está
el negro, investigando, transformando el rumor en noticia.
Inmune a demandas, a amenazas de muerte, a críticas despiadadas
de escritores borrachos que le envidian su notoriedad, nadie sabe cuantos años
puede tener un hombre que parece eterno. Amparado en su raza dice que acaba de
cumplir treinta cuando en su facebook lo vemos con su afro en las ochenteras
calles bogotanas. A Renson los años, como las demandas y las balas le rebotan
en el pecho.
Levantarse y ver su columna nos hace sentir menos sucios. No
todo está perdido si un man que escribe así puede publicar en el pasquín de la
región. Entre sus lectores deberíamos hacer una colecta y publicar el libro,
hacer el lanzamiento al frente de la alcaldía y durante la fiesta quemar el
nido de las ratas. No estará lejos ese día, seguro que no.
4 comentarios:
Que buenos parrafos, y que contundentes....caronte
Hagamos la colecta y quememos el nido de las ratas!!!
me imagino que este que dice que que buenos parrafos y que contundentes...caronte es Isaías que forma parte de esta cuerda de la sociedad del bruto elogio.
El discurso de la verdad siempre está fuera de la pluralidad de la corrupción.
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