El comienzo de la tarde del lunes 10 de Octubre parecía un concierto en Bogotá, al final de Rock al Parque. A mi alrededor todos hablaban colombiano, eso es frecuente en Buenos Aires, cada vez somos más. Pero viendo el cielo despejado no parecía Bogotá. Siempre llueve el último día del Rock al parque. Después empezaron a llegar argentinos con todo su ruido, sus banderitas y volvió a ser Buenos Aires, la cuna del mejor grupo de ska en español de todos los tiempos.
Dicen que el del lunes fue el último concierto de los Cadillacs. El mismo Vicentico lo dejó entrever cuando insistía en darnos las gracias por estar allí y que si no nos volvíamos a ver nos agradecía tantos años de seguimiento. Si es así buscaron un lugar discreto, el Club Ciudad, para realizar un concierto benéfico acompañado por dos bandas que me importaban poco (Los Pericos y NTVG -No te va a gustar) ya que sólo quería que se acabara la tarde para verlos tocar.
Dicen que el del lunes fue el último concierto de los Cadillacs. El mismo Vicentico lo dejó entrever cuando insistía en darnos las gracias por estar allí y que si no nos volvíamos a ver nos agradecía tantos años de seguimiento. Si es así buscaron un lugar discreto, el Club Ciudad, para realizar un concierto benéfico acompañado por dos bandas que me importaban poco (Los Pericos y NTVG -No te va a gustar) ya que sólo quería que se acabara la tarde para verlos tocar.
Abrieron con una versión bastante fiel de El león, sin grandes riesgos pero impecable. El público estalló. En esas dos horas Los Cadillacs volvieron a ser Los Fabulosos Calavera, con un Flavio inspiradísimo, un Vicentico imponente y un Sergio Rotman magistral. Toda la fuerza del conurbano en cinco chabones, con toda la gracia y el desparpajo que le han dado los años. Esta es una banda que ha tocado con Blondie y que tambien supieron tocar Sopa de Caracol en primeras comuniones de gorditos, es una banda atípica en el panorama musical argentino porque son alegres sin parecer ridículos, son comprometidos sin parecer mamertos. Hoy en día, en el mundo snob, que te gusten los Cadillacs quiere decir que estas “fuera de onda”, porque “los Cadillacs ya fueron ¡boludo!”. En épocas donde todo se diluye por obra y gracia de los blogs, donde la canción que tenga más de 48 horas debe ser removida por la última mezcla de sonidos que hizo alguien en Shangai, es reconfortante escuchar a esta banda, verlos joder en el escenario sin tomarse en serio.
Con el concierto de anoche, Los Cadillacs dieron por finalizada oficialmente esta etapa, que comenzó en julio de 2008 con un mini concierto como anticipo de la gira, gratis y en el Planetario, el cual pude ver de pura casualidad mientras viajaba en el Colectivo 130. Cuando los oí y vi a través de la ventana salí corriendo adelante a rogarle al conductor que me dejara salir, fue tanta mi insistencia y mi desespero que me dejó salir a pesar de que no había una parada cerca.
Al grupo se le notó la alegría de volver a tocar, de sentirse cobijado por veinte mil personas que corearon sus canciones. No cayeron en la tentación de llenarnos sólo con su nueva producción La luz del ritmo sino que recorrieron toda su discografía. Lo único que no me gustó fue el lunes festivo día porque si esto hubiera sido un sábado en la noche me escurro entre las botellas hasta la mañana siguiente. Es una lástima que esto no me hubiera pasado diez años atrás, sin embargo nunca es tarde para desahogar una pasión.
(Fotos: Juliana Ospina)
1 comentario:
Gracias al demiurgo o lo que sea que se separaron esos farsantes! El verdadero prodigio sería que el indio Solari y Skay se pusieran deacuerdo para el apoteósico retorno de Los Redondos.
Atentamente un cucuteño consecuente (indecente).
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