Era un domingo cualquiera, con su frialdad habitual iba
pelando las naranjas que acostumbraba comer cuando con preocupación veía en la
báscula que su inmenso cuerpo se había extendido un kilo más. Alma
pacientemente escuchaba de labios de su esposo una nueva idea para iniciar Los pájaros filme que en ese momento
preparaba cuando vio en la televisión el rostro de una rubia imponente. “Tienes
que ver esto”. El gordo de párpados caídos dejó la naranja a un lado, con
meticulosidad se limpió las manos con una toalla y vio los 20 segundos que le
restaban al anuncio. Esto fue suficiente para tomar una decisión, ya sabía
quién iba a protagonizar su próxima película.
Con Tippi Hedren Hitchcock quería demostrar en la práctica
que actuar era algo muy fácil. Lo único que tenía que hacer el que estaba
delante de la cámara era no hacer nada, actuar lo menos posible. En The girl podemos ver un poco como era su
método de trabajo. Si Bresson hacía sus casting por teléfono Hitch lo único que
necesitaba era que el actor hiciera solamente lo que el dijera. El set era una
inmensa casa de muñecas con la cual él jugaba a su antojo. En su obsesión
trataba de filmar en estudio para no dejarle al azar el estado del tiempo. Con Los pájaros accedió a dirigir en
exteriores pero esto deterioraba su impasible humor, este error no lo cometería
en Marnie, por algo la historia de la
ladrona es la más expresionista de sus películas.
Ha empezado la década del sesenta. El esplendor de Hollywood
comienza a declinar. Las estrellas están muy viejas, no tienen el brillo de
antes. Ni Cary Grant, ni Jimmy Stewart están para interpretar a jovencitos en
problemas. Lo más grave para Hitchcock es que sus rubias habituales han perdido
su lozanía. Ingrid Bergman empieza a rozar los cincuenta, Vera Miles no fue la
misma desde que había quedado embarazada (Para Hitch que una de sus actrices se
embarazara era una traición inclasificable) ya nadie creía en Kim Novak y para
colmo de males, su rubia preferida, la más hermosa de todas, Grace Kelly, había
transformado su vida en un cuento de hadas y ahora era una princesa. Por eso
descubrir a Tippi era como volver así fuera por un instante a una época dorada
que estaba por extinguirse. El autor de Rebeca
jugó a Pigmalión e intentó transformar a la modelo en una actriz, logro que
se ve palpable en las dos películas que hicieron juntos, Los pájaros y sobre todo en Marnie
la ladrona.
The girl está
basado en el libro de Donald Spoto donde cuenta la tormentosa relación que
sostuvo la modelo con el genio creador de Vértigo.
Es una película hecha para televisión gracias a los esfuerzos de HBO y la BBC y
que sirve de antesala a lo que significará el próximo año el estreno de la
esperada Hitchcock, protagonizada por Anthony Hopkins. Está dirigida
correctamente por el director inglés Julian Jarrold y cuenta con las soberbias
interpretaciones de Toby Jones y una sorprendente Sienna Miller. Lo único que
me molestó de la película y que no es poca cosa es haberse atenido solo a las
declaraciones de un solo testigo. La visión es solo la de “Tippi” quien en 1963
decidió rescindir de un jugoso contrato con la que la unía a Hitch por diez
años más. En declaraciones posteriores, hechas sobre todo por su hija, Melanie
Griffith se dio a conocer el supuesto acoso sexual que el director le había
propinado a la actriz.
Películas como Vértigo
delatan la personalidad de un pervertido sexual pero acaso ¿No todos lo
somos?. Hitch había trabajado con las mujeres más hermosas de Hollywood y todas
hablaron maravillas del director, ¿Ahora porqué venía esta modelito de
Minnesota a decir que el gordo aprovechaba los rincones del set para implorarle
que por favor lo tocara así fuera un poquito? Como decía la propia Alma Reville,
¿Qué es lo que tiene esta que no hayan tenido las otras?
A mi me resulta altamente sospechoso que la carrera de la
actriz nunca haya podido cuajar después de despegar con dos obras maestras
absolutas. Nadie supo dirigirla como él y ya va siendo hora de que esta
octogenaria y su ridículo hija le agradezcan al creador de La ventana indiscreta el haberle otorgado con los papeles de
Melanie y Marnie un sitio en la historia del cine. Solo él le pudo sacar lo
mejor.
Además tan malos recuerdos no debe tener si en 1985 decidió
participar en un capítulo de la serie Alfred
Hitchcock presenta o diez años después protagonizó la fallida secuela de Los pájaros.
Pero lo anterior es secundario y no debe afectar mi juicio
sobre esta película que sin duda se deja ver y que además habla de un tema que
nos apasiona a todos, el cine dentro del cine. Jarrold nos mete en el set de
mister Cinema y nos revela algunos métodos, obsesiones y dudas que tenía uno de
los genios más grandes del siglo XX. La película está nominada a varios globos
de oro y pronto dará mucho de qué hablar. Cuando tengan oportunidad de verla no
duden en hacerlo y únanse a esta discusión legendaria.
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