Era un chico
asmático, muy pequeño para su edad. Creció en los suburbios de Nueva York, en
medio de aspirantes a gángsters. En las mañanas lo levantaba la voz de Enrico
Caruso y Tony Bennet que salían de los apartamentos que colindaban con el suyo.
Tenía un buen oído pero no era músico. El oído lo favoreció para escribir
diálogos. Entró a la universidad a estudiar cine simplemente porque no le
interesaba otra cosa. Se destacó como un tipo organizado, obsesivo. Era un
autor, desde siempre lo fue. Hablaba de lo que sabía, lo que le interesaba. La
pequeña Italia. Todos esos muchachos tan bien vestidos, con sus zapatos
perfectamente lustrados.
Junto con su
compañero de estudio y amigo, Martin Mardik construyeron el guión de un medio
metraje. Se llamaría Lo dijo primero. Pusieron
un aviso en el periódico buscando un actor. Llegaron varios aspirantes pero el
que se quedó con el papel principal fue un tipo de cara de zorro hijo de
polacos. Un tipo duro pero a la vez con una extraña inocencia. Necesitaba ser
el alter ego de Scorsese, todo lo que no pudo ser. Se llamaba Harvey Keitel.
Rodaron con
muy poco presupuesto. Cuando obtuvieron el resultado final se dieron cuenta de
que nadie quería comprar un mediometraje. Necesitaban alárgalo más. En cinco
años Quien toca mi puerta? Dejó de
ser un proyecto estudiantil para convertirse en la ópera prima de uno de los
más grandes directores de cine norteamericano de todos los tiempos.
J. D es un
muchacho italo-americano que ha seguido con obediencia los preceptos y temores
católicos con los que ha sido criado. Es bastante básico, su vida es estar de
joda con los muchachos del barrio, bebiendo o andando por ahí golpeando al que
se les atraviese.
Una tarde
mientras está en un ferry conoce a una muchacha, hija de los sesenta, que lee
revistas en francés, vive sola en su apartamento y no tiene televisor. La excusa para empezar a hablar fue una foto
de John Wayne en The searchers. Una escena
realmente magnífica. Scorsese pone en la boca de su alter ego todo lo que
piensa de la película de John Ford. A ella le cuesta aceptar que le gustan las
películas de vaqueros. Es tan difícil para alguien con pretensiones
intelectuales en esa época como hoy en día lo es para un mamerto aceptar
que la pasó bien viendo Los vengadores.
En esta escena ya queda condensada su estilo. Lo que en otro director sería una
simple y aburrida conversación filmada en plano medio Scorsese siguiendo su
instinto aprovecha todo el área. Deberían ver una y otra vez esta escena todos
aquellos que aspiran a dirigir una película algún día.
Hay algo salvaje
en J.D que la atrae. Comienzan a salir, una vez en el apartamento de J se besan
apasionadamente. El se detiene, ella no entiende muy bien que es lo que pasa. El
trata de explicarle. No la quiere de esa forma, hay chicas y perras como le
dice después de ver Rio Bravo. Con las
chicas uno no se acuesta sino después del matrimonio. Con las perras uno se
divierte, con las chicas se habla de cosas serias. Con educación y respeto.
Ella le
cuenta que un día un muchacho la violó. J
no le cree. Si la violó fue porque algo le hizo creer que sería posible estar
con el “Además tienes que saber con qué hombres sales”. Se empieza a provocar
la ruptura. Los muchachos están ahí en la barra, con ganas de emborracharse, de
mostrar sus armas de reafirmar su hombría.
Muchos
asocian las películas de Scorsese con la ultra-violencia. No existe un director
en los últimos cuarenta años que esté más emparentado con las inquietudes y
contradicciones que puede tener la religión.
Quien toca a mi puerta? Está emparentado con el cine de Dreyer, de
Bresson, de Buñuel, de todos aquellos que decidieron adentrarse en el alma
humana. Además es el testimonio de una época donde el mundo estaba cambiando. La
idea surgió muchos años antes de que Dennis Hopper estrenara su sobrevalorada Easy Ryder y muchos vieron en este
manifiesto la película fundacional del Nuevo
Hollywood. Pero esto no es así.
Es con la
opera prima de Scorsese con ese proyecto estudiantil que empezó como medio
metraje que empezó de verdad a despertarse la fiebre por destruir a los
estudios, por enterrar a los viejos productores y llenar a la industria de
historias personales donde aparecía gente de verdad y no simples estrellitas.
Scorsese empezó su carrera siendo ayudante de John Cassavetes y esto se nota en
su primera película, se nota que idolatraba Shadows
y sobre todo Faces.
Quien toca mi puerta? Es una película fundamental no solo
para entender como funciona la mente de un machista, de un católico
inconsecuente (Si peco y rezo empato) sino que es la piedra angular sobre el
cual se gestó el último gran movimiento creativo en Norteamerica. Que se mueran
los independientes de los años noventa pero no le llegan ni a los tobillos a
esa explosión creativa que significó a finales de los sesenta el nuevo
Hollywood.
1 comentario:
Bien, Gallo: ahora sí confimé q estamos 100 por 100o coordinados cinematográficamente [y parece q en términos políticos, es también el caso]. Pero su lengua tremebunda no da pa' tenerlo de parce... entonces seguiré comentándolo solamente sobre los temas comunes. Q este es uno de ellos: Scorsese el más grande director de cine vivo de Estados Unidos. Y Shutter Island la última película producida hasta ahora q entra al Top de Todos Los Tiempos. Y La Ultima Tentacixn, mi favorita mundial. Bien dicho pues
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