En la deliciosa Tiempos modernos el vagabundo Charlot descubre que es mucho mejor estar en la cárcel donde tienes techo sin pagar renta, tienes comida sin preocuparte por la comida y si te haces amigo del guardia seguramente te dejará leer el periódico todos los días. En el pabellón de Justicia y Paz de la cárcel Modelo de Cúcuta, Jorge Iván Laverde, alias “El iguano” ha encontrado el reposo que todo guerrero necesita al final de la lucha. Desde allí este temible jefe paramilitar ha podido reagrupar a sus hombres, formar bandas con hombres nuevos que recluta ofreciéndole la libertad inmediata y 300.000 pesos.
Cuando se cansa de la cárcel habla con el director del penal y este le abre la puerta y le da una escolta de diez hombres, los más calificados que pueda contar la fiscalía para que lo acompañen y lo cuiden, no vaya a ser que una víctima resentida vaya a atentar con esta preciada vida.
Lo he visto pavoneándose por los aeropuertos de Colombia, dando órdenes a través de su Blackberry, en cada uno de los botones se esconde el ángel de la muerte. Él es el mismísimo Señor Matanza.
Basta con entrar a la cárcel modelo ubicada en el Salado para darse cuenta de lo que se está gestando. Las sangrientas peleas entre bandas se dan casi todos los días. Los verdaderos directores de la cárcel son El Iguano y el temible alias Visaje. La disputa territorial entre Urabeños y Rastrojos se potencializa en este espacio claustrofóbico. Estas dos bandas criminales se disputan palmo a palmo el control de la ciudad. Controlar Cúcuta significa manejar la entrada y salida de drogas y armas a Venezuela. La frontera más próspera de América es también la más corrupta, la más sangrienta. Cuando necesitan fugarse lo hacen sin necesidad de una fuga cinematográfica como la que hizo el personaje más querido por los colombianos, Pablo Escobar Gaviria de la Cátedral. Al narcotraficante de hoy en día no lo seducen demasiado las cámaras. Visaje, el ex comandante del Bloque Catatumbo, quien pasó a la historia de la infamia por el genocidio acaecido en la Gabarra a finales del siglo pasado, se fugó una mañana sin que ninguno de los guardias se diera cuenta.
Necesitaban con urgencia la sabiduría de Visaje ya que lo que piensan montar en esta frontera es una sucursal del Cártel del Milenio, el más poderoso de los carteles mexicanos quienes con sus tentáculos de fuego han azotado sin clemencia la frontera con los Estados Unidos. Ahora manejarán el otro cruce fronterizo que les hacía falta para controlar el continente.
Hace un par de años Salvatore Mancuso se atrevió a decir ante el senado de la República que los grupos paramilitares se habían formado para defender a la sociedad civil de la influencia comunista que traían en las mochilas las guerrillas colombianas. Lo que empezó como un proyecto fascista está terminando como la punta de lanza para que los carteles de la droga mexicanos controlen este territorio
Este hecho casi que apocalíptico es un secreto a voces dentro de la cárcel pero ¿Quién se atreve a hablar? Los fiscales y senadores están comprados al igual que los presos que son mucho más baratos, la oferta para ellos es dejar con vida a sus familias. Sin embargo el rumor es tan fuerte que se escapa por las rendijas que deja el miedo
Los muertos comienzan a apilarse a orillas del río Táchira donde los gallinazos no paran de planear sobre los cuerpos putrefactos. Mientras la sociedad civil disfruta de la bonanza, se complace con el aire permanente que dejan esos dos horrorosos monumentos al lavado de activos que son Unicentro y Ventura, en el conurbano y dentro de la Cárcel Modelo se vive una cruenta guerra por el control de la entrada a Venezuela.
Acá ya llegaron los mexicanos a imponer su ley. Las Bandas Criminales con el apoyo de las guerrillas quienes no dudarán en volver a unirse en una coordinadora si es necesario para recibir su mesada serán la seguridad con la que contará el Cartel del Milenio para asentarse en Cúcuta. En Ocaña Megaterio, comandante del EPL ya presta este servicio apoderándose de extensas zonas de cultivo para que los mexicanos puedan pasearse tranquilo en esa hermosa y próspera zona que dentro de pocos años volverá a vivir el horror que produce el traqueteo de una metralleta descargándose.
La ley de Justicia y Paz significó para los jefes paramilitares pasar a un buen retiro, jubilarse y colocarse lejos del peligro que pueda representar una batalla. En la cárcel pueden disfrutar de la última operación de sus esposas y allí reciben a las presentadoras de televisión que por esta época del año están en oferta.
Hitler en algún momento llevado por la admiración que sentía por Chaplin se dejó el bigotico mosca, hoy otro asesino imita a este mimo glorioso sin saberlo. En su King Size a esta hora se debe estar desperezando pensando en la comida que le va a pedir al guardia, en el periódico que va a leer. Al iguano le debe gustar ver su cara impresa en primera plana.
2 comentarios:
Triste, pero veraz, lo más triste de todo es la aceptación por parte de los habitantes de nuestra ciudad; esa misma aceptación que les sugiere o les hace pensar que todo lo que callan está permitido.
Hay algo que hacer? Algo?
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