Hace rato no tenía la oportunidad de disfrutar de un
melodrama absoluto, descomunal, de esos que te entran en el cerebro como un virus
y te explota tu peor mal gusto emocional; porque por más frío que seas te vas a
sorprender saliendo del cine con los ojos hinchados y rojos.
Las imágenes aún están frescas en la memoria. Fue la
tragedia de nuestra época, el terremoto fue tan fuerte que el eje de
la tierra se movió, los continentes se acercaron, fue un embate digno del pleistoceno.
Y el cine le debía una película. Hace un par de años Clint Eastwood se había
acercado superficialmente con Más allá de
la vida pero tuvo que venir uno de los nuevos talentos de España J. A.
Bayona para recrear con unos efectos impresionantes el Tsunami del sudeste
asiático.
El gancho del filme es afirmar que está basado en una
historia real. Una familia de turistas españoles es sorprendida por las olas
furiosas del Índico. De una manera milagrosa la familia, formada por cinco
integrantes, no solo se salva sino que al cabo de unos días se encuentra guiada por
el azar.
Bayona ha apelado por atacar nuestro sistema nervioso
central sacrificando deliberadamente la historia. Yo creo que la película
hubiera tenido un golpe más certero e imborrable si se hubiera creado más
tensión, mostrar la familia en el hotel los dos días previos, alcanzar a
consolidar los personajes en los momentos previos. Al creador de El horfanato se le olvidó jugar con uno
de los elementos más siniestros que tuvo la hecatombe que fue el hecho de que
el mar se hubiese ido minutos antes de destrozar la costa. A los diez minutos
ya nos encontramos flotando con Naomi Watts (que a pesar de no ser de mis
actrices favoritas acá está soberbia) y su hijo por el mar sucio de escombros.
La recreación del Tsunami es francamente impresionante. Es
tan impactante que difícilmente en los noventa minutos siguientes la película
volverá a recuperar tal intensidad, cayendo inevitablemente en algo muy
parecido a un bache. Pero es en el personaje interpretado por Ewan Mcgregor
donde se encuentran los mayores problemas. Es simplemente demasiado perfecto,
nunca sabemos cómo demonios se salva del maremoto y por sobre todas las cosas,
no podemos entender algunas de sus decisiones que son francamente inexplicables
como la de dejar en manos de desconocidos a sus dos hijos recién encontrados.
Hay momentos en la película donde se llega a vislumbrar lo
que hubiera sido de esta película si Bayona no hubiera tenido la presión de
manejar 30 millones de Euros y todas las concesiones que esto puede implicar.
Cuando Daniel, el niño rubio colgado de un árbol acaricia la piel maltrecha de
Naomi Watts, o el hermoso diálogo sobre la luz de las estrellas a cargo de
Geraldine Chaplin.
Pero ninguno de estos problemas impide que no te emociones con Lo imposible. El público ha respondido
masivamente y se constituyó en el estreno más exitoso de la historia de la
taquilla española. Ha resultado incluso toda una alegoría para los difíciles momentos
que se vive en Iberia. La gente después de verla se siente aliviada. Hay peores
cosas que no tener trabajo, una de ellas es sufrir la furia de la naturaleza.
Para estos días dónde no queremos pensar demasiado y
queremos sentir, sufrir y estremecernos, Lo
imposible resulta ideal, un entretenimiento digno de ser visto. Hay que ser
sinceros, es muy difícil hacer una película que no resulte interesante teniendo
como marco el Tsunami del 26 de diciembre del 2005. Si quieren llorar en la
oscuridad de una sala por la desgracia ajena este es el filme ideal para
hacerlo. Todos tenemos derecho al mal gusto emocional.
1 comentario:
¿Cuándo sale su crítica de S.O.S UNA FAMILIA EN APUROS, no hay mas en cartelera y en algunos casos sus escritos me ayudan. En este no perdí mi tiempo ni dinero, claro, después de leer: "Para estos días dónde no queremos pensar demasiado y queremos sentir, sufrir y estremecernos, Lo imposible resulta ideal, un entretenimiento digno de ser visto."
Una crítica, bien o mal hecha siempre resulta buena guía.
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