14 de mayo de 2010

EL EXILIO


Últimamente he tenido ganas de volver pero la gente que está en Colombia me dice que puede ser un error garafal. Parece que las condiciones económicas y laborales para alguien que quiere ganarse la vida escribiendo son bastante reducidas, casi que nulas. En diciembre pasé unos dias en Medellín y me escandalizó la poca variedad que ofrecían las vidrieras de las tres librerías que visité. Casi todas promocionaban el último libro de Dan Brown o las memorias del Padre Chucho. Estar fuera del país puede llegar a ser agoviante sobre todo cuanto tienes treinta años y definitivamente empiezas a temer por la salud de tus padres que inevitablemente envejecen. Lamentablemente en un país empobrecido y vampirizado como el nuestro a veces la única posibilidad que queda es salir en una bolsa a donde sea, no importa como. Argentina está lleno de colombianos y me fastidia que la mayoría de los que están acá crean que Colombia es un paraíso, que el actual gobierno la conviritó en un paraíso regional y yo me paro y con cara de orto les pregunto si es tan maravillosa porque están acá. La mayoría responde que es por la educación porque acá es gratis y allá cuesta mucha plata, incluso algunos han venido a acomodarse prótesis dentales aprovechando las bondades del servicio médico argentino. La verdadera razón por la que están acá es para quedarse uno o dos años y después llegar al país pavoneando con que vivieron por fuera. Los que pueden van tres veces por año y llegan henchidos de orgullo y con una ese en el pecho.

A mi me duele mucho no poder regresar a mi ciudad. Irse es algo traumático, algo que no debería pasar. A mi desde chiquito me gustaron los libros y los discos raros y seguro si me hubiera quedado en Cúcuta me hubiera frustrado ya que lo mas probable es que terminaría en lo mejor de los casos dando clases en la Pacho, alguna vocacional que los alumnos toman para cumplir con los créditos pero seguramente nadie me tomaría en serio. Es una pena haber nacido en una ciudad asi porque se está predestinado a partir a dejar la familia que en mi caso particular es lo que mas quiero. Saliendo se conocen nuevos libros, nuevas películas y de pronto uno encontraría otros temas que lo motivarían a uno a seguir escribiendo. Pero es duro, sobre todo cuando se está solo.

Son demasiadas las naves que se tienen que quemar para venir a vivir a esta tierra de nadie que es Argentina.

1 comentario:

hormiga dijo...

Creo que, lo mejor que uno puede hacer es hacer lo que tiene ganas de hacer, siendo auténtico. El mundo en sí, creo, es tierra de nadie. Ese es el problema, así debería verse al mundo. Uno debería poder habitar del él, el espacio que pueda sacar de uno, lo mejor que podemos ser. Sin culpa, sin tener que exlicarse, sin tener que dar explicaciones.
Me encantó tu post.