1 de diciembre de 2009

EL TEATRO ES UN VIEJO INSTRUMENTO



Impresiones de Tras el ensayo de Ingmar Bergman

El cine le sirvió a Ingmar Bergman como llave para entrar al alma del hombre. Por eso cuando en 1983 dice que ya no va a volver a hacer cine no es porque no tenga más historias que contar sino porque al cine se le habían agotado los recursos que su extenuante exploración al espíritu necesitaba. El único recurso que le queda para adentrarse más es el teatro, pero Bergman rompe los esquemas y como un alquimista funde en una sola, el teatro y el cine para mostrar que el hombre es una máscara, un actor. Tras el ensayo es mucho más que teatro dentro del cine, es resumir la humanidad en un director que trata de imponer lo que sabe, lo que cree más conveniente y una actriz que se rebela y que no quiere aprender.


Bergman ya no necesita más personajes, ya puede consumir el mundo con muy pocos soldados. ¿Cuán extenuante tuvo que ser para Lena Olin enfrentarse al reto de reemplazar y asumir a Bibi Andersson y Liv Ulman? Todas las mujeres contenidas en una sola mirada. En las indicaciones de Earland Josephson podemos vislumbrar el trabajo del mismo Bergman, obsesionado por crear imágenes a partir de diálogos como el magistral dramaturgo que era motivaba a sus actrices diciéndoles “Muévete como si fueras una bestia enjaulada”. Olin es toda la humanidad. El animismo que mueve al hijo del pastor evangélico está contenido en una frase absolutamente hegeliana “Imagino la cantidad de hombres que constituye este teatro”. Las paredes conteniendo las voces de los que alguna vez estuvieron allí, toda la energía vertida en el cemento del teatro.


El gran titiritero puede violar a Strinberg y sacarle por la boca El sueño. Una presencia tan fuerte que tenía que imponerse donde fuera, no para darse gusto a si mismo sino para obedecer a los demonios que lo corroían por dentro. Para él un teatro es como instrumento, como los violinistas son sensibles al paso de los años de sus instrumentos. Para Bergman el teatro es una extensión de su mano. Por eso no existen adaptaciones en su obra, él las asume, las consume, las conquista. Para él Shakespeare es un continente. El está dispuesto a cruzarlo.

Es una lástima que estas exploraciones al interior del ser se hayan extinguido con la desaparición de Bergman. Por eso es tan importante su testimonio filosófico. Cada fotograma es una página de su tratado sobre el hombre. Hay que volver siempre a él. Gracias a Tras el ensayo lo pude hacer.

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