Lo que me encanta de Annie es que a ella no le da pena expresar la envidia. Era la amiga de toda la vida de Lillian, crecieron juntas en un barrio de clase media. Ahora están llegando a los cuarenta y las crisis suelen llegar a sus picos mas altos. En realidad a Annie su pico está en el fondo del mar. Las cosas van mal, su negocio se ha cerrado, su novio la ha echado, es usada sexualmente por un yuppie, vive en una casa con dos freaks y para colmo su mejor amiga se va a casar.
Lo que me encantó de Bridemaids es lo directa que es. Es mentira eso de que los seres humanos nos alegramos de los triunfos de los demás, si estás pasando por un mal momento lo más seguro es que el éxito de la gente que te rodea te terminé de enterrar en el pantano de tu depresión. Sobre todo si ellos empiezan a cambiar, a volverse unos completos desconocidos. A punto de su decimonoveno ataque de nervios Annie se desahoga gritando y destruyendo un corazón gigante y ridículo que han puesto en la entrada de la fiesta y si fuera por ella se orinaría en la fuente de chocolate que no para de brotar.
Es mentira eso que decía Cortázar que existe un lector macho y un lector hembra. No existen películas para ellas y para ellos. Lo que hay son malas y buenas películas y Bridemaids pertenece sin duda a este último grupo. Ideal para ver con la chica que amas, perfecta para reconciliarte con el amor y sobre todo para reír a carcajadas.
Con un presupuesto de 30 millones de dólares, un presupuesto ínfimo teniendo en cuenta las cifras que hoy se manejan dentro de la industria, ha recaudado más de trescientos millones en todo el mundo, demostrando que con imaginación se puede derrotar al más selecto elenco. Las actrices son casi todas desconocidas y sin embargo el fuerte de la película está en lo acertado de su casting. Cada una de las chicas compone el universo femenino, son personajes absolutamente reales, lejos de las malditas caricaturas que nos entregaron las detestables chicas de Sex and the city.
Justo cuando creíamos que la comedia romántica había agotado sus recursos aparece esta película para refrescarnos con su inventiva. Se alejan del cliché que se ha impuesto en el género últimamente. El galán exitoso acá solo aparece para que lo odiemos mientras que la mayoría de la gente es absolutamente normal, con problemas económicos, algunas, como la protagonista, hundidas en profundas depresiones.
Pero al final aparece Wiston Phillips con toda su cursilería a aliviar todas las tensiónes porque muchachos, si vieron el cartel en la entrada del cine podrán comprobar de que entraron a un filme del género Despedida de soltera y sin embargo estuviste pegado en tu silla las últimas dos horas interactuando con las muchachas, estremeciéndote, disfrutando de una muy buena película.
Bridemaids es una sorpresa absoluta. Estoy seguro de que la disfrutarán al máximo, lleno de sentimientos tan humanos como puros y no estoy hablando del amor, hablo de la envidia, el odio, la soledad, algo que casi nunca nos lo muestran en este tipo de películas.
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