17 de mayo de 2011

EL INSTINTO

Estoy en medio de una clase viendo La ola, la película esa alemana de la que tanto se habló hace algunos años. Mis alumnos están completamente interesados en la trama, yo creo que se sienten absolutamente identificados.Son menores de edad pero creo que la gran mayoría estaría de acuerdo si Adolfo Hitler irrumpiera en un país como el nuestro. Son muy jovenes y no pudieron votar por Uribe, seguro lo hubieran hecho. El instinto asesino nace, perdura en el tiempo, fue el mismo instinto que nos llevó a matar 300.000 personas de 1948 a 1952, fue el mismo instinto que llevó a destrozar a Roa Sierra sin preguntarle nada, sin preguntarle siquiera lo mas elemental ¿Porque? ¿Quien? sobre todo quien, sobre todo porque. Dicen que días antes que abalearan a Gaitán una multitud aguardientada que presenciaba una corrida de toros en la Santa María de Bogotá, furiosa porque el toro era mas bien manso bajó a la arena y mató con sus propias manos al toro. Es la misma gente que unas semanas después prefirió emborracharse y saquear los locales ajenos que vengar a su líder y hacer la revolución.

Es la misma gente, siempre es la misma gente. Acá hay que enamorarse para poder seguir viviendo. O drogarse. Estos muchachos ya no se drogan, ni siquiera se enamoran. Son zombies y quieren sangre. Somos los mismos nada nos hará cambiar por eso la guerra no tendrá fin, por eso no nos cansamos de matarnos los unos con los otros. La sangre nos da vida como si fueramos vampiros. Somos vampiros, que no te de de lleno el sol.

Tengo un problema en un ojo, se me desenfoca constantemente y me causa irritación. Creo que es un puto glaucoma, dentro de poco me quedaré ciego y tendré que pagarle a alguien para que me lea las partes de los libros que mas amo. No tengo alternativa y como soy adicto y no puedo parar de escribir desafió arrogantemente a mis ojos y en la oscuridad de la salita de cine garrapateo estas palabras. Quería ver la reacción de los muchachos y todos están entusiasmados. Quisieran pertenecer a algo, están muy solos, incomunicados con su padre aunque tienen amigos en Tahití gracias a sus Blackberry. Hace años no daba clases y me he dado cuenta de que ahora los jovenes cambian mucho, todo el tiempo. Tienen 15 mil pieles detras de la que los cubre. Ten cuidado con ellos, en cualquier momento te pueden engañar. Ya no tienen ideologias ni obsesiones. Están muertos.

Yo también estoy un poco muerto, no puedo formular ninguna idea, no veo la forma de salir a flote, no se en que momento todo se terminará huyendo y yo como la lora de un barco pirata lo único que puedo gritar son un poco de groserias que he aprendido de los boquisueltos marineros. No tengo opción, ni invectivas solo me siento desde mi balcón a ver como el terremoto se lo lleva todo.

Los muchachos que en algun momento estaban atentos a la película ahora hablan y se besan entre ellos. Tengo ganas de levantarme, de seguir mi instinto y detener la película. Sería lo correcto, detener la película y decirles que no tenemos otra opción que irnos todos para la casa y escondernos debajo de la cama a esperar que el terremoto acabe con todo.

Quiero levantarme pero no puedo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que desesperanza!