4 de julio de 2011

DOS ASESINOS VIENDO UN CUADRO DEL BOSCO. Anotaciones en torno a Escondidos en Brujas de Martin McDonagh

Brujas es la ciudad medieval mejor conservada de Europa, sus calles adoquinadas supieron resistir admirablemente bien el paso del tiempo. No tiene grandes avenidas de asfalto sino recovecos donde te puedes esconder bien si tu deseo es echarte un polvo o asesinar a tu compañero. Con el silenciador indicado lo podrás hacer si conservas la calma y mantienes la prudencia.

A Brujas han llegado este par de asesinos. Se esconden allí mientras los efectos de sus actos se van apaciguando. Ray ha debutado con poco éxito en su nuevo trabajo de asesino. Si bien acribilló sin problema al sacerdote pedófilo que lo estaba confesando, se le ha escapado un tiro de más que ha rebotado en la frente de un niño que esperaba junto al confesionario. Ahora la culpa lo carcome y cree que la única manera de conseguir el perdón, la paz, es pegándose un tiro en la sien. Harry, el jefe, el consecuente, el asesino ético por excelencia lo ha mandado a él y a Ken, su compañero a pasar unos días en esta localidad belga, de hermosos canales y edificios góticos. Ken siente el encanto del medioevo, se siente cómodo y su curiosidad y cultura hace que aproveche los encantos de esta ciudad perdida en el tiempo. Ray en cambio no está cómodo. Para él Brujas es una mierda vieja donde no hay un puto lugar para tomarse un trago y conocer chicas. Además está la tortura de saberse vivo, la imagen de ese niño cayendo con la frente abierta lo tortura. No es momento para descansar, sería genial si estuvieran en Brujas esperando por un trabajo, distraerse, a veces para quitarse la culpa de matar a un inocente lo mejor podría ser coser a balazos un alma impura.

O de pronto habrá otra oportunidad para él, según Ken si logra salvar a un niño podría redimirse. Ray odia Brujas porque es un rezago de una época donde la santidad era un deber impuesto. En Brujas gente como él podría ser quemada. En cada esquina, en cada gárgola está el recuerdo del peso de sus pecados. Si bien la cultura y lo viejo no le interesan demasiado, existe algo que lo oprime en Brujas y es la religiosidad. Para un asesino siempre existe la duda de si más allá de la vida tendría que seguir pagando por sus pecados. Lo único que le ha interesado es el cuadro de El bosco sobre el juicio final, esos monstruos enormes tragando almas de pecadores y después cagándolos por el ano. La cámara allí presente en cada detalle como si fuese una clase de historia del arte. Pobre Ray, es solo un chico y sin embargo ya tiene encima la muerte de un niño, pobre Ray, ignora que ya los ojos del ángel de la muerte se han posado en él, que por más de que odie Brujas no tendrá escapatoria, dentro de poco será parte de su suelo, Brujas será el mismo por el resto de la eternidad hasta que desde el cielo se escuchen las trompetas anunciando el juicio final.
Martín McDonagh debuta en el cine en este triller extraño, en esta comedia negra, en esta historia original, atrevida. Llena de sólidas actuaciones respaldadas por supuesto por unas actuaciones descomunales. Si habían quedado dudas de lo buen actor que es Collin Farrell después de El sueño de Cassandra, éstas serán despejadas en Escondidos en Brujas. Su dilema, su pecado, su angustia, Farrell compone en Ray el retrato de un novel asesino que a la vez no es más que un muchacho inocente que se pone feliz si una hermosa lugareña le concede una cita, que en vez de visitar museos o catedrales góticas quiere ir a un pub a emborracharse y ver culos. Seguramente el haber trabajado con Woody Allen le sirvió para moldear este encantador, entrañable personaje.

Esa es una de las cosas maravillosas que puede tener esta película, el encantamiento que puede surtir en nosotros los tres personajes. No importa lo que hagan nosotros podemos entenderlos y hasta identificarnos con estos asesinos despiadados. Ken es un hombre de mediana edad, respetuoso, educado, inquieto y culto. Se enamora de Brujas casi a primera vista. Su profesión, como no, la de asesino profesional no será un impedimento para que lo apreciemos. Ken es interpretado por Brendan Gleesson en el que sea su papel más importante hasta la fecha. Todo lo que sospechábamos de este genial actor irlandés quedó confirmado en este filme. Ya lo habíamos visto en Pandillas de Nueva York, Bravehart o Harry Potter pero nunca en un protagónico. Este papel constituyó para él la consagración absoluta hasta el punto de haber recibido el globo de oro a mejor actor en el 2009. Ralph Fiennes completa esta triada maravillosa haciendo de Harry un ángel de la muerte incorruptible, con códigos muy fuertes e inquebrantables. Ray puede ser un buen muchacho pero si mató a un niño tiene que pagar las consecuencias y si Ken se ha negado a cumplir sus órdenes no importa, el cruzará el canal dela mancha para hacer justicia con sus propias manos.

Asesinos de niños, vampiros sedientos de sangre, no importa de dónde provengan estos seres corruptos y a la vez santos, vengadores anónimos que creen hacerle un favor a la sociedad eliminando su escoria pero siempre habrá una bala perdida querido Harry, siempre habrá una bala que se le escapará a tu nueve milímetros, un proyectil que bien podría estrellarse en la frente de un enano vestido de niño maldito Harry destrozándole la cabeza y tú y tus códigos inquebrantables no tendrán tiempo para preguntarse si lo que acabas de decapitar de un balazo es un niño a un hombre bajito, no habrá espacio para la duda, si lo haces deberás pagar por tus pecados.

Pero más que una película sobre la culpa o el pecado, Escondidos en Brujas es un filme sobre una ciudad perdida en Europa, una ciudad sacada de un cuento de hadas, donde usualmente no pasa nada. Convertida ahora en set para películas Brujas ha sido redescubierta por la mirada de este joven director del cual no sabíamos nada. Brujas y sus recovecos son los protagonistas de este filme extraño, inclasificable, ya que no sabemos si es una comedia o un triller desquiciado. Para mi es una película de actores, un drama maravilloso, irónico, desquiciado. La clase de películas que le hacía falta a este cine descafeinado y sin riesgos que llena los días aburridos de nuestras pobres existencias. Una película absolutamente subestimada por la crítica que solo supo ser vista por el gran Rogert Ebert, pero que ahora tres años después de su estreno empieza a ser revisitada y poco a poco se convertirá no solo en una película de culto sino en un clásico absoluto.

1 comentario:

Monica dijo...

Brujas en un lugar increíble! trato de ir todos los años porque soy fanática.. este no puedo ya que estoy organizando un cumple en uno de los salones de fiestas y no voy a llegar con el dinero.