11 de julio de 2012

EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA. Me cansé de los paracos.


Lo que sucedió con El caballero de la noche en el 2008 y con Thor el año pasado me hicieron ir convencido de que este relanzamiento de la saga de Spider Man iba a estar a la altura de la publicidad desplegada. Nunca he sido un fanático de los comics de Marvel y la verdad me he enterado de la existencia de Stan Lee gracias al culto que le fabricó Kevin Smith, pero me gocé de principio a fin Los Vengadores y no tenía dudas de que acá me iba a pasar lo mismo.

En los primeros veinte minutos parece que todo está funcionando. Si, por supuesto que aparecen los lugares comunes, el nerdo con su patinetica a lo Martin Mcfly, el matón de colegio intimidando a los que llevan gafas e inhalador y de una vez sabes que estás al frente de un producto diseñado para un público adolescente. Una vez puestas las reglas del juego sobre la mesa las aceptas y tratas de ser un niño de nuevo. Los Lumiere no solo inventaron el aparato que vence a la muerte sino que en cierta forma es una máquina del tiempo.
A la primera hora puedes decir que la estás pasando bien. Siempre es divertido ver como un tipo común y corriente (Uno de los grandes aciertos de Stan Lee fue haber creado sus súper héroes con los defectos y debilidades que tenemos la mayoría de los seres humanos) va descubriendo que tiene poderes, como tiene que sufrir para aprenderlos a controlar. Acá el joven Peter Parker no necesita de ningún maestro, eso él haciendo cabriolas con su patineta va aprendiendo de las caídas. En una de esas como sucede desde que fue escrita hace décadas el tío de Parker muere y el man como es natural quiere venganza. La mayoría de paramilitares y asesinos en serie empiezan así y un justiciero enmascarado no es más que eso, un paraco. El jefe de la policía está obsesionado con ese enmascarado y es muy divertido para los que no estamos muy emparentados con el comic de Spider Man ver como el tombo es ni más ni menos que el suegro del arácnido justiciero.

Hasta allí todo bien. Pero pasada la hora, cuando aparece el villano, un lagarto completamente manipulado por los malditos efectos de un computador es que a mi juicio la película se viene abajo. Entonces entiendes que Marc Webb (el director de la primera parte de esta nueva saga) carece del talento de Keneth Branaght (Thor) o del magnífico Cristopher Nolan (Batman). Los tíos de Peter, interpretados por dos actores tan capaces y curtidos como Martin Sheen y Sally Field son sombras que se mueven en la película sin que tengan ningún peso. La pobre Field quien hace años no la veía vive pegado a ese lavaplatos como si toda su existencia se redujera a estar en la cocina. En ningún momento te enganchas con la historia de amor y eso que a mi Emma Stone me encanta y que no lo duden, Andrew Garfield es mucho más actor que Tobey Mcguire.
Cuando empiezan a destruir Nueva York te das cuenta que ya, que te hastiaste de que cada dos meses destruyan La gran manzana, que te has hastiado de los súper héroes, que a la industria le encanta agarrar un tema y exprimirlo hasta dejar el bagazo. Y mientras estas historias siguen funcionando en taquilla van a aparecer una y otra vez.

Son sagas que se acaban y vuelven a empezar, algo eterno como la Kundalini, la serpiente que se muerde la cola. Ojo que con esto no quiere decir que no esté emocionado porque el viernes estrenen la última parte del Caballero de la noche. Nolan es un genio y transformó a Batman en puro cine negro.
Para el que quiera desparcharse vaya y la ve. Le recomiendo que se fume un buen porro antes de entrar y la vean en 3D. Total es una época estéril donde no hay mucho por hacer en la calle.  La sala de cine sigue siendo uno de los pocos lugares donde uno todavía se puede sentir seguro, más si está en el hombre araña cuidándote.
A los fanáticos del comic y de los súper héroes seguro les va a encantar. Este servidor definitivamente ya se mamó de eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uy compadre si le parecio una película interesante thor, mas bien no sigo leyendo, hasta avengers la cosa era interesante, cuando hablo de la los paracos la cosa tomaba cuerpo, pero cuando dijo eso de thor, nah la cosa se desplomo